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El fracking, literalmente, hace temblar a EE.UU.

Fuentes: Sputnik Mundo

En los últimos 20 años el ‘fracking’ o fracturamiento hidráulico se ha posicionado como la forma más redituable de extraer petróleo y gas natural, a pesar de los altos costos que implica y las consecuencias de esta técnica.

Además de los problemas de contaminación asociados que provoca se suman los sismos que dicha práctica está generando en las zonas residenciales cercanas a las zonas de extracción de gas natural a través de esta práctica.Recientemente en la Cuenca Pérmica de Texas los ciudadanos denunciaron el incremento de sismos en el último año, sumando tan sólo en el 2021 cerca de 200 movimientos telúricos en contraste con los 98 reportados en 2020 por la Oficina de Geología Económica de la Universidad de Texas.

Expertos consultados por Sputnik confirman que el fenómeno de los sismos se ha estudiado desde la década de los 70 y se ha comprobado que sí están relacionados directamente con el fracking, pero no con el proceso de perforación con químicos corrosivos —la base de esta técnica—.

Luca Ferrari, investigador titular C del Centro de Geociencias de la UNAM, explica en entrevista para Sputnik que en sí mismo el fracking no provoca los sismos, sino la inyección a la tierra de la mezcla de agua, arena y químicos surfactantes (todos patentados) que se usa para el proceso. Una vez acabado, la mezcla ya no se puede reutilizar ni limpiar a pesar de que sólo está contaminada, en promedio, en un 0,5%.»Cuando nosotros reinyectamos el agua en otros pozos para dejarla ya en el subsuelo podemos estar llenando una zona donde hay una falla. El agua disminuyendo la fricción en la roca, digamos que lubrica la falla, y puede provocar sismos», explica el investigador.Ferrari detalla que esta agua se manda directo a los llamados pozos letrinas que se encuentran a profundidades de entre dos y tres kilómetros con el fin de evitar que se combine con mantos acuíferos; sin embargo, esto no siempre se puede impedir.

Durante todo este proceso, mientras el agua se queda afuera para que luego se inyecte a otros pozos, puede haber fugas en fracturas preexistentes en el subsuelo, puede haber fuga en la superficie, en el transporte e incluso cuando se vuelve a reinyectar», refiere Ferrari.La presión de esta reinyección se dispersa dentro las fracturas de las placas de la tierra lo que genera sismos que, en promedio, tienen una fuerza de entre 3 y 5 grados. A esto se suma el impacto que padece la tierra con el paso de transporte pesado y maquinaria que se necesita para el fracking, lo cual complica la situación sobre todo en zonas cercanas a residencias.»Hay otro tipo de impactos, el incremento de tráfico pesado, porque son cientos de camiones que tienen que circular con agua contaminada y hay un impacto al ambiente con todas las plataformas de perforación», reconoce el experto, quien estima que en EEUU deben existir entre 100.000 y 130.000 pozos que usan esta técnica.

Leonardo Ramírez, ingeniero sismólogo del Instituto de Ingeniería de la UNAM, declaró para Sputnik que existe suficiente evidencia científica que confirma que los sismos son provocados directamente por la reinyección del agua y que en dichas zonas se modifica la actividad sísmica, al grado que en zonas que no se reportaban sismos, comienzan a surgir.Según el especialista, desde la década de los 70 en lugares como Colorado, Illinois, Indiana y Arkansas se notó el incremento de la actividad sísmica debido a la extracción de gas. Incluso, recientemente en Oklahoma, el gobierno local levantó una alerta por el aumento de sismos.

«Lo que cambia son las presiones que ocurren en el suelo […]. Se inyecta el líquido y se cambia el estado de esfuerzos de la región, pero ese cambio no es abrupto, la difusión es muy lenta, puede ser de meses, y de pronto si se encuentra alguna falla en estabilidad incipiente, libera el contacto que tienen y viene el sismo», detalla el investigador de la UNAM.Ramírez Guzmán agrega que si bien los sismos pueden ser ligeros, sí representan un riesgo principalmente porque se perciben en lugares donde hay casas a pesar de la actividad de fractura hidráulica que se realizan en la zona.»Cambia la sismicidad de toda la zona, pero en cuanto se deja de inyectar el fluido empieza a cesar la actividad porque se va relajando la presión y se va extendiendo y distribuyendo la presión. Entonces las fallas vuelven a entrar en un estado estable y deja de temblar», declara el académico.A pesar de los estudios y la investigación sobre el tema, aún se desconoce cómo afectará la reinyección de agua al subsuelo, es decir, no se puede calcular exactamente la afectación que esta actividad tendrá.No obstante, Leonardo Ramírez refiere que algunas variables que pueden influir en la magnitud de los sismos son la fricción que existe entre las fallas, el tipo de material que se inyecta y la presión de los ductos.Lo anterior, sin mencionar que la zona trabajada queda inservible para cualquier otro propósito y se aumenta el riesgo de algún hundimiento.

Luca Ferrari opina que los inversionistas asumen los riesgos del fracking, primero, porque no se consideran tan graves y segundo porque, a pesar de que es una práctica costosa y con números inflados, van agotándose otras vías para extraer petróleo barato y mantener la autonomía energética.»Ha habido estimaciones muy optimistas por parte de la Agencia de Información Energética de EEUU; sin embargo, también ha habido muchos estudios independientes, críticos, que han mostrado que han exagerado sistemáticamente la cantidad de recursos naturales. Incluso las empresas que se dedican al fracking lo han exagerado para recibir las inversiones», concluye el investigador.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/20220224/fracking-literalmente-hace-temblar-a-eeuu-1122234951.html