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Impunidad dentro de nuestras fronteras, y ahora también por gracia divina, fuera de ellas con la supresión del principio de justicia universal

Fuentes: Rebelión

El Partido Popular, en contra de la opinión de jueces, fiscales, ONG´s y asociaciones de todos los ámbitos, y de todos los partidos políticos de la oposición, acaba con la justicia universal en nuestro país amenazándonos a toda la ciudadanía con el desamparo. Este artículo no es uno mas para mi. No hablaré del principio […]

El Partido Popular, en contra de la opinión de jueces, fiscales, ONG´s y asociaciones de todos los ámbitos, y de todos los partidos políticos de la oposición, acaba con la justicia universal en nuestro país amenazándonos a toda la ciudadanía con el desamparo.

Este artículo no es uno mas para mi. No hablaré del principio de justicia universal ni de las causas que se verán afectadas con su supresión, toda información en ese sentido es accesible en internet. Este escrito es uno que surge de la impotencia de una víctima que ve su derecho a la justicia amputado al ver como la causa que se lleva contra máximos dirigentes de Israel, gracias a la querella que interpusimos en la Audiencia Nacional tras el ataque a la Flotilla de la Libertad, puede quedar archivada. Es un grito de una víctima que pide justicia, es un llamado a la conciencia de jueces, fiscales y políticos para que por todos los medios posibles paralicen esta injusta reforma para que todas las víctimas encontremos el amparo que nuestro gobierno nos debe.

Pienso en mis compañeros de viaje, esos nueve colegas turcos que fueron asesinados a sangre fría por los soldados israelíes, en los interrogatorios sin defensor presente, en las amenazas y en los golpes que recibimos en el aeropuerto de Ben Gurión, pienso en el desamparo inicial de la fiscalía de mi país que lejos de actuar de oficio, se vio obligada posteriormente a reconocer en un su escrito, una vez el juez Ruz acepto nuestro caso, que se habían cometido crímenes de lesa humanidad en el ataque que recibimos, e insto al gobierno a elevar el caso al Tribunal Penal Internacional de La Haya. Pienso en lo que sufrieron nuestras familias en las horas y días posteriores al ataque y me es inevitable pensar en el cambio radical que supuso en nuestras vidas semejante trauma, que a día de hoy seguimos llevando con nosotros. Cuando pienso que con el final de la justicia universal la posibilidad de hacer justicia se evapora, no solo me pongo enfermo sino que veo en estos legisladores, que recortan mis derechos como víctima, a los asesinos de mis colegas y a quienes me torturaron.

Cada 31 de mayo desde el año 2010 es un día triste en el que la realidad de la población palestina se hace omnipresente en nuestras vidas. Ese día, el aniversario de nuestra masacre, nos hace recordar lo que vive a diario la población palestina pero también nos mantiene vivos y firmes, especialmente por la posibilidad que existía de que tarde o temprano los responsables de nuestra masacre y la del pueblo palestino, se sentasen en los banquillos de las salas de la Audiencia Nacional para hacer justicia.

Se ampara el gobierno para suprimir este principio de justicia universal en los conflictos diplomáticos que ocasionan, pero suprimir un principio que protege y ampara a tus nacionales debería de estar penado por traición. Uno no ha de gobernar para contentar a potencias extranjeras sino para atender y proteger a sus ciudadanos. Este gobierno ya nos ha demostrado con sus políticas que están en contra de su gente y que los intereses que defienden son espurios. Con este nuevo paso, podemos afirmar que el Partido Popular es cualquier cosa menos patriota pues tras haber vendido el país a los bancos y a las potencias extranjeras, ahora vende a sus ciudadanos en el exterior abandonándolos a su suerte.

La muerte del principio de justicia universal podría parecer una maniobra del gobierno para no incomodar demasiado a ciertas potencias como China, Israel o EE.UU., y estoy seguro que algo de verdad hay en ese argumento, pero acostumbrados al espectáculo que nos ofrecen a diario nuestros gobernantes, empresarios y banqueros cabría pensar que no satisfechos con la impunidad que se brindan dentro de nuestras fronteras, también la desean fuera de ellas.

Nos quieren dejar sin esperanzas pero cada agujero que tapan para que no entre el sol, hay alguien en otro lugar que nos abre una ventana. La justicia argentina ya hizo sonreír a miles de represaliados españoles del franquismo por haber sido sensibles al drama de que no pudieran encontrar ese amparo en su propio país, algo vergonzante que las propias Naciones Unidas ha censurado. Esto demuestra que si nuestro país nos expulsa del derecho a la justicia por los crímenes de los que hemos sido víctimas, encontraremos otros espacios donde poder reclamarla, en Argentina o en La Haya, pero sin duda lo mínimo exigible a un gobierno es que ese espacio de amparo se ofrezca en el propio país del que uno es nacional.

La #MarcaEspaña se devalúa hasta el punto de que decir España y decir Impunidad, alcanza a ser sinónimo.El Partido Popular, en contra de la opinión de jueces, fiscales, ONG´s y asociaciones de todos los ámbitos, y de todos los partidos políticos de la oposición acaba con la justicia universal en nuestro país amenazándonos a toda la ciudadanía con el desamparo.

Este artículo no es uno mas para mi. No hablaré del principio de justicia universal ni de las causas que se verán afectadas con su supresión, toda información en ese sentido es accesible en internet. Este escrito es uno que surge de la impotencia de una víctima que ve su derecho a la justicia amputado al ver como la causa que se lleva contra máximos dirigentes de Israel, gracias a la querella que interpusimos en la Audiencia Nacional tras el ataque a la Flotilla de la Libertad, puede quedar archivada. Es un grito de una víctima que pide justicia, es un llamado a la conciencia de jueces, fiscales y políticos para que por todos los medios posibles paralicen esta injusta reforma para que todas las víctimas encontremos el amparo que nuestro gobierno nos debe.

Pienso en mis compañeros de viaje, esos nueve colegas turcos que fueron asesinados a sangre fría por los soldados israelíes, en los interrogatorios sin defensor presente, en las amenazas y en los golpes que recibimos en el aeropuerto de Ben Gurión, pienso en el desamparo inicial de la fiscalía de mi país que lejos de actuar de oficio, se vio obligada posteriormente a reconocer en un su escrito, una vez el juez Ruz acepto nuestro caso, que se habían cometido crímenes de lesa humanidad en el ataque que recibimos, e insto al gobierno a elevar el caso al Tribunal Penal Internacional de La Haya. Pienso en lo que sufrieron nuestras familias en las horas y días posteriores al ataque y me es inevitable pensar en el cambio radical que supuso en nuestras vidas semejante trauma, que a día de hoy seguimos llevando con nosotros. Cuando pienso que con el final de la justicia universal la posibilidad de hacer justicia se evapora, no solo me pongo enfermo sino que veo en estos legisladores, que recortan mis derechos como víctima, a los asesinos de mis colegas y a quienes me torturaron.

Cada 31 de mayo desde el año 2010 es un día triste en el que la realidad de la población palestina se hace omnipresente en nuestras vidas. Ese día, el aniversario de nuestra masacre, nos hace recordar lo que vive a diario la población palestina pero también nos mantiene vivos y firmes, especialmente por la posibilidad que existía de que tarde o temprano los responsables de nuestra masacre y la del pueblo palestino, se sentasen en los banquillos de las salas de la Audiencia Nacional para hacer justicia.

Se ampara el gobierno para suprimir este principio de justicia universal en los conflictos diplomáticos que ocasionan, pero suprimir un principio que protege y ampara a tus nacionales debería de estar penado por traición. Uno no ha de gobernar para contentar a potencias extranjeras sino para atender y proteger a sus ciudadanos. Este gobierno ya nos ha demostrado con sus políticas que están en contra de su gente y que los intereses que defienden son espurios. Con este nuevo paso, podemos afirmar que el Partido Popular es cualquier cosa menos patriota pues tras haber vendido el país a los bancos y a las potencias extranjeras, ahora vende a sus ciudadanos en el exterior abandonándolos a su suerte.

La muerte del principio de justicia universal podría parecer una maniobra del gobierno para no incomodar demasiado a ciertas potencias como China, Israel o EE.UU., y estoy seguro que algo de verdad hay en ese argumento, pero acostumbrados al espectáculo que nos ofrecen a diario nuestros gobernantes, empresarios y banqueros cabría pensar que no satisfechos con la impunidad que se brindan dentro de nuestras fronteras, también la desean fuera de ellas.

Nos quieren dejar sin esperanzas pero cada agujero que tapan para que no entre el sol, hay alguien en otro lugar que nos abre una ventana. La justicia argentina ya hizo sonreír a miles de represaliados españoles del franquismo por haber sido sensibles al drama de que no pudieran encontrar ese amparo en su propio país, algo vergonzante que las propias Naciones Unidas ha censurado. Esto demuestra que si nuestro país nos expulsa del derecho a la justicia por los crímenes de los que hemos sido víctimas, encontraremos otros espacios donde poder reclamarla, en Argentina o en La Haya, pero sin duda lo mínimo exigible a un gobierno es que ese espacio de amparo se ofrezca en el propio país del que uno es nacional.

La #MarcaEspaña se devalúa hasta el punto de que decir España y decir Impunidad, alcanza a ser sinónimo.

Manuel Tapial, querellante contra altos mandos de Israel en la Audiencia Nacional en el caso por el ataque a la Flotilla de la Libertad.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.