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Un breve análisis sobre el evento y sus consecuencias

Expo Zaragoza 2008: Agua y desarrollo sostenible

Fuentes: Rebelión

Expo Zaragoza 2008 se enmarca dentro de un conjunto de propuestas realizadas por el Consistorio zaragozano, con Juan Alberto Belloch al frente, y que suponen la cristalización de su proyecto de Zaragoza como «La ciudad del millón de habitantes». Partiendo de este objetivo se presentan, a lo largo de su primer mandato, numerosos proyectos faraónicos […]

Expo Zaragoza 2008 se enmarca dentro de un conjunto de propuestas realizadas por el Consistorio zaragozano, con Juan Alberto Belloch al frente, y que suponen la cristalización de su proyecto de Zaragoza como «La ciudad del millón de habitantes». Partiendo de este objetivo se presentan, a lo largo de su primer mandato, numerosos proyectos faraónicos a lo largo del perímetro de la ciudad y que consisten, por ejemplo, en la construcción de barrios enteros destinados a mantener la burbuja inmobiliaria -ignorando las 40.000 viviendas vacías que hay en la ciudad-, así como macro parques de ocio que equiparan el mismo exclusivamente con consumo.

Todas estas nuevas propuestas (Arcosur, Barrio del Ave, Puerto Venecia o PLAZA Imperial) tienen en común por un lado, que surgen de la nada sin una necesidad que los motive, y por otro, que han sido vendidos por los poderes públicos a la ciudadanía, con el apoyo incondicional de los medios de comunicación, como la panacea que, además de soliviantar los males actuales de nuestra ciudad, van a generar el verdadero progreso y la proyección a nivel mundial de Zaragoza. Mucho habría que decir aquí de cómo influye el complejo de inferioridad típico de ciudades como la nuestra para que estas «verdades fulminantes» sean absolutamente asumidas, pero podemos limitarnos a la consecuencia, evidentemente interesada, de que quien se atreva a disentir con ellas y cuestionarlas se convierte automáticamente en enemigo de la ciudad y del progreso. Es así como, por último, se cumple una de las funciones más perversas: el desprestigio, aniquilamiento e invisibilización de la resistencia social a este modelo de desarrollo.

Expo Zaragoza 2008 aparece, de entre todas las propuestas, como el Proyecto Estrella. Y es precisamente este macro evento el que se convierte, sin duda, en el mejor ejemplo con que demostrar cómo los poderes públicos autonómico y local están materializando la teorizada supeditación de las administraciones públicas a los intereses del poder económico, legislando y gestionando los recursos de la ciudad no para cubrir las necesidades de su población sino para que el capital local y transnacional alcance una mejora cualitativa de su beneficio.

Un proyecto socialmente ilegítimo

Desde nuestra posición de activistas y militantes no podíamos dejar pasar este engañabobos sin poner en práctica un cuestionamiento profundo ante lo que considerábamos una puesta en marcha de la maquinaria de los poderes económico, político y mediático para llevar a la ciudadanía a defender lo que a todas luces es irracional: el abandono de cualquier necesidad de la ciudad y sus gentes en aras de incrementar el beneficio de los más ricos.

Así, empezamos por plantearnos si realmente nos encontramos ante un bienestar social «local» tan sumamente positivo como para convertir «EXPO2008» en un proyecto socialmente legítimo, o por el contrario, es otro ejemplo más de burla y desconsideración por parte de la clase dirigente.

Para ello, consideramos necesario el estudio de la realidad social y de las necesidades de la población invisibilizada por los medios y estigmatizada bajo el seudónimo de marginales o excluidos sociales, que vivimos en las calles de Zaragoza y Aragón. Porque necesitamos alzar la voz de todos los compañeros y compañeras, vecinos y vecinas de nuestros barrios que sufrimos y padecemos las embestidas del capitalismo en los grados más extremos de indignidad y vulneración de derechos (reflejado en el desempleo, el paro de larga duración, las personas carentes de hogar, la población migrada, personas drogodependientes o ex drogodependientes, la población encarcelada y sus familiares, las personas que malsubsisten con rentas mínimas de inserción, la población de etnia gitana en paro, los menores, las mujeres con especiales dificultades, las personas con capacidades no estandarizas ….).

A priori, frente al falaz Estado de Derecho y Bienestar, reproductor de la injusticia social mediante políticas sociales parcheadoras, hostigador con criterios ideológicos de competitividad, individualismo, libre mercado, consumismo, despilfarro e irracionalidad burguesa, titiritero de una clase»media» atomizada y automatizada; defendemos un bienestar y un progreso social, económico y medio ambiental, cuyo eje vertebral sea una redistribución de la riqueza, de forma justa e igualitaria.

Pero para huir de los fantasmas que estereotipan la subjetividad de esta línea argumental y dotar del peso objetivo-racional-empírico (propio de la comunidad científica), todos los datos recogidos sobre la realidad social, proceden y han sido extraídos del estudio y análisis de las fuentes estadísticas oficiales del Estado. Así, groso modo, la Zaragoza de la EXPO deja de lado, olvida y convierte en nadies a 36.507 personas en paro, 9.531 personas en paro de larga de duración, 5.102 personas obligadas a migrar en paro, 2.400 personas de etnia gitana en paro, 2.360 personas privadas de libertad, 878 personas sin hogar, 413 personas que sufren algún tipo de drogodependencia, 5.785 personas que dependen de subsidios por desempleo, 1.068 personas que malsubsisten con prestaciones asistenciales, 1.543 mujeres cabezas de familia en paro…

A la luz de todas estas diferentes situaciones personales (no solo numéricas), objetivamente y por conciencia social, desde un punto de vista ético en la lucha y búsqueda de una justicia social real, y de equilibrio con un progreso equitativo, no es legítimo ni era socialmente necesario el macroproyecto ExpoAgua.

Agua y Desarrollo sostenible. Patraña para progres.

Que la EXPO es un camelo debería habérnoslo avisado directamente su lema «Agua y desarrollo sostenible». Las dos partes del mismo constituyen la parafernalia ecologista que trata de ocultar los verdaderos objetivos del proyecto. Pero resulta interesante un poco de atención al porqué de esos términos y su contribución al marketing necesario para el desarrollo sostenible… de la globalización neoliberal.

No es casual la elección del término «Agua», cuando fue gracias a la defensa del agua en Aragón, que el PSOE alcanzó un rédito que todavía conserva. Cuando el PP lanzó su sangrante Plan Hidrológico Nacional en la legislatura 2000-2004, en Aragón se vivió una efervescencia social que, al grito de «no al PHN», generó la «unión» de planteamientos que iban desde quienes reclamaban un uso más racional del agua, hasta los más rancios regionalistas que exigían «el agua primero para los aragoneses, y luego ya veremos». No es casual, por tanto, que esta referencia encabece el lema. Una palabra que engloba el sentimiento popular aragonés, que hace referencia a una lucha aglutinante y victoriosa no muy lejana en el tiempo y que, además, atrae al movimiento ecologista más institucionalizado.

La inclusión del término «desarrollo sostenible» surge, evidentemente, de la actual defensa supuestamente unánime y preocupación por el destrozo salvaje que estamos generando al planeta.

Frente a esta unanimidad, aparentemente incuestionable y de obligado cumplimiento, nos atrevemos a cuestionar este término cuya creación se relaciona directamente con la aparición del informe «Los límites del crecimiento», que auguraba un horizonte negro para el desarrollo capitalista mundial a corto plazo.

Tras diversas reuniones de organismos como la ONU, gran garante del orden mundial, tenemos una definición institucionalizada del constructo en torno a la idea de «tres pilares»: el desarrollo económico, la equidad social y la preservación del medio ambiente. El efecto visual ya resulta perverso, al encontrarse en el mismo nivel de importancia tanto el concepto económico como el social y el ecológico. Sin el permiso del beneficio económico, las actuaciones que suponen un aumento en el beneficio social y/o ecológico no pueden darse… Sin embargo no sucede así al contrario. Ejemplo de ello es Europa, donde «sólo en Bruselas 15.000 lobbistas y 2.000 lobbies trabajan para que las regulaciones de la UE favorezcan a las Monsanto, Philip Morris, Repsol, Unión Fenosa…». Este modo de actuar refleja el escaso control social (y por tanto ecológico y humano) que se tiene de la estructura económica y la poderosa influencia que ésta ejerce sobre el aparato político-tecnócrata.

Partiendo de aquí solo se puede entender el desarrollo sostenible como una estrategia de marketing más, destinada a que el ritmo de consumo no pare y a mantener las conciencias tranquilas.

Descendiendo al caso concreto que nos ocupa, existe una clara apropiación de todo el discurso verde como buen disfraz, porque así se vende mucho mejor el capitalismo depredador. Tal vez lo más cruel por parte de nuestros mandatarios sea que todas las atrocidades cometidas se realicen en nombre de la ecología y del respeto a nuestro entorno. Sus estrategias son de lo más rastrero: desde utilizar conceptos como «golf ecológico», hasta convertir en bueno lo mal que lo estamos haciendo: la EXPO emitirá 125.000 toneladas de CO2 pero, que no cunda el pánico, a cambio se van a plantar 3.500.000 de árboles hasta junio de 2010. Como entidad financiadora: Ibercaja, la misma que ha ayudado a financiar la emisión de 125.000 toneladas de CO2.

Es en la «Fiesta Mundial del Agua», «Catedral de la Sostenibilidad» o «Campeona del Desarrollo Sostenible» -como han venido llamándole sus promotores-, como decíamos, es aquí donde se van a producir las mayores agresiones en décadas a los cauces principales de la ciudad (Ebro, Huerva, Gállego y Canal Imperial), donde se levantan presas para crear lagos artificiales, donde la tala de árboles se ha convertido en indiscriminada para «recuperar» riberas con el único criterio de acabar a tiempo para la inauguración y donde se llega a someter al río a procesos como los dragados para conseguir un canal artificial por el que quepan los barcos recreativos de la empresa que ha obtenido la cesión de la explotación del río por 25 años. Las principales consecuencias pasan por la destrucción de especies protegidas, cambios en la dinámica fluvial, elevación del nivel freático con posibilidades de inundación de garajes, tala de árboles y pérdida de vegetación en general que, en las épocas de grandes avenidas, aumenta la posibilidad de futuras afecciones… La desvergüenza llega a tal punto que no hay inconveniente en violar la legislación actual española como la Directiva Marco del Agua y de la Estrategia Nacional de Restauración de los Ríos, omitir evaluaciones de impacto medio ambiental e incluso (en la modificación del cauce y del puente para que quepan los barcos recreativos) realizar obras de forma ilegal en Bienes de Interés Cultural.

Para que semejante barbarie sea aceptada por la masa ciudadana han jugado un papel extraordinario las organizaciones ecologistas más o menos institucionales así como los medios de comunicación de masas. Desde la creación de un Observatorio Medioambiental de la EXPO cuya creación fue difundida a bombo y platillo pero del que nada más se ha vuelto a saber, hasta la participación de numerosas ONGs y organizaciones sociales en el Pabellón de Participación Ciudadana de la EXPO (ECODES, FNCA, WWF/Adena, Cruz Roja, Intermón-OXFAM, ISF, MSF, BSF, Amigos de la Tierra, SEO/Birdlife, y UNICEF).

Toda una verdadera representación del maquillaje verde y social que necesitaba la EXPO para ser legitimado hasta por los más progres.

Las cuentas no salen.

Y es que lo que miles de zaragozanas y zaragozanos celebraban el 16 de diciembre de 2004, en una abarrotada Plaza del Pilar, no era la concesión la EXPO, sino la materialización de la estructura necesaria para que transnacionales, banca y especuladores de todo tipo gozasen de mayúsculas plusvalías con el saqueo de 1500 millones de euros de las arcas públicas; la extrema precariedad laboral que la muestra instauraba en varios sectores de la producción, así como decenas de accidentes laborales y muertes de trabajadores. Eso sí, todo con derrochadora alegría ciudadana.

Desde la adjudicación de la muestra, a la apertura de puertas hemos asistido a una descomunal subida de impuestos municipales, que en ningún caso han revertido en la ciudad. Los impuestos directos han aumentado de media un 30.5%, los siempre injustos impuestos indirectos han aumentado en un 101% y los ingresos del Ayuntamiento por tasas un 25%.

El aumento de ingresos del Ayuntamiento se debe casi en exclusiva a la presión fiscal sobre la ciudadanía y no a las empresas relacionadas con la Expo, que poco o nada pagan por sus pingües beneficios ya que gozan de exenciones fiscales de hasta el 95%.

En estos cuatro años Zaragoza, con éxtasis colectivo, ha sido la ciudad de los récords. Se ha superado los niveles históricos de subida de impuestos, de recaudación por multas trimestre tras trimestre, de subida de precio de vivienda y de descapitalización del municipio en favor de constructoras y banca llegando a promediar 50 millones de euros anules en venta de suelo público cuando hasta 2004 se promediaba poco más de 1millón.

Pero las repercusiones no se limitan a los ingresos del consistorio, sino también a las inversiones en la ciudad. El efecto EXPO para los barrios urbano y rurales ha sido demoledor.

Comparando los presupuestos municipales de 2008 así como los nuevos planes plurianuales con los anteriores (presupuesto municipal de 2007 y periodo 2006-2007 en el plan plurianual de barrios), encontramos que, pese a haber un incremento en las cifras netas de inversión, los recortes presupuestarios ascienden a cifras escandalosas:

En participación ciudadana, el 93%; el 45% en el área de educación (5 guarderías municipales cuya construcción terminó antes del inicio del curso 2007/2008, y que son absolutamente necesarias, mantienen sus puertas cerradas por falta de equipamiento); otras partidas como transporte, limpieza o parques y jardines aumentan en términos absolutos respecto a 2007 pero si descontamos de ellas lo destinado exclusivamente a la EXPO vemos que lo dispuesto en 2008 está varios millones de euros por debajo de anteriores ejercicios.

Tal vez lo más miserable son las mentiras del Consistorio en cuanto a las cifras y los gastos EXPO que ha querido ocultar en otras partidas a la ciudadanía. De los poco más de 197 millones de euros para inversión, el consistorio reconoce 86 millones para la EXPO, lo que supondrían algo más de 112 millones para la ciudad. Sin embargo, y al margen de los documentos públicos para la ciudadanía, se desvela que 67,7 millones para gastos EXPO aparecen incluidos en otras partidas (Caseta de Publicidad dentro de la partida de Acción Social, y así hasta 12 casos más), quedando las inversiones para el resto de la ciudad en una cifra real de 44.576.000€. Esto supone por un lado, un descenso del 75% respecto a 2007 en inversión real en la ciudad, y por otro, que el 78% de las inversiones de Zaragoza en 2008 son para la EXPO.

Las repercusiones de este abuso son claras: La inversión para los distritos urbanos para el periodo post EXPO (Plan plurianual 2009-2011) queda reducida un 83% y un 90,75% en el caso de los barrios rurales. Desglosada esta inversión, se contempla que ésta será de 0€ en el 35% de los distritos de la ciudad. Toda una lección para quien defendía la EXPO a condición de que su «efecto» llegara a los barrios. Efectivamente el efecto no pasa desapercibido.

Sin embargo, esta vorágine especulativa no finalizará con el cierre de puertas de la muestra. Quedará lo peor: 30.000 despidos -reconocidos por el propio Belloch- y una deuda contraída con una docena de entidades bancarias que asciende a 700 millones de euros, más sus correspondientes millones anuales de intereses que generan un aumento exponencial de una deuda que hipoteca el desarrollo de la ciudad durante los próximos 30 años.

Actualmente Zaragoza se encuentra fuera de la legalidad al superar en 8 puntos el límite de endeudamiento permitido por la ley de Haciendas Locales, limite ampliado por el Gobierno de España en los últimos años hasta el 110% pensando en el caso de Zaragoza.

En lo que a las obras del recinto EXPO se refiere, observamos como casi todas ellas han tenido un desmesurado sobrecoste respecto a lo presupuestado. Por ejemplo, el tan aclamado «Pabellón Puente» ha costado un 296% más de lo previsto, el incremento de la Torre del Agua por su parte, asciende a casi un 79%. De hecho, la Torre del Agua es un claro ejemplo de lo que realmente importa en este macroevento, pues hay que tener en cuenta que el presupuesto para los contenidos de la misma fueron recortados en un 50%.

Seguridad deEstado para el control social. La excusa perfecta.

Es sabido por todos que este tipo de eventos se convierte en la excusa ideal para conseguir en tiempo récord un cambio cualitativo en el desarrollo de la llamada política de seguridad ciudadana.

En Zaragoza se ha venido implementando, a través de dos vías: La ordenanza cívica, utilizada para regular y castigar comportamientos incívicos -y de paso políticamente incómodos- y la multiplicaciónde miembros de fuerzas de seguridad del Estado. Es interesante resaltar que la «Ordenanza Cívica» -mala copia de la desarrollada en Barcelona, previa al Forum de las Culturas de 2004- ha conseguido paralizarse por segunda vez como consecuencia, al menos en buena parte, de la movilización social.

Mucho menos victoriosos son los datos de policía local, autonómica y nacional, ejército y seguridad privada que se han convertido en escalofriantes.

Por mencionar algunos y hacernos una idea de la conversión de Zaragoza en el Estado Policial que se quiere alcanzar durante el periodo Pre-EXPO y EXPO:

Se han creado cuerpos como la, hasta ahora inexistente, policía autonómica o los UAPO (Unidad de Apoyo Policial), cuerpo especial dentro de la Policía Local. Estos últimos, muy semejantes a los antidisturbios de la policía nacional, sirven para desplazarse con celeridad a cualquier situación que lo requiera -como por ejemplo las manifestaciones o el botellón. Son 74 miembros, a los que tenemos que sumar los 1191 ya presentes y los 70 nuevos que se incorporarán en breve.

La Unidad de Intervención Policial (UIP o antidisturbios) ha desplazado a un total de 200 efectivos, de los cuales 100 se quedarán para siempre en nuestra ciudad. Estos agentes ya están realizando sus entrenamientos aprovechado el estado de «alerta pre-crítica» impuesto, lo que les permite inspeccionar constantemente autobuses buscando pasajeros sospechosos, realizar duros controles de tráfico con carriles cortados por pinchos y recortada en mano, así como severas e intimidantes inspecciones. Durante el periodo EXPO, además, vendrán 250 agentes en prácticas.

El ejército aportará 2.000 militares para vigilar infraestructuras.

Se está incrementando la seguridad privada, cuya patronal (APROSER) ya ha advertido que harán falta 600 agentes más.

Todo esto supone que, si se cumplen las previsiones, a fecha de 14 de junio de 2008 habrá enZaragoza 3.194 agentes de seguridad nuevos, sin contar los ya presentes del ejército, la policía nacional, la policía local y la policía autonómica. Por lo tanto, y según los datos más optimistas de afluencia diaria proporcionados por Roque Gistau, 1 de cada 19 personas venidas a Zaragoza irá armada. Una verdadera alegría para quien consideramos imprescindible visibilizar en la calle el cuestionamiento de la EXPO.

La cultura EXPectáculo: legtimadora, elitista y reducida a mercancía

La EXPO representa un determinado modelo de ciudad, el cual es en realidad un conjunto de concepciones sobre las funciones que la urbe, la sociedad y la cultura tienen que desarrollar. Su función de la ciudad y de la sociedad estaría orientada hacia el consumo, pero… ¿y la cultura?

La cultura que la Expo representa es un ejemplo de lo que no es cultura: ha sido encargada a golpe de talonario, creada para el consumo rápido. Da igual que sea en Zaragoza, Barcelona o Dubai, es una cultura tan vacía que apenas ofrece poco más que el envoltorio.

Además, es una cultura legitimadora de las políticas económicas, sin lo cual sería imposible comprender que Israel o Coca Cola participen en esta muestra. No olvidemos que Israel es el Estado mayor ladrón de agua; o Coca Cola, que compra el agua para vendernos su producto, sin importar que esa agua sea necesaria para la vida de las comunidades colombianas o indias a las que se la roba.

Por eso decimos que esta «cultura» es legitimadora, porque viene desde arriba, porque es elitista, porque está comprada para legitimar la globalización, no para cuestionarla. Es una cultura que busca distraer, entretener, despolitizar y trivializar cualquier problema. Es una cultura-espectáculo que requiere la movilización popular y su aceptación sin crítica.

No en vano la misma organización autoproclama a la Expo como «el mayor espectáculo del mundo», porque en realidad es lo que es, un espectáculo, un circo en el que pagas una entrada, ves alguna actuación, consumes (y no precisamente a precios populares) y sales como has entrado. Es un espectáculo pasivo que busca espectadores.

Al final lo que quedará es su arquitectura monumental, es decir, el envoltorio, porque del contenido nadie se acordará, en parte porque no importa ni se sabe muy bien cuál es. La arquitectura monumental que representa la Expo es un claro ejemplo de cultura elitista, construida por y para una élite económica y política.

Mientras tanto, no son pocos los ejemplos de nuestro patrimonio cultural se ven amenazados por las obras en el río (alteración en el Puente de Piedra a pesar de su ilegalidad o posible alteración en los cimientos del Pilar y la Seo como consecuencia del Azud). El efecto EXPO llega también a cómo se venían desarrollando diferentes eventos culturales en la ciudad como consecuencia del recorte presupuestario sin precedentes (eliminación de Cine Francia pese a su consolidación y con 7.000 espectadores; de la Feria Amostranza -muestra y promoción de la cultura aragonesa- pese al éxito de la 1ª edición, con 20.000 participiantes; diferentes festivales de música y de calle…)

La cultura no es un placebo, un instrumento propagandístico, un adorno del poder; no es un ejercicio de estilo para las élites inoperantes ni un objeto que se pueda comprar. La cultura tiene que nacer desde abajo, desde la creatividad y la necesidad de comunicarse y transmitir ideas.

Empresas Transnacionales, lavado de cara para el expolio asesino.

Ya que estamos hablando de una EXPO cuyo objetivo fundamental, dijeron muchos, era generar un espacio -como esos temidos Foros Sociales- en el que debatir y adelantarnos a las desoladoras consecuencias de la «crisis» del agua que se nos viene encima, empecemos acusando a las ETNs (empresas transnacionales) y a los poderes políticos y militares cómplices de sus negocios como los más peligrosos autores de la misma.

Lo poco que podamos conocer a nivel general acerca de las innumerables hazañas de las ETNs «españolas» presentes en la EXPO 2008, nos servirá para comprender algo mejor los objetivos del ejercicio de propaganda que supone tamaño evento para uso y disfrute de dichas empresas -como ocurrió, también, con el Fòrum 2004 en Barcelona.

Una función, la de legitimación y prestigio ante el gran público, que para nada resulta incompatible con la obtención de beneficios y prebendas concedidas desde la administración pública, sino todo lo contrario. Vamos, que lavarse la cara ante los consumidores de la metrópolis no les cuesta nada, sino que sigue poniendo en bandeja una valiosa oportunidad de negocio.

Ése es su auténtico triunfo: especulan y se forran mientras los políticos profesionales insisten en que «todos ganamos con la EXPO». Debemos, por tanto, dar las gracias. Como mejor botón de muestra queda la Ley 30/2005 de Presupuestos Generales del Estado para el año 2006, que estableció los «beneficios fiscales aplicables a Expo Zaragoza 2008». Resulta que las leyes no garantizan los derechos constitucionalmente reconocidos a la ciudadanía en nuestra gloriosa democracia, pero sí blindan el «derecho» de los grandes grupos capitalistas a disfrutar de rentabilísimas oportunidades. En dicha norma se calificó la EXPO como «acontecimiento de excepcional interés público» (y extraordinario interés privado, añadiríamos), lo que posibilitó un «programa de apoyo» desde el 1 de enero de 2006 al 31 dediciembre de 2008: dos añitos de «apoyo» a las necesitadas empresas. Los beneficios fiscales para las mismas se han concretado en los niveles máximos permitidos y ascienden al 95% en la mayoría de impuestos establecidos.

Pero no se trata de dinero, sino del «desarrollo humano desde el compromiso ético con la sostenibilidad» para afrontar la crisis del agua, «un reto que alcanza escala planetaria y se caracteriza por el ritmo vertiginoso de los cambios y la complejidad de las interacciones de los sistemas naturales y culturales»… o eso dice la propia EXPO.

En fin, «nos mean y los medios de comunicación dicen que llueve» -como advertía, hace años, un célebre graffiti en las calles de Buenos Aires. Y las mismas empresas que nos «mean» quieren vendernos el paraguas.

MAPFRE, El Corte Inglés, ENDESA, ACCIONA, Telefónica, BBVA, Gas Natural, AGBAR, Repsol y Prisa son algunas de estas ETNs españolas patrocinadoras, socias, amigas (o la categoría que sea necesaria) de la EXPO 2008, con la conveniente exclusividad de la marca Coca Cola y la preinauguración de la exclusiva Filarmónica de Israel. Casualmente algunos de los mejores ejemplos de empresas y estados que más agua roban, privatizan y contaminan en todo el mundo, que más desplazamiento forzoso de población-cuando no directamente aniquilamiento- generan y que a más personas niegan su derecho de acceso al agua. Lo que decíamos: compromiso ético con la sostenibilidad.

Pero para no caer en la crítica por la crítica (la duda siempre es necesaria) y al no poder plasmar en este artículo el sinfín de atrocidades y las innumerables relaciones entre jerifaltes de una y otra calaña, nos limitaremos a mostrar alguna de las hazañas de la versión maña de Jordi Oliveres, director general del Fòrum Barcelona 2004 así como director general en América del Sur de Aguas de Barcelona -AGBAR- entre 1995 y 1998: el señor Roque Gistau, director de Aquagest (de Aguas de Barcelona) desde 1998, convertido en jefe supremo de EXPO 2008. Un breve recorrido por las proezas de tan respetable empresa y directivo, permitirán esbozar un estereotipo de lo que intentamos denunciar.

En Argentina, después de manipular la inversión de Agbar utilizando el cambio ficticio de «1 peso igual a 1 dólar, mostrando una inversión que triplicaba la real, y tras no pocos desastres con Aguas de Argentina, Agbar se negó rotundamente a invertir un céntimo en Argentina hasta lograr un aumento astronómico de las tarifas del agua. El país está hoy sumido en la pobreza, con 5 millones de indigentes y 11millones de pobres, y muchos tienen dificultades para pagar su acceso al servicio básico del agua que Agbar dice defender -después de encarecer su acceso para millones de personas. El agua llegó a ser no potable en 7 distritos de Buenos Aires. Acerca de la contaminación y las malas prácticas de Agbar en Argentina hay numerosos informes del propio gobierno argentino.

En Colombia, Agbar (propietaria del 45% de Acuacar) entra en 1995 en Cartagena de Indias detrás del ejército y los paramilitares requiriendo la no contabilización de un tercio de la población a la que no llega el agua ni el alcantarillado, es decir, convirtiéndolos efectivamente en NADIES que conviven con balsas de aguas residuales, sin depurar, porque simplemente «no existen». Un informe del Banco Mundial en 1999 da fe de esto y de mucho más.

En 1999 Agbar entra en Chile. En 2001 la empresa chilena se llama «Aguas Andinas». En el periódico Diagonal del 14 de febrero de 2007 podemos leer:

«Antes de incorporarse a sus actuales funciones, el señor Gistau se embarcó en la tarea de privatizar el agua en Chile, asumiendo el cargo de presidente de Aguas Andinas, consorcio franco-español conformadopor Aguas de Barcelona (Agbar) y Suez Lyonnaisse des Eaux. Dicho consorcio se constituyó bajo el trato preferente del entonces presidente chileno, Eduardo Frei. Para asegurar la jugada, Endesa España y Agbar se aliaron, contraviniendo las normas de libre competencia chilenas. Esto no impidió que en 1999 Aguas Andinas adquiriera el 51,2% de la empresa pública Empresa Metropolitana de Obras Sanitarias. Una vez privatizados los servicios, se estableció un incremento global de las tarifas de al menos el 19% (posteriormente Aguas Andinas ha subido la tarifa en dos ocasiones). Comenzaron los despidos masivos de trabajadores sindicados y la precarización laboral a través de empresas de trabajo temporal. Y como colofón, a los 45 días de la inauguración, la planta de tratamiento de aguas residuales falló, provocando enfermedades a los habitantes de los alrededores. ¡Enhorabuena sr. Gistau! No dudamos de que su experiencia profesional le servirá de guía para mostrarnos de qué va esto de la Expo: cómo privatizar el agua para conseguir un desarrollo sostenible…, eso sí, el de usted y sus colegas de negocio»

En 2005, junto con Unión FENOSA, Agbar absorbe «Soluciona Calidad y Medio Ambiente», mayor grupo de inspección/certificación y SS. Tecnológicos del Reino: el mismo que lo hace dice si está bien hecho, o dicho de otro modo: se decide «poner al zorro a vigilar al zorro» -ni hablemos de cómo quedan las gallinas…

Zaragoza, la ciudad del futuro

A día de hoy y con el terreno perfectamente labrado, este modelo de desarrollo y de ciudad impuesto dibuja enormes monumentos, campos de golf, edificios emblemáticos y archipiélagos sociales en los que espacio y tiempo quedan a merced de un proyecto económico global. «Estilo internacional», lo llaman, para más INRI. Tendremos por ejemplo un enorme pabellón-puente (que primero costaba 21 millones de euros y luego 62), una fuente gigantesca (que primero costaba 24 millones de euros y luego 42) en homenaje al ahorro de agua, también gozaremos de fauna y flora en aguas, aires y tierras que no son los suyos, cemento donde había huertos, barcos para navegar por donde no se puede navegar, lujo para quien lo pueda comprar, policías para vigilar a los que no pueden comprar y paseos para pasear por donde no esté prohibido pasear. Al continente le llaman «urbanismo»; a su contenido, «ciudadanía». Como dijo Milton Friedman: «producir ganancias es la esencia misma de la economía». Las personas se convierten así en recursos humanos, simples objetos fungibles, consumidores que circulan y se encierran al servicio del mercado soberano.

En el sentido de la construcción del medio reivindicada por esta doctrina no hay más que un conjunto de técnicas de integración de las personas. Y estas personas son imbéciles o policías (Internacional Letrista).

Ninguna parte del antiguo meandro de Ranillas, donde se ubica la muestra, servirá para que la ciudad tenga más escuelas públicas, hospitales públicos, centros culturales públicos, centros deportivos públicos, residencias públicas o recurso público alguno. Los «equipamientos sociales» son sustituidos, bajo esta lógica, por «equipamientos comerciales». Maldita sea.

¿Alguien puede realmente creer que de las transformaciones que nos esperan va a resultar una ciudad más justa, habitable, igualitaria, pacífica, comunicativa, alegre, próspera, donde la pobreza y la precariedad se esfumarán por arte de magia y todas las personas tendrán lo que necesitan para vivir dignamente?

Acabamos de formular una pregunta que puede parecer forzada. «Eso es la ciudad ideal», podría responderse al leerla. Pues bien, no olvidemos que lo verdaderamente exagerado, irracional, infundado e insostenible es el discurso hueco, el tono eufórico y el estúpido optimismo con el que la mayor parte de los periodistas, políticos, empresarios, grupos ecologistas, ONG´s y (no lo olvidemos) sindicatos pregonan las bondades de la EXPO para nuestra «Zaragoza del futuro».

Para una ampliación y profundización de los datos aquí ofrecidos consultar el Informe sobre EXPO Zaragoza 2008 en: www.expo-no.es

Acción Social y Sindical Internacionalista (ASSI-Zaragoza)