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Gaza e Irán: desvirtuar la realidad

Fuentes: Servicio Especial de la AIN

El líder cubano Fidel Castro, desde la pasada semana alerta, convincente, sobre los riesgos de una posible conflagración nuclear en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz por parte de Estados Unidos e Israel, dados los despliegues de barcos y naves aéreas (a bordo) en esa área geográfica. «El mundo pende de un hilo», […]

El líder cubano Fidel Castro, desde la pasada semana alerta, convincente, sobre los riesgos de una posible conflagración nuclear en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz por parte de Estados Unidos e Israel, dados los despliegues de barcos y naves aéreas (a bordo) en esa área geográfica. «El mundo pende de un hilo», escribió.
Sin embargo, este y otros sucesos relacionados con el oriente medio, son abordados discretamente por medios de prensa internacionales.

Sobre el tapete está el desvío hacia Egipto del barco Amalthea (al-Amal, esperanza, en árabe) por parte de las autoridades de Israel. La nave, de bandera moldava y fletado por la ONGs Fundación Gadafi, partió de Grecia el pasado sábado y viaja con dos mil toneladas de ayuda humanitaria a Gaza, territorio sometido a bloqueo naval, marítimo y terrestre por Israel. Según información publicada hoy miércoles por el Universal de Caracas, Venezuela, la embarcación inició su desvío al puerto egipcio de el-Arish, confirmó un funcionario del gobierno israelí que pidió mantener su anonimato.

Durante la noche de este martes el barco permaneció varias horas inmóvil por problemas técnicos y hoy emprendió la ruta escoltado por naves de guerra israelíes en dirección a Egipto, que se prepara para su recibimiento.
«No estamos rodeando al barco, lo estamos siguiendo», dijo una portavoz del Ejército en Tel Aviv quien, además, dio a conocer que el capitán del navío fue informado acerca de que, si no cambiaba el rumbo, podía ser abordado. «Les preguntamos dónde van, quiénes son y qué llevan», explicó el martes a la agencia española de noticias (EFE) un portavoz militar israelí, el cual confirmó que habían iniciado «el proceso de identificación» cuando la nave se encontraba a más de 100 millas de la costa de la nación sionista.

La propia fuente confirmó que «se les ha dejado claro que, eventualmente, como última alternativa, nos veríamos obligados a tomar el barco». El sitio web de la Fundación Gadafi reveló que desde una lancha israelí le pidieron al capitán del barco se dirigiera hacia puerto egipcio y les bloquearon el paso. El capitán fue severamente advertido de que no se les permitiría atracar en Gaza.

Avigdor Lieberman, ministro de Exteriores de Israel, había declarado que la nave no podía llegar a Gaza. «Ningún barco llegará a la Franja de Gaza. No permitiremos violar la soberanía de nuestro país», dijo en declaraciones a la Radio Militar de Israel.

Acre precedente: el pasado 31 de mayo nueve activistas turcos murieron por disparos de los comandos israelíes quienes abordaron la denominada Flotilla de la Libertad en aguas internacionales, suceso que provocó indignación internacional y sobre el cuál aún no existen claros pronunciamientos por la parte israelí. Otro tanto sucede en relación con la solidaria carga Gajes del oficio, podrían argüir diversos medos informativos. Sin embargo, otros asuntos más insulsos, banales… ocupan su atención. El bloqueo a Gaza, el despliegue de naves de guerra por parte de Estados Unidos e Israel en franca amenaza contra Irán, al parecer, amén de su trascendencia, no devienen objetivos informativos de notable interés para algunos medios de comunicación, aunque el planeta podría estar al borde de la guerra. Es, como escribiera el analista político iraní Hamid Shahrabi, «El peligro de un ataque militar de Estados Unidos e Israel contra Irán es real y toda la humanidad lo corre». El estudioso acotó, además, que «la confrontación actual estuvo antecedida de una serie de campañas difamatorias sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en Irán e interferencia en sus asuntos internos».

«Estados Unidos e Israel sienten que están contrarreloj, son conscientes de sus fracasos y están desesperados (…), aseguró Shahrabi. «Están temerosos de su propia fe y su propio ocaso». Pero como en toda maniobra mediática, para que no se conozcan en profundidad las esencias del conflicto, el propósito es harto evidente: desvirtuar la realidad.