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Entrevista con Ana Elvira, miembro de la Comisión de Coordinación de Lokarri

«Hay que construir de nuevo un proceso de paz y apostar por la no violencia y el diálogo»

Fuentes: Revista El Gran Poder

Hace casi un año, ETA declaró un alto el fuego. Por eso, en aquel momento pensamos que sería interesante hablar sobre el tema y entrevistamos al responsable de comunicación de una organización de Euskadi, llamada Lokarri, «lo que nos une», en castellano. Trabaja por una solución pacífica y dialogada al conflicto, mediante el diálogo y […]

Hace casi un año, ETA declaró un alto el fuego. Por eso, en aquel momento pensamos que sería interesante hablar sobre el tema y entrevistamos al responsable de comunicación de una organización de Euskadi, llamada Lokarri, «lo que nos une», en castellano. Trabaja por una solución pacífica y dialogada al conflicto, mediante el diálogo y el acuerdo. Ahora, casi un año después de aquello, y dos meses después del atentado de Barajas, con toda la pelea y tensión que esto ha provocado en los sectores «altos» de la política, la desesperanza entre la gente, etc, creemos que es otra vez un buen momento para pedirle de nuevo a esta gente que trabajan sobre el terreno, su opinión sobre ciertos temas.

El problema vasco, el terrorismo de ETA, la lucha entre partidos a cuenta del terrorismo… son temas tan prostituidos, hay tanta mentira o verdad a medias, tantos intereses (en el mal sentido de la palabra) detrás de todo ello, que la verdad, creemos que es difícil encontrar a alguien a quien entrevistar con la confianza que da la autoridad moral, transparencia y sentido común de Lokarri.

En este caso, Ana Elvira fue la que nos respondió, en nombre de Lokarri. No se trata de elogiar gratuitamente a nadie, pero nos trataron con una amabilidad y disposición absolutas. Ana es miembro de la Comisión de Coordinación de Lokarri.

Si alguien quiere informarse por el trabajo de esta organización, puede hacerlo en www.lokarri.org

EGP: Tras la declaración de ETA de una tregua indefinida el pasado Marzo, entrevistamos a Daniel Martirena, responsable de comunicación de Lokarri, y nos comentaba que creía que había tres grandes peligros para la salud de un proceso de paz. Estos peligros eran que no se cambiara la política de dispersión de los presos, que continuase la kale borroka (lucha callejera) y que no cesara la extorsión por parte de ETA. ¿Cómo es posible que ante una oportunidad como la que había, todos los responsables de llevarla a cabo hayan fallado de esa forma?

Lokarri: Después de los pasos esperanzadores que comenzaron con la declaración de alto el fuego permanente de ETA y la resolución del Congreso de los Diputados, ya en otoño de 2006 la percepción generalizada era de bloqueo y crisis del proceso de paz. Durante estos meses no se produjeron avances significativos y, por el contrario, aparecieron nuevos obstáculos y dificultades que llenaron de sombras la oportunidad creada. Por una parte, ETA comenzó a lanzar señales que generaron las primeras dudas sobre su voluntad y determinación de poner fin a la violencia. El robo de las pistolas, los comunicados y la persistencia de la kale borroka alimentaron esta impresión. Por otra parte, el Gobierno no dio pasos concretos a favor de la distensión y del respeto a todos los derechos humanos. Por último, las conversaciones entre las fuerzas políticas no fructificaron en un primer acuerdo para constituir la mesa de partidos. Aunque a finales de Diciembre la esperanza volvió a cobrar fuerza al conocerse la reunión entre el Gobierno y ETA y la reanudación de los contactos para acordar la creación de la mesa de partidos, todo ello quedó truncado con el atentado de ETA en Madrid.

EGP: Decíais en esta revista, tras el anuncio de alto el fuego, que era el momento de la política con mayúsculas. ¿Podríais hacer un breve balance de lo que, bajo vuestro punto de vista, ha sido la actuación de cada uno de los principales agentes políticos durante la tregua y tras el atentado de Barajas? (Gobierno español, PP, Batasuna, Gobierno vasco)

Lokarri: En la actuación de estos agentes hay dos aspectos: su reacción ante el atentado y las conclusiones que han sacado de cara a medio o largo plazo. Con respecto a la primera cuestión, es evidente que todos, excepto Batasuna, han coincidido en condenar el atentado de Barajas. A partir de ahí, respecto al PP, no compartimos su decisión de tratar de bloquear el proceso. Están en su derecho de no participar, pero no tienen el derecho de impedir que una mayoría social y política trate de buscar soluciones por la vía del diálogo. Vetar las soluciones es antidemocrático y un error. El PP tiene que ser consciente de que estamos ante una gran oportunidad que exige actuar con altura de miras. Batasuna, por su parte, ha esbozado algunos trazos que indican cierta reflexión social. Ahí está, sin ir más lejos, la última propuesta que ha puesto encima de la mesa, que nos parece positiva y más realista, pero que también presenta algunas dudas. Por último, el Gobierno Vasco y el Ejecutivo de Zapatero siguen apostando por una solución dialogada a este problema y, por el momento, no se ha producido una vuelta atrás en estos posicionamientos.

EGP: Creemos que la posición del PP en estos meses ha influido mucho en lo que ha ocurrido. Han sido los únicos que no han apoyado al Gobierno y en todo momento han parecido desear que no saliera adelante el proceso de paz, haciendo lo imposible por debilitarlo. Sus dos líneas argumentales a la hora de atacar al Gobierno han sido: «Negociar es claudicar» y «El Gobierno se rinde ante todo lo que ETA le exige». Creemos que esta actitud merece una mirada atrás. Os pedimos que desde la perspectiva que os da vivir el problema desde cerca, brevemente, nos expliquéis qué se hizo en la anterior tregua por parte del Gobierno Aznar, y qué se ha hecho ahora.

Lokarri: El PP hizo movimientos más visibles, pero trabajó menos en el fondo. Y ahora, podría haber pasado lo contrario. Ante la anterior tregua de ETA, José María Aznar habló de «generosidad», hizo un acercamiento a cárceles más próximas al País Vasco de alrededor de 150 presos de ETA y autorizó contactos discretos, aunque, al no tener trabajada la base del diálogo, estos contactos fueron poco o nada fructíferos. El gabinete Zapatero parece que ha trabajado mejor este aspecto y se ha tomado su tiempo para poner unas bases más sólidas, pero no ha hecho gestos de distensión, lo que ha lastrado el avance del proceso.

EGP: ETA y Batasuna creen que las dos víctimas del atentado de Barajas no tienen por qué suponer el final del proceso. El Gobierno lo da por roto. El Gobierno vasco pide que se hagan esfuerzos por reconducirlo. La oposición ataca al Gobierno exigiéndole que lo rompa, cosa que el Gobierno ya ha hecho. En medio de tanta confusión, ¿qué alternativas reales creéis que existen para volver a una situación de entendimiento?

Lokarri: Tras el atentado de Barajas, la inmensa mayoría de los partidos políticos y de la sociedad considera que está roto el proceso de paz iniciado el pasado 22 de marzo. Sin embargo, el proceso hacia la paz es un camino irreversible. En la actual situación nos enfrentamos a tres retos: no precipitarse y tomar decisiones que agraven más la situación, minimizar los daños y no romper los puentes de diálogo o volver a políticas antiterroristas del pasado y en tercer lugar, clarificar la situación. Este momento de indefinición no es sostenible. Hay que construir de nuevo un proceso que dé respuesta a las esperanzas de paz de la sociedad vasca y apostar de manera firme por la no violencia, el diálogo y el acuerdo.

EGP: ¿Qué creéis que pasa dentro de Batasuna? ¿Por qué han sido incapaces de condenar el atentado de Madrid?, algo que, además de ser moralmente necesario, hubiera supuesto un reforzamiento del proceso de paz.

Lokarri: En ese mundo hay cada vez más personas que consideran que, en caso de que ETA vuelva a la violencia, está colocando a la izquierda abertzale en una situación en la que va a perder la iniciativa política y cualquier contacto con lo que es la realidad social. Se están empezando a percibir intentos de un sector de la izquierda abertzale por volver a poner las condiciones para un nuevo proceso de paz.

EGP: El papel de la Justicia ha sido fundamental. De Juana Chaos*, prohibición de manifestaciones, Segi, Jarrai y Haika declaradas organizaciones terroristas… Nada de esto ha favorecido el curso del proceso. ¿Era posible haber tomado otros caminos, teniendo en cuenta la función que ha de desarrollar el poder judicial?

Lokarri: La justicia ha tenido en varias ocasiones oportunidades de contribuir al proceso de paz y las ha desaprovechado. Esta situación, en gran parte, nace de la ilegalización de Batasuna, que ha provocado que una parte importante de nuestra sociedad haya sido despojada de sus derechos civiles y políticos. En muchos momentos de los últimos meses, Lokarri ha exigido públicamente el respeto al principio de separación de poderes y que jueces y tribunales no se inmiscuyan en la acción de la política. En cuanto al caso de De Juana Chaos, la rebaja de la pena, siendo una buena noticia, no debe ocultar que esta persona ha sido condenada por su pasado, no por sus hechos presentes. Instituciones Penitenciarias debe flexibilizar ahora su situación, por haber cumplido ya parte de la condena y por su delicado estado de salud. Confiamos en que esta situación pueda solventarse, tanto por su lado humano como por el efecto perverso que ha causado en el proceso de paz.

EGP: Las siglas ETA aparecen a diario en la portada de todos los periódicos, forman parte de su día a día. ¿Qué papel creéis que ha jugado y podría jugar la prensa a la hora de favorecer la paz?

Lokarri: Los medios de comunicación deben hacer un ejercicio de responsabilidad y no pensar tanto en sus propios fines como en los objetivos de paz y normalización que persigue la sociedad. En estos últimos meses hemos tenido ejemplos abundantes de ambas posturas. La discreción en algunos momentos y evitar informaciones parciales o partidistas es fundamental en este ámbito. La labor de la prensa es muy importante por el impacto que tiene en la sociedad y por eso debe ser consciente de su papel.

EGP: Siendo realistas y viendo la forma en la que ETA ha actuado, rompiendo la tregua sin previo aviso y con dos personas muertas, ¿cómo creerse las intenciones de paz de ETA tras esto? ¿Creéis que de verdad es posible tener esperanza en un final del terrorismo?

Lokarri: ETA, con el atentado, dio un golpe muy grande a las esperanzas de la sociedad. Además, ha generado una situación en la que no se dan las condiciones para abordar un diálogo resolutivo. A pesar de ello, el proceso hacia la paz es imparable. La realidad social, que apuesta mayoritariamente por la no violencia y el diálogo, la coyuntura histórica e internacional, que ha cambiado tras los atentados del 11S y el 11M, y la apuesta política por buscar un final dialogado al problema de la violencia hacen que sea muy difícil la vuelta de ETA a épocas pasadas de atentados y asesinatos. El proceso, entendido como un camino que se inició el pasado 22 de Marzo, está roto, pero el proceso hacia la paz es un camino irreversible. La sociedad no está dispuesta a aceptar una vuelta a las etapas de violencia, incomunicación y tensión, y exige claridad en las propuestas para lograr el fin de la violencia.

EGP: ¿Qué alternativas plantea Lokarri en este momento? ¿A quién pensáis que le toca mover ficha y cómo ha de hacerlo?

Lokarri: Lokarri ha presentado recientemente una propuesta para tratar de clarificar esta situación, en la que el proceso está roto por la vía de los hechos y en la que ETA mantiene un alto el fuego que no es suficiente para generar confianza y que es poco creíble por el riesgo de que vuelva a vulnerarlo. Por una parte, ETA debe presentar una propuesta para el final de la violencia que sea clara, irreversible, viable y transitable por instituciones, partidos y el conjunto de la sociedad. Por otra parte, ahora que los partidos están dialogando para establecer una estrategia común frente a la violencia, deben acordar una hoja de ruta que marque los pasos a dar en el caso de que ETA presente dicha propuesta para el final de la violencia. Uno de los problemas que ha tenido el proceso de paz ha sido la indefinición o falta de acuerdo sobre los pasos a dar para aprovechar la oportunidad. Ha existido falta de previsión e iniciativa. Por tanto, los partidos deben acordar una oferta concreta con la que responder a ETA si ésta apuesta por el fin de la violencia.

EGP: Para terminar con algo de optimismo, ¿pensáis que se pueden sacar conclusiones positivas? ¿Creéis que han servido de algo estos meses de tregua?

Lokarri: Además del dato evidente de un largo periodo sin muertes, los meses de tregua han dibujado una metodología de fin dialogado de la violencia que ha recibido el respaldo de la gran mayoría de la sociedad y de los partidos políticos. Cualquier acción futura deberá tener en cuenta los errores cometidos hasta el momento para evitar que vuelvan a darse en el futuro. Contamos con bastante camino recorrido que no ha sido en absoluto baldío. Una de las claves en las que queremos incidir desde Lokarri es en el tema de la consulta. Queremos que haya una consulta que refrende un acuerdo, pero para el caso de que la situación se deteriore de manera imparable, creemos que también debe consultarse a la sociedad para que ésta diga claramente cómo quiere que se resuelva este problema. En definitiva, el proceso sobre el final de la violencia ­más amplio que el que comenzó el 22 de Marzo, no se ha perdido. Se siguen dando las condiciones sociales y políticas en el Estado y en el entorno internacional. Hay que continuar creando condiciones para que los pasos dados hasta el momento sean irreversibles.

Nota:

* En el momento de la entrevista, aún no se había decidido que De Juana cumpliera lo que le quedaba de condena en su casa, prisión atenuada.