Tras la contundente derrota de los republicanos en las elecciones de medio mandato, imputada a la situación en Irak, en Medio Oriente nadie espera grandes cambios en la política estadounidense. Por su parte, los ocupados iraquíes viven la situación con una mezcla de desinterés y hartazgo con la ocupación. 46 personas murieron ayer en ataques, […]
Tras la contundente derrota de los republicanos en las elecciones de medio mandato, imputada a la situación en Irak, en Medio Oriente nadie espera grandes cambios en la política estadounidense. Por su parte, los ocupados iraquíes viven la situación con una mezcla de desinterés y hartazgo con la ocupación. 46 personas murieron ayer en ataques, dos de ellas soldados estadounidenses. La ley de excepción rige en la calle y el proceso de transición se encalla.
El anuncio por parte de los entusiasmados demócratas de que tratarán de forzar un cambio de política de EEUU en Irak no ha generado muestra alguna de entusiasmo no sólo en el país ocupado sino en el conjunto del mundo árabe.
«Los árabes no deben alegrarse», declaró ayer Mohamed Al-Zolfa, miembro del Majlis al-Sura (Consejo Consultivo saudí). «Históricamente, el partido demócrata ha sido reputado por mantener un apoyo a Israel mayor aún que el de los republicanos», recuerda.
El embajador de EEUU en Irak, Zalmay Jalilzad, insistió ayer en que el presidente, George W. Bush, sigue siendo el «arquitecto» de la política exterior de EEUU y anunció que «continuará su misión en Irak, pese a las grandes pérdidas en las elecciones parlamentarias».
En Bagdad, todos coinciden en mostrar desinterés por la situación aunque a partir de ahí las lecturas sobre el futuro difieren y tienen mucho que ver con la situación de cada cuál en el país ocupado.
Ismail Jalil, empleado de Sanidad y seguidor del movimiento chiíta al-Sadr, recuerda que «los demócratas se han servido del argumento de la salida de las tropas de Irak para ganar. Es hora de que lo hagan».
Yasser Ghazi, de padre chiíta y madre sunita, insiste en que «los políticos americanos no valen más que los que tenemos aquí. No han cumplido nada de lo que prometieron. ¿A qué esperan para irse?».
Anwar Amer, sunita, asume que «estas elecciones no significan nada para nosotros. Sabemos que EEUU vela antes que nada por sus intereses, estén los republicanos o los demócratas en el poder».
Inquietud colaboracionista
La indiferencia se mezcla con la inquietud en los sectores que colaboran con la ocupación. Udai Mohamed, capitán de Policía, coincide en que «las elecciones no significan nada para nosotros», aunque matiza que «lo que nos importa es vivir seguros en nuestro país. La retirada que proponen los demócratas no responde a los intereses de Irak». Coincide básicamente Qais Abu Ahmed, un funcionario de las instituciones colaboracionistas, que insiste en que «una retirada americana sería un desastre de proporciones gigantescas».
Por de pronto, y tras dos días en los que la sentencia contra Saddam Hussein ensombreció los informes de ataques, al menos 46 personas murieron ayer en el país ocupado, entre ellas dos soldados estadounidenses, lo que eleva a 19 sus bajas en lo que va de mes.
17 iraquíes murieron en la región de Baquba, al norte de la capital. Un ataque con morteros contra Medina al Sadr, populoso barrio chiíta de Bagdad donde residen dos millones de personas, acabó con la vida de ocho personas e hirió a 29 más.
Mientras tanto, el Gobierno colaboracionista iraquí extendió por un mes más el estado de excepción en todo el país.
Amenaza sunita
El Frente de la Concordia de Irak, principal formación sunita que se presentó a las elecciones, amenazó con abandonar el Ejecutivo si el primer ministro, el chiíta Nuri al-Maliki, «continúa acaparando el poder y no desarma a las milicias».
«Si nuestras demandas no son aceptadas, nos retiraremos del proceso político y no nos quedará otra opción que tomar las armas», amenazó esta formación, que tiene 44 diputados.
Buena noticia para el clima, con matices
PARIS. Los ecologistas de Greenpeace y del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF) se felicitaron por el resultado, aunque el director para el cambio climático de WWF, Hans Verolme, reconoció que no esperan cambios de Washington respecto al protocolo de Kioto. Los representantes de las instituciones implicadas en la 12 Conferencia Internacional sobre el clima en Nairobi coincidieron en mostrar su escepticismo. Escepticismo con el que coincidió el secretario ejecutivo de la ONU sobre el cambio climático, Yvo de Boer.
Mayor implicación de la UE con EEUU
BERLIN. Mientras los socialdemócratas europeos certificaban el fin de seis años «de pesadilla», uno de ellos, el coordinador del Gobierno alemán para las relaciones con EEUU, Karsten Voight, augura que la victoria demócrata aumentará las demandas de colaboración desde Washington a la UE en crisis como la de Afganistán, el enclave de Darfur, Irán e incluso Irak, siquiera sea de índole económica. Aliados de Bush como el primer ministro danés Rasmussen piden ya un acuerdo entre Bush y el nuevo Congreso sobre Irak.
Turquía no oculta su gran entusiasmo
ANKARA. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, certificó que los resultados son «una gran victoria» para el Partido Demócrata. «Se esperaban pero han superado las expectativas», señaló el líder de la formación musulmana AKP. Entusiasmado, Erdogan puso el acento en que una mujer presidirá la Cámara de Representantes» y en que habrá un congresista musulmán. Turquía y EEUU han vivido un enfriamiento de sus relaciones en el marco de la invasión iraquí, acentuado por la ofensiva del PKK contra Ankara.
Chávez certifica la «paliza» a Bush
CARACAS . El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó de «paliza» al presidente Bush los resultados. Saludó el «voto de castigo» del pueblo estadounidense «contra la guerra en Irak, los escándalos de corrupción del Gobierno y el atropello contra su propio pueblo». En la categoría de atropellos incluyó la Ley Patriota, «terrorismo contra su propio pueblo», la tragedia del Katrina con un Gobierno que «gasta casi un billón de dólares en armas, invasión y muerte» y las leyes contra la inmigración, que ahuyentaron el voto latino.