Mientras la guerra se estaba librando en Walmart y en otras tiendas grandes del Área de la Bahía, un grupo de estadounidenses apuntó a los males que siguen asolando el país. Viernes Negro se volvió «Red N’ Blues» por segundo año consecutivo con el concierto benéfico indígena americano -organizado por el American Indian Movement West […]
Mientras la guerra se estaba librando en Walmart y en otras tiendas grandes del Área de la Bahía, un grupo de estadounidenses apuntó a los males que siguen asolando el país.
Viernes Negro se volvió «Red N’ Blues» por segundo año consecutivo con el concierto benéfico indígena americano -organizado por el American Indian Movement West (AIM-West)- de música blues llevado a cabo en el Teatro Brava el 29 de noviembre.
«Bienvenidos a una noche importante. La música es el idioma internacional de la paz y la libertad, tan importante como lo son los guerreros», dijo Bill Means, fundador de AIM-West .
El American Indian Movement es un movimiento espiritual y cultural que pretende conservar la identidad de los nativos americanos que luchan por la autodeterminación, la unidad y los derechos humanos, y para establecer la solidaridad con los pueblos indígenas del mundo.
Grupos de indios americanos tocaron sesiones completas para una audiencia íntima de unos 30, con estilos que van desde la guitarra acústica emotiva a rocking blues, el funk y covers de canciones populares.
«Estas bandas están aquí para apoyar el activismo indígena en el Área de la Bahía. Queremos mostrar el talento de los indios… que ha estado presente por mucho tiempo pero no se ha escuchado», dijo el Director de AIM-Oeste, Tony Gonzales.
El concierto fue parte de la sexta conferencia anual de Costa AIM-West, que se celebró durante dos días en el Instituto de Estudios Integrales de California cuyo objetivo fue el discutir los problemas que enfrentan las comunidades nativas.
Wicahpiluta ‘Luta’ Candelaria, una Rumsen Ohlone, cantó una oración conmovedora a capella en Ohlone al comienzo del espectáculo «para reconocer a nuestros antepasados y pedir su bendición», dijo.
La apertura del concierto estuvo a cargo de una banda de tres piezas liderada por Daniel Rodríguez (guitarra acústica), quien cantó canciones en español, acompañado del bajo y la batería.
«Hay una guerra en marcha por ahí», dijo Rodríguez, quien dedicó canciones a Andy López y Renisha McBride, recientes víctimas de la violencia producto de la discriminación racial.
El clavijero de su guitarra estaba decorado con tenábaris -capullos secos de mariposa que son rellenados con piedras pequeñas de hormiguero y recogidos de los cañones de Chihuahua, México, que se utilizan en las ceremonias indígenas de esa región.
Rodríguez dijo que la inspiración de su música proviene de la ciudad fronteriza de Jamul, California, y Tecate, México, donde creció.
«En el alto desierto ves a la gente que cruza (la frontera). Usted disfruta de la belleza del desierto, pero también ve la realidad del capitalismo. De donde vengo, hay gente muy rica y gente muy pobre».
El Proyecto Bobby Young luego subió al escenario y tocó un conjunto de siete canciones con Latrosse Harris a la batería, Londres en el bajo, Funky Rob Gordon en el teclado, Bobby Young en la guitarra y su hijo Nick en la guitarra rítmica.
Abrieron con una canción de blues de balanceo que hizo que los miembros del público se levantan a bailar, mientras las teclas de Funky Rob Gordon se sacudían en el escenario durante sus solos.
El Dr. José Cuellar o ‘Dr. Loco’, como se le conoce en la Misión, entró con el saxo tenor en algunas canciones, complemento perfecto para el variado conjunto de la banda.
Continuando el patrón de agrupaciones familiares, subió al escenario el galardonado grupo Twice As Good (2XG) con Paul y Rich Steward, padre e hijo, de la tribu india Elem Pomo del condado de Lake, California.
«Blues es mi compañero, el tipo de música que te hace libre», dijo Paul.
2XG ganó en el 2013, durante el Indian Summer Festival de Blues, el premio al álbum del año por ‘Volver a Clearlake Oaks’ y en el 2010 el premio a la mejor grabación de blues durante el Native American Music Awards por su álbum ‘If That’s Alright With You’.
El último acto fue el del Dr. T y los Blues Criminals, quien empezó su set con dos canciones emocionales, en las que el Dr. T cantó con una voz impresionante acompañado por una guitarra y un bongó.
Fue un buen enfriamiento luego de la participación de los dos conjuntos de alta energía, pero el Dr. T no se quedó suave por mucho tiempo pues trajo a su hijo de 6 años de edad al escenario, Thunderchild, para tocar la armónica y bailar junto a su padre.
Con el pelo largo hasta la cintura y un montón de energía juvenil, Thunderchild se aseguró de no ser eclipsado, jugando y bailando de lado a lado con el Dr. T.
Funky Rob Gordon acompañó en las teclas y el Dr. Loco volvió con el saxofón a jugar el juego improvisado. El Dr. Loco dijo que el grupo obtuvo su nombre debido a que «son tan buenos que es criminal». Desde que comenzaron, los Criminales tocaron rock, funk, blues y una versión de «All Along the Watchtower», al estilo wah-wah psicodélico de Jimi Hendrix.
El espectáculo se cerró con una oración en grupo liderada por Luta, desde la izquierda a la parte delantera del escenario, cada persona agarró el tambor y lo tocó cantando en Ohlone.
«(Los EEUU) quiere tres cosas: tierra, recursos y mano de obra barata. La tierra es nuestra madre, no una tienda», dijo Means. «Hola a mis familiares de la frontera. La tierra de es tu madre».
«Nuestros tres enemigos son el gobierno de los EEUU, las iglesias y la educación institucionalizada. Nos han excluido de los textos escolares, convirtiéndonos en víctimas de la aculturación», agregó.
-Traducción Jazmin Reyes