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Las risas contra Trump en la ONU

Inicio de la disolución del poder, el terror pasa a ser ridículo

Fuentes: Rebelión

«La risa mata el miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios» -Umberto Eco En inédita reacción los asistentes del 73er período de sesiones de la Asamblea General de la ONU se rieron en la propia cara de Donald Trump después de que éste […]

«La risa mata el miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios» -Umberto Eco

En inédita reacción los asistentes del 73er período de sesiones de la Asamblea General de la ONU se rieron en la propia cara de Donald Trump después de que éste dijera que «en menos de tres años» su administración «ha logrado casi más que ninguna otra administración de la historia» de Estados Unidos. Trump desconcertado sólo atinó a decir «No esperaba esta reacción, pero está bien».

Esas carcajadas contra el presidente de Estados Unidos muestran el descredito al cual llegó el imperialismo con su política internacional. La risa es un acto subversivo, porque es el preámbulo a la pérdida del miedo, la risa en este caso no debe verse como una anécdota más, es claramente la perdida de hegemonía del imperio ante sus subalternos.

Con la risa hay un cambio en la perspectiva de como vemos el poder, la risa puede ser repuesta a una entidad opresiva, es un acto de liberación cuando el poder comienza a ser ridiculizado, por tanto, es el momento del inicio de su desmoronamiento. Vivimos en el ámbito de la lucha cultural actual el inicio de la disolución del poder del imperio, cuando Trump o los EEUU pierde su cualidad de dar miedo, el terror imperial pasa ser ridículo.

Las risas a Trump en el plenario de la ONU es parte de aislamiento que vive en la actualidad los Estados Unidos ante sus políticas erráticas y prepotentes a nivel internacional, la espalda que le ha dado la Unión Europea ante sus llamados a salirse del acuerdo nuclear con Irán, su inminente derrota en su «guerra» comercial con China, la intromisión en el conflicto en Siria y su apoyo al terrorismo islámico radical, sus política de intervención directa contra Venezuela, Nicaragua, Bolivia, y su mano oscura en los hechos de Brasil en la destitución de Dilma Rousseff y la persecución de Cristina kirchner en Argentina, para que agregar su política migratoria y la construcción del muro fronterizo con México.

Después de las risas de la comunidad internacional presente en la asamblea de la ONU, adquieren otra tonalidad las frases trasnochadas de Trupm como «Todas las naciones del mundo deben resistir el socialismo y la miseria que trae a todos». «En ese espíritu, pedimos a las naciones reunidas aquí que se unan a nosotros en el llamado a la restauración de la democracia en Venezuela» son claramente el guion de una farsa.

Ya para todos son ridículas y poco creíbles sus afirmaciones cuando indica que «iniciado en enero de 2017, EE.UU. ha logrado el desempleo más bajo que en los últimos 50 años» «la economía del país florece». Cuando la propia Organización de Naciones Unidas (ONU) afirma que más de 40 millones de personas viven en la pobreza extrema, calificando al actual presidente como el «campeón de la pobreza y la desigualdad de los países desarrollados».

Cuando el poder es ridiculizado, solo le queda la fuerza bruta como acto de desesperación homicida, pero de todo modos debemos esperar que viene después de las risas y las carcajadas, un acto claramente desafiante de los oprimidos del mundo.

Jorge Gálvez: integrante del Frente Amplio

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.