El próximo 27 de octubre, la Asamblea General de Naciones Unidas votará por vigésima cuarta ocasión una resolución de condena total y absoluta al brutal e ilegal bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba. Pese al reciente e indudablemente histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, y las repetidas declaraciones del presidente […]
El próximo 27 de octubre, la Asamblea General de Naciones Unidas votará por vigésima cuarta ocasión una resolución de condena total y absoluta al brutal e ilegal bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Pese al reciente e indudablemente histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, y las repetidas declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama sobre la inutilidad y obsolescencia del bloqueo a la isla caribeña, esta medida no sólo no ha sido retirada sino que sus efectos nefastos se han profundizado.
«Se ha creado en el mundo una falsa impresión e ilusión de que con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países – que por cierto apreciamos y reconocemos por su significado y valor histórico – es como que ya el bloqueo contra Cuba se hubiera terminado o, por lo menos, se hubiera flexibilizado», dijo Eduardo Martínez Borbonet, embajador de Cuba en Nicaragua.
«Nada de eso ha ocurrido, ni ha cambiado la esencia y el contenido de los principales aspectos de la política del bloqueo. Por eso necesitamos presentar esta nueva resolución de condena de la politíca del bloqueo contra Cuba», agregó este martes (6/10) ante medios nacionales e internacionales.
Según el diplomático, en estos últimos años, incluso en el período del diálogo y conversaciones confidenciales, el bloqueo continuó fortaleciéndose con marcado y creciente carácter extraterritorial, en particular en el ámbito financiero y comercial.
«Seguimos imposibilitados de poder importar y exportar libremente bienes y servicios hacia y desde Estados Unidos, de poder utilizar el dólar en nuestras transacciones financieras internacionales o de tener cuentas en esa moneda tanto en Estados Unidos como en terceros países.
Tampoco podemos acceder a crédito de bancos en Estados Unidos o de sus filiales en otros países, ni de las instituciones financieras internacionales», continuó Martínez Borbonet.
Efectos del bloqueo. Una deuda pendiente
Hasta abril de 2015, mediante cálculos conservadores y basados en una metodología sumamente rigurosa, los daños económicos acumulados del bloqueo, en relación con el valor del oro en el mercado internacional, ascienden a 833 mil 755 millones de dólares.
En este sentido, el bloqueo sigue siendo una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todos las y los cubanos.
«Una vez más afirmamos que es necesario y urgente levantar el bloqueo. No podemos hablar de relaciones normales con Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo, se mantenga ocupada la base de Guantánamo, mientras se mantenga una política de apoyo a la subversión en Cuba», reiteró el diplomático cubano.
Obama debe hacer más
Si bien el presidente Obama hizo varios llamados al Congreso norteamericano sobre la necesidad de levantar el bloqueo, el embajador cubano advirtió que existen facultades ejecutivas que le permitirían al mandatario modificar de forma sustancial la aplicación del bloqueo mismo, sin necesidad de acudir al Congreso.
«Son trece prerrogativas que tiene Obama para continuar modificando la aplicación del bloqueo, entre otras, autorizar el uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba, consentir que dichas transacciones se realicen a través del sistema bancario de Estados Unidos, así como posibilitar a entidades cubanas abrir cuentas en bancos de Estados Unidos y autorizar las exportaciones directas a Cuba de productos norteamericanos», explicó Martínez Borbonet.
El mandatario estadounidense podría también permitir que Cuba importe desde terceros países productos que contengan más del 10% de componentes norteamericanos, permitir las importaciones en Estados Unidos de servicios cubanos, y autorizar a las compañías norteamericanas realizar inversiones en Cuba.
Asimismo, autorizar a ciudadanos norteamericanosa recibir tratamientos médicos en Cuba, permitir la concesión de créditos, préstamos y financiamientos a Cuba para la adquisición de productos en el mercado de Estados Unidos, y autorizar que aviones y embarcaciones cubanas transporten viajeros, carga y correo postal entre los dos países.
«Hay avances pero confiar en los EEUU es otro asunto»
En repetidas ocasiones la administración Obama ha criticado la estrategia usada hasta el momento contra Cuba, tildándola de ineficaz y obsoleta, pero en ningún momento ha puesto en duda el objetivo final de la política norteamericana.
«El discurso ha sido un poco ambivalente. Aunque el presidente Obama haya hablado de política fallida y haya dicho que hay que rectificar y que debe haber un nuevo comienzo, sabemos que hay fuerzas muy reaccionarias que mantienen los mismos objetivos. Ningún revolucionario puede ser confiado. No estamos confiados que en este proceso todo va a ser fácil. Sería ingenuo de nuestra parte», dijo el embajador Martínez a la LINyM.
«Son peligros latentes y por eso estamos planteando que Estados Unidos renuncie a estos objetivos, incluso de subversión interna para cambiar el régimen político», agregó.
La Declaración de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) para establecer América Latina y el Caribe como zona de paz ha sido muy clara.
«No es solamente la ausencia de guerra o el uso de las amenazas de guerra, sino la renuncia a la imposición y el respeto al régimen económico, social, político y cutural de cada país. Sin eso es difícil conseguir la paz. En el caso de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se trata de un proceso que va a llevar su tiempo», concluyó el diplomático cubano.
Fuente: LINyM