En lo que algunos críticos ven como una repetición exacta de lo que ocurrió antes de la invasión a Iraq en 2003, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos presentó un informe sugiriendo que Irán podría adquirir armas de destrucción masiva.El trabajo, elaborado por ex colaboradores del actual embajador estadounidense […]
En lo que algunos críticos ven como una repetición exacta de lo que ocurrió antes de la invasión a Iraq en 2003, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos presentó un informe sugiriendo que Irán podría adquirir armas de destrucción masiva.
El trabajo, elaborado por ex colaboradores del actual embajador estadounidense en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), John Bolton, sostiene que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) carece de «capacidad para obtener información necesaria y hacer juicios» sobre el programa nuclear de Irán, y que las armas que ese país fabrica podrían ser más destructivas de lo que se cree.
Además, el informe de 29 páginas, titulado «Reconociendo la amenaza estratégica de Irán», alerta que la comunidad de inteligencia ignora en realidad los vínculos entre Teherán y la red terrorista Al Qaeda, y la responsabilidad de ésta en el conflicto de las últimas semanas entre Israel y el movimiento islamista libanés Hezbolá (Partido de Dios).
El trabajo fue divulgado en vísperas de la respuesta hecha el martes por Teherán al Consejo de Seguridad de la ONU, que exigió el inmediato cese de su programa de enriquecimiento de uranio como paso previo para reanudar las negociaciones con el grupo de tres países de la Unión Europea (UE), integrado por Alemania, Francia y Gran Bretaña, y conocido como UE-3.
El momento de la presentación del trabajo parece haber sido elegido deliberadamente para aprovechar al máximo la atención de la prensa. Por lo general, informes como éstos son revisados por todo el Comité antes de su divulgación.
Los críticos del informe, elaborado bajo la supervisión del presidente del Comité, Peter Hoekstra, del gobernante Partido Republicano, parece tener el principal objetivo de cuestionar a la CIA y a otras agencias de inteligencia, que consideran improbable que Teherán pueda desarrollar armas atómicas antes de 2010.
Neoconservadores estadounidenses, defensores de los intereses de Israel, sostienen que la CIA peca de optimismo, y critican las negociaciones entre el UE-3 y Teherán.
«La comunidad de inteligencia está dedicada a predecir el mundo menos peligroso posible», se quejó el ex congresista y pensador conservador Newt Gingrich, quien el mes pasado afirmó que Estados Unidos ya estaba en una «tercera guerra mundial» contra una «irreconciliable ala del Islam, con Irán en su epicentro».
Las críticas de Gingrich fueron muy similares a las hechas antes de la guerra de Iraq, cuando él y otros de los llamados «halcones» –el ala republicana más belicista– cuestionaron a la CIA y al Departamento de Estado (cancillería) por minimizar inicialmente las versiones de que Iraq poseía armas de destrucción masiva y tenía vínculos con Al Qaeda.
Ambas acusaciones contra el régimen del ahora depuesto presidente iraquí Saddam Hussein (1979-2003), que luego se demostró eran infundadas, fueron los dos argumentos fundamentales para lanzar la invasión a ese país de Medio Oriente.
El informe «es un recordatorio escalofriante de lo que pasó cuando analistas de inteligencia le dijeron al vicepresidente Dick Cheney que no podían demostrar que Iraq estaba fabricando una arma nuclear o que tenía vínculos con Al Qaeda», señaló el periódico The New York Times en su editorial del viernes.
El antagonismo entre los halcones y la comunidad de inteligencia data de mediados de los años 70, cuando los primeros acusaron a la CIA de ser demasiado optimista en relación a las intenciones de la ahora desaparecida Unión Soviética.
Entonces, persuadieron al presidente Gerald Ford (1974-1977) para que formara un grupo de expertos que revisaran la información de la CIA y sacaran sus propias conclusiones. Esto derivó en sospechas exageradas de los planes de Moscú que impulsaron políticas agresivas del entonces secretario de Estado, Herny Kissinger.
El nuevo estudio «es en realidad un trabajo que refleja lo que por lo menos algún congresista cree que debería afirmar la comunidad de inteligencia sobre Irán», dijo Gary Sick, experto en temas iraníes de la Universidad de Columbia y ex funcionario de la administración de Jimmy Carter (1977-1981).
El hecho de que Frederick Fleitz, un ex funcionario de la CIA, sea uno de los principales autores del informe sugiere que el trabajo es parte de una campaña más amplia que incluye a los principales halcones que impulsaron la invasión a Iraq.
Fleitz fue asistente especial de Bolton durante la primera administración del presidente George W. Bush.
Bolton, entonces subsecretario de Estado para Seguridad Internacional y Control de Armas, trabajó estrechamente con los neoconservadores en la oficina de Cheney y en el Pentágono para socavar a quien se desempeñaba como secretario de Estado, Colin Powell, quien procuraba negociar con Irán, Corea del Norte y Siria sobre diversos asuntos.
El propio Bolton fue acusado de haber ejercido presión contra los analistas del Departamento de Estado para que exageraran sus estimaciones sobre las capacidades nucleares de esos países, e incluso de Cuba.
El informe del Comité «debe ser leído como una politización de la inteligencia» destinada a «enviar un mensaje» de que cualquier estimación sobre Irán que tenga una visión menos alarmante será vista como sospechosa», sostuvo el analista John Prados, experto en seguridad nacional.
«Parece que la manipulación de la información de inteligencia, como hizo la administración Bush para lanzar su guerra en Iraq, se repite ahora con Irán», escribió Prados en el sitio web Tompaine.com.