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La Junta planea tres centrales de ciclo combinado

Extremadura, basurero energético

Fuentes: Diagonal

La Comunidad extremeña, que exporta alrededor del 80% de la energía que produce, prepara tres centrales térmicas de ciclo combinado, ante la oposición vecinal por los posibles y graves impactos ambientales. El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) acaba de dar el visto bueno a la central térmica de ciclo combinado que […]

La Comunidad extremeña, que exporta alrededor del 80% de la energía que produce, prepara tres centrales térmicas de ciclo combinado, ante la oposición vecinal por los posibles y graves impactos ambientales.

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) acaba de dar el visto bueno a la central térmica de ciclo combinado que la compañía Iberdrola proyecta en el término municipal de Alange, a 20 kilómetros de Mérida. Esta central ha sido la primera en recibir una declaración de impacto ambiental positiva, de las tres que se planean en la misma provincia y, apenas a una distancia de 20 kilómetros entre ellas. Las restantes centrales se sitúan en los municipios de La Zarza y Valverde de Mérida. Ambas instalaciones están en fase de tramitación de permisos.

Pese a los planes de construcción de las mencionadas centrales, según datos de Red Eléctrica de España del 2008, Extremadura es la quinta Comunidad Autónoma que menos electricidad consume, con una demanda de 4.900 GWh, cantidad que sólo es superada por la demanda de Melilla (205 MWh), de Ceuta (210 MWh), de La Rioja (1.945 GWh) y de Cantabria (4.868 GWh). Aun así, Extremadura produce alrededor de 17.000 GWh, cifra que supera con mucho la producción de Comunidades como Madrid, con tan sólo 1.000 GWh. Por tanto, los proyectos que se planean en las cercanías de Mérida pueden convertir a Extremadura en una de las mayores exportadoras de energía dentro del territorio español y se sumarían a la producción nuclear de la central de Almaraz que cubre más del 90% del total generado y a la hidráulica, que apenas aporta el 5% de la energía eléctrica que genera Extremadura.

Mientras tanto, la Federación Térmicas No de Extremadura, organización vecinal que se opone a la instalación de centrales de ciclo combinado, se pregunta por qué su Comunidad debe soportar los graves impactos negativos derivados de la producción energética para todo el Estado. «Las organizaciones pensamos que tenemos políticos muy permisivos. Hay algún tipo de negocio encubierto, si no, no tiene explicación», declara a DIAGONAL Inés Gallego. «Estamos muy enfadados porque no entendemos por qué tanto el parlamento de la Comunidad de Madrid como el de la Comunidad Valenciana se han negado a aceptar centrales térmicas en su territorio, cuando son deficitarias; esto nos duele a los extremeños, que exportamos al resto de España aproximadamente el 80% de la energía que producimos, mientras que sufrimos directamente las consecuencias negativas de la producción energética», concluye Gallego.

Impactos que se amplifican Las centrales térmicas de ciclo combinado se basan en la utilización de dos procesos termodinámicos, uno cuyo fluido de trabajo es el vapor de agua y otro cuyo fluido de trabajo es el gas. Por tanto, las organizaciones ecologistas consideran que se pueden producir dos tipos de impactos: uno en el medio acuático, al tomar el agua de un curso hídrico natural y devolverlo a elevada temperatura y otro en el medio atmosférico, pues, al necesitar la quema de un combustible fósil como es el gas, emiten tanto CO2, uno de los gases de efecto invernadero, como óxidos de nitrógeno, gases precursores de la lluvia ácida.

Estos impactos se pueden amplificar si los proyectos se sitúan cerca unos de otros. Tal y como contempla la declaración de impacto ambiental de la central de Alange, la coexistencia de las tres centrales térmicas, más el conocido y polémico proyecto de la Refinería en Tierra de Barros (que se sitúa a tan sólo 40 kilómetros de la zona), podría multiplicar los daños al entorno. De este modo, la declaración reconoce la dificultad para abastecer a dos centrales térmicas (la de Alange y la de la Zarza) del mismo embalse, teniendo en cuenta que, según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, «no habría recurso suficiente para las dos factorías». Por otro lado, en cuanto a la térmica de Valverde de Mérida, apunta que «dada la distancia existente entre ambas centrales, así como la dirección de los vientos dominantes, no se prevé que pueda haber efectos acumulativos entre los contaminantes primarios de ambas centrales». Aseveración similar se realiza con respecto a la Refinería de Tierra de Barros, negando los posibles impactos sinérgicos entre ambas instalaciones.

Para Pablo Ramos, portavoz de Ecologistas Extremadura, la declaración de impacto ambiental se equivoca al rechazar posibles efectos sinérgicos entre los proyectos, en cuanto a contaminación atmosférica se refiere. «Nos sorprende esta afirmación, parece que el Ministerio no ha visitado la comarca. Los proyectos se sitúan en el valle del Guadiana, y, además de la poca distancia entre las instalaciones, aquí hay temporadas que el aire no se mueve, se crean nieblas y los contaminantes atmosféricos se pueden fusionar con la niebla, produciendo smog (capa densa de contaminación)», explica Ramos, quien señala que tanto la central de Alange, como la central de La Zarza se situarían junto a un balneario. «¿Quién quiere ir a curarse a un sitio así, en el que tendrá dificultades para respirar?», se pregunta el portavoz de Ecologistas Extremadura, que sitúa al sector agrícola como otro de los grandes afectados. «Los óxidos de nitrógeno emitidos se pueden transformar en ozono troposférico, un contaminante muy dañino tanto para la salud como para la agricultura de la zona, ya que puede mermar la producción y la calidad de los cultivos».

Pero, más allá de los impactos que recaen sobre suelo extremeño, los opositores de los proyectos coinciden en determinar que los daños también serán globales. «El Gobierno, para comprometerse a luchar contra el cambio climático, debe de comenzar por seleccionar bien el tipo de energía que se fomenta. Y estas centrales no son un buen ejemplo», afirma Inés Gallego.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Extremadura-basurero-energetico.html