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Vitoria-Gasteiz, 3-M-29

Herriak ez du ahaztuko (el pueblo no olvidará)

Fuentes: Rebelión

Hay palabras que por un mal uso, o abuso, pueden llegar a cansarnos. En ocasiones, detrás de este proceso que nos lleva a aborrecer ciertos términos, se puede esconder una historia de dominados y dominantes. Siendo los dominantes, los controladores del itinerario que llega a modificar el significado original del término. Para mí, una de […]


Hay palabras que por un mal uso, o abuso, pueden llegar a cansarnos. En ocasiones, detrás de este proceso que nos lleva a aborrecer ciertos términos, se puede esconder una historia de dominados y dominantes. Siendo los dominantes, los controladores del itinerario que llega a modificar el significado original del término. Para mí, una de estas palabras es democracia.

La palabra democracia proviene del griego y significa literalmente, gobierno del pueblo. La democracia ateniense se basaba en el principio de que la soberanía es ejercida directamente por los propios ciudadanos. Llegaron a la conclusión de que ningún ciudadano debe estar sometido al poder, y si esto no fuera posible, el poder debería distribuirse igualitariamente entre los ciudadanos. No pretendo caer en idealizaciones, en la antigua Atenas, los ciudadanos que hacían política eran sólo los hombres y el sistema productivo se asentaba en esclavos que, por supuesto, no participaban en gobierno alguno, sino entender el camino que ha recorrido este término hasta llegar a ser aborrecido por muchos de nosotros.

Ahora, en el Reino de España, se vive bajo un régimen de nombre democracia y de apellido parlamentaria. Se ha transitado desde una dictadura fascista al sistema actual. El camino recorrido, fue dirigido en todo momento por los dominantes; aquellos que ostentaban el poder económico y político en el régimen fascista. Como resultado, la jefatura del estado la ostenta, actualmente, el encomendado por el dictador.

Consensuaron el eje sobre el que debía moverse la transición: «impunidad«, no querían que se repitiese algo parecido a lo sucedido en Nurenberg. En esta ciudad alemana, fueron juzgados los crímenes nazis, movimiento político coetáneo y hermano del fascismo español. No solo fueron juzgados líderes nacional-socialistas, también se dirimieron responsabilidades entre empresarios que colaboraron o se enriquecieron bajo el paraguas de Hitler. Los dominantes españoles sabían, que para poder reubicarse en el postfranquismo, debían buscar alianzas con líderes de izquierdas que abalasen ese modelo de impunidad imprescindible para mantener sus cuotas de poder.

Eran tiempos revueltos, convenía controlar el mayor número posible de factores para que nada se saliese del guión. Santiago Carrillo o los jóvenes abogados sevillanos que se alzaron con el poder en el PSOE (en aquellos años un partido minoritario) fueron los encargados de dar la estabilidad necesaria a este proceso. Recomiendo, para quien quiera ahondar en lo sucedido en este periodo, el documental «Después de» o los libros «Soberanos e intervenidos «de Joan Garcés o «La larga sombra de Franco en la transición» de Alfredo Grimaldos . En el reino de España, el significado del término democracia ha sido tutelado por una clase dirigente (dominadores), que ha seguido manteniendo sus privilegios, convirtiendo la gestión del poder en un partido de tenis entre solo dos contendientes (PP y PSOE); unos directamente entroncados con el régimen fascista y los otros pasando a formar parte de la clase dirigente. No hay más que ver el currículum de Felipe González o en que barrio vive. La lista de dirigentes de este partido que pasan al mundo de la gran empresa es larguísima . Por cierto, Carrillo terminará sus días políticos cobijado en el autodenominado Partido Socialista Obrero Español.

3 de Marzo de 1976, Gasteiz.

Un movimiento de carácter obrero se convertía en un fenómeno de masas. Asambleario, se articulaba con una honda raíz democrática. Miles de personas pretendían ejercer un control sobre sus propias vidas, pretendían avanzar en su soberanía. Querían, nada menos, unas relaciones laborales justas. A este movimiento se sumaron estudiantes, grupos feministas… El miedo al contagio era muy grande; si este modelo funcionaba, estaba en riesgo el proyecto de la élite dominante. ¿A dónde serían capaces de llegar? Empiezan por reivindicaciones laborales pero, nadie sabe hasta dónde pueden ir. La reacción no tardó en llegar; en una parroquia del barrio de Zaramaga se celebraba una asamblea multitudinaria que fue disuelta a tiro limpio. Cinco asesinados a manos de las fuerzas de seguridad del estado y decenas de personas heridas. El modelo de impunidad pactado con la élite es sólido, por lo que, futuros gobiernos del PP y del PSOE, se encargaran de evitar cualquier atisbo de justicia para con estos asesinatos.

Gasteiz, 29 de marzo del 2012.

Una reforma laboral, continuación de la reforma laboral y de pensiones de Zapatero, supone una pérdida de derechos para las personas trabajadoras sin precedente alguno. El PP repite por activa y por pasiva en su campaña electoral, que no habrá recortes en los derechos sociales; ganan las elecciones y esta reforma deja al descubierto sus mentiras.

Desde los funerales, por los asesinatos del 3 marzo, no se veía tanta gente en las calles de Gasteiz. En un ejemplo de ejercicio democrático, la gente quiere que se derogue esa reforma; no aparecía en el programa del partido gobernante. Quieren soberanía, quieren que se le permita decidir sobre aspectos fundamentales en sus vidas, aspectos como el despido libre, ERES, convenios colectivos,… Pero, la democracia de nombre y de apellido parlamentaria, permite la toma de decisiones autoritarias que se traducen en leyes y reglamentos vinculantes para toda sociedad. Una pequeña minoría de individuos (dominantes) pueden conculcar los derechos de una gran mayoría (dominados).

Un gran número de personas sale a la calle como piquetes informativos, animan y sobre todo informan. Informan, porque los llamados medios informativos no han hecho más que defender los intereses de esa élite dominante que copa los principales grupos mediáticos, así es la empresa privada, amigos y amigas. Y animan, porque hacer huelga en este contexto de precariedad laboral puede suponer el despido. Entre estos grupos, se encontraba Xuban Nafarrete, joven gasteiztarra de 19 años.

Al igual que en el 1976, los dominantes se ponen muy nerviosos, mucha gente en la calle puede ser peligrosos para sus intereses. Las provocaciones y vejaciones policiales son todavía más fuertes que en las anteriores huelgas. Un pelotazo de la policía autonómica, bajo el mando de Rodolfo Ares (PSOE), impacta directamente en la cabeza de Xubán, mandándole a la UCI. Al día siguiente, a los que se solidarizan con el herido les toca aguantar el desprecio ,de los que gestionan el poder, traducido en porrazos y detenciones. En youtube se pueden ver las imágenes . Treinta y siete años de impunidad provoca que, la consejería de interior, dé una inverosímil versión de los hechos. Ya no tienen que esforzarse ni en mentir. No se escucha arrepentimiento, ni reflexión alguna acerca del uso de la violencia. Hay un joven hospitalizado, varias personas han resultado heridas de diversa consideración, entre ellas una señora a la que rompen la clavícula a porrazos. Lanzan pelotas contra la multitud, entre la que hay niños de corta de edad, pudiendo provocar peligrosas estampidas… Les da igual, tienen el monopolio de la violencia y así nos lo hacen saber.

Quiero mandar varios mensajes:

Para Rodolfo Ares y Mariano Rajoy: esta crisis va a dejar al descubierto de dónde vienen, quiénes son y a quién defienden ustedes; no tienen ni idea de lo que significa la palabra democracia. Viendo la naturaleza del estado que han creado, no les extrañe, que cada vez sean más lo que se quieren «ir».

Para la policía autonómica: imagino que, para muchos de ustedes, el verbo pensar les será ajeno. No obstante, insisto, creo que deberían de ponerlo en práctica. Piensen en la persona que aferra la cuerda que ustedes tienen al cuello. Y luego miren si, los de su alrededor, o ustedes mismos, comparten los mismos intereses que el que, a golpe de cuerda, les va ordenando lo que tienen que hacer. Paradójicamente, Xuban estaba defendiendo sus derechos como funcionarios públicos, y piensen si ustedes, como tales funcionarios, tienen el deber de garantizar la seguridad de Xuban.

Para Xuban y los que quieren a Xuban Nafarrete: «herriak ez du ahaztuko» (el pueblo no olvidará); vamos a luchar contra la impunidad de los dominantes, vamos a ser más piquetes y más activos. Os mando un fuerte y cálido abrazo, deseando una rápida recuperación.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.