Traducido para Rebelión por Ulises Juárez Polanco (www.juarezpolanco.com)
«Parte de mi trabajo es saber escuchar», Hillary Clinton1 escribió en la primera línea de la carta que recibí hoy. Como un neoyorquino, soy representado por Hillary en el Senado de EE.UU. Junto a su carta de dos páginas para recaudar fondos, recibí una copia de cuatro páginas de la «Encuesta sobre Temas Nacionales Críticos 2005».
Pero algo estaba faltando – algo de lo que Hillary obviamente no quiere escuchar: IRAK. En ninguna parte de la carta o el cuestionario estaba esa palabra de cuatro letras.
La primera pregunta de Hillary me pedía que ordenara nueve temas en el «orden de importancia». Irak no estaba en la lista. Tampoco había un espacio donde pudiese agregar un tema que ella de alguna manera hubiese olvidado.
El problema es que ella no se había olvidado de la guerra. Simplemente no quiere escuchar acerca de uno de los temas más importantes que está dividiendo la nación, secando el presupuesto federal, desestabilizando el Medio Oriente, socavando las leyes e instituciones internacionales y propagando el miedo y el odio hacia nuestro país.
Cuando las encuestas nacionales muestran que el 54% o más de los estadounidenses quieren que nuestras tropas sean retiradas sin demora de Irak, y el 60% creen que fue un error haber enviado tropas en primer lugar, imaginen cuan alta es la mayoría para esas propuestas en el estado de New York donde vive Hillary.
La carta de Hillary decía que adjuntaba el cuestionario para ayudar a medir la preocupación acerca de la «agenda extrema de Bush». Pero en la iniciativa central sobre políticas extranjeras de la agenda de Bush, ella ha sido cómplice: cuando ella votó para autorizar la guerra de Irak y, hoy, cuando ella repite los argumentos de la Casa Blanca para criticar a los partidarios del retiro.
La carta de Hillary concluía haciendo un llamado a aquellos estadounidenses que creen que «nadie me está escuchando». Yo no soy uno de esos estadounidenses: miembros progresistas del Congreso han estado escuchando a sus electores, y hablando firme y valientemente para terminar la ocupación desestabilizadora de EE.UU. en Irak. Ahora incluso un halcón como John Murtha1 está escuchando. Es Hillary la que no está escuchando.
Lo que yo quiero para la época de Navidad es un Demócrata antiguerra que rete a Hillary Clinton en las próximas elecciones primarias para el Senado. Y quiero un Demócrata antiguerra enérgico que se le oponga en la nominación presidencial del 2008.
El encuestador John Zogby cree que un Demócrata progresista creíble retará a Hillary para la presidencia en 2008: «Habrá un candidato antiguerra», predice Zogby. «Eso es lo que la base demanda».
La carta de Hillary terminaba con un P.D.: «Favor enviar de vuelta su encuesta completa con una contribución generosa en los próximos 10 días».
Inmediatamente regresé la encuesta… con la palabra «IRAK» rayada encima con un marcador. Pero no había ninguna «contribución generosa». Estoy dejando mi chequera abierta para candidatos listos para retar la agenda extrema de Bush, en casa y en Irak – y para retar a Hillary también.
Jeff Cohen es analista y escritor. www.jeffcohen.org
ZNet. Noviembre 27, 2005.
http://www.zmag.org/content/print_article.cfm?itemID=9202§ionID=15
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N. del T.
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1. Hillary Rodham Clinton (1947). Actualmente la senadora más joven de los Estados Unidos (desde 2001). Primera Dama de los EE.UU. desde 1993 al 2001, como la esposa del presidente Bill Clinton. Es miembro del Partido Demócrata y una de las caras con mayor influencia dentro del partido. Actualmente está inmersa en la carrera electoral para su reelección al Senado y es vista como una probable candidata presidencial en 2008. Dentro del debate nacional sobre el retiro o no de las tropas estadounidenses en Irak, Hillary Clinton opinó a mediados de este mes que una retirada de Irak sería «una gran equivocación», porque «eso nos causaría más problemas en Estados Unidos».
2. John Murtha: Representante por Pennsylvania desde hace más de tres décadas y tenaz defensor de las Fuerzas Armadas de EE.UU. Es el congresista demócrata con mayor credibilidad en cuestiones de seguridad nacional. Recientemente llamó a la retirada, argumentando que «nuestras fuerzas armadas han hecho todo lo que se les ha pedido. Militarmente, Estados Unidos ya no puede hacer más en Irak. Ya es hora de traer a casa a nuestras tropas». La Casa Blanca lo ha comparado a Michael Moore y calificado su propuesta como una torpeza inaudita. Cosas que uno tiene que ver para creer.