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Una cadena televisiva de Estados Unidos se propone emitir un documental que denosta la imagen del candidato opositor a la presidencia, John F. Kerry, pocos días antes de las elecciones del 2 de noviembre

Inminente golpe televisivo contra Kerry

Fuentes: IPS

La cadena Sinclear Broadcast Group ordenó a sus 62 estaciones suspender su programación habitual en alguna jornada entre el 21 y el 24 de este mes para emitir «Stolen Honor: Wounds that Never Heal» («Honor robado: Heridas que nunca cierran»), un documental de 42 minutos. En el filme, camaradas de armas de Kerry en la […]

La cadena Sinclear Broadcast Group ordenó a sus 62 estaciones suspender su programación habitual en alguna jornada entre el 21 y el 24 de este mes para emitir «Stolen Honor: Wounds that Never Heal» («Honor robado: Heridas que nunca cierran»), un documental de 42 minutos.

En el filme, camaradas de armas de Kerry en la guerra de Vietnam dejan su honor en entredicho, en especial a raíz del testimonio que el hoy candidato del opositor Partido Demócrata brindó en 1971 ante el Congreso legislativo.

Los veteranos consideraron que las declaraciones de Kerry sobre atrocidades cometidas por soldados estadounidenses durante la guerra expuso a prisioneros en poder de Vietnam del Norte a un tratamiento brutal.

La dirección de Sinclair Broadcast Group ha tomado en estos cuatro años medidas favorables al gobierno de George W. Bush, entre ellas prohibir a sus estaciones la emisión de un noticiero que divulgó los nombres de los muertos estadounidenses en la guerra de Iraq.

También ordenó a sus empleados, comentaristas deportivos y del clima incluidos, a leer ante las cámaras declaraciones de lealtad al presidente Bush poco después de los atentados terroristas que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.

El momento en que se emitirá «Stolen Honor», menos de dos semanas antes de las elecciones presidenciales, también originó suspicacias.

Las televisoras de la compañía con sede en Maryland alcanzan a 24 por ciento del público estadounidense, entre ellas 14 en estados donde las encuestas marcan un virtual empate entre Bush y Kerry.

Para expertos en medios de comunicación atentos a los vericuetos del sistema estadounidense de propiedad de estaciones de radio y televisión, Sinclair tiene un especial interés en el resultado electoral.

La compañía tiene grandes problemas financieros. Sus acciones perdieron casi la mitad de su valor este año, y los planes de expansión que le permitirían remontar la tempestad bursátil se ven restringidos por las normas que limitan la propiedad de los medios.

Las reglas vigentes establecen que una compañía no puede poseer dos o más estaciones en el mismo mercado local, a menos que haya una competencia significativa en él, y que no pueden sumar 35 por ciento de la audiencia de esas áreas medida en hogares.

A comienzos de este verano boreal, un tribunal federal anuló una serie de reformas dispuestas por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que, de haber prevalecido, habrían permitido a una sola compañía poseer tres estaciones de televisión, ocho de radio y el diario monopólico en un mercado local.

El presidente de la FCC es Michael Powell, hijo del secretario de Estado (canciller) Colin Powell.

Según el Centro para Políticas Responsables, Sinclair Broadcast Group gastó casi 67.000 dólares en el presente ciclo electoral en respaldo a candidatos del gobernante Partido Republicano al Congreso legislativo que apoyan su agenda desreguladora.

Y Kerry ha anunciado que se opondrá a un cambio de normas.

«La política de medios es uno de los procesos más corruptos en Washington. Sinclair eligió sus caballos y puso a su disposición millones de dólares», dijo el director ejecutivo de la organización no gubernamental Free Press, Josh Silver.

«La clave del problema es que Sinclair usa las ondas públicas, de las que dispone sin costo, para alentar su agenda política. Están poniendo los principos periodísticos de cabeza», advirtió Silver.

«No estamos diciendo que dejen el documental sin emitir, sino que dejen de considerarlo noticioso cuando, de hecho, es parte de una campaña electoral, o que den un tiempo equivalente para la emisión de una pieza partidista del mismo tipo» a favor de Kerry, consideró.

Sinclair Broadcast Group es vulnerable en varios mercados en que sus licencias están pendientes de renovación, por lo que Free Press instaló un sitio web para que el público registre allí quejas dirigidas a la FCC sobre actitudes de la compañía que contradigan el bien público.

Free Press también emitió un informe en que expone prácticas que supuestamente eludirían reglas federales dispuestas para impedir que una única compañía monopolice los medios de comunicación de un mercado local.

Al menos cinco de las 62 estaciones de televisión de la cadena son propiedad de la firma Cunningham Broadcasting, manejada por familiares del gerente general de la compañía madre, David Smith, aunque manejada por Sinclair bajo «acuerdos de marketing local».

«Sería ilegal que obligaran a las emisoras con acuerdos de marketing local a emitir el documental. Se supone que las compañías propietarias tienen el control editorial», sostuvo Silver.

Los ejecutivos de la compañía han argumentado que «Stolen Honor» tiene valor «noticioso» y que, por lo tanto, está fuera de las reglas electorales que requieren asignar un tiempo equivalente de emisión a la campaña de Kerry.

«¿Acaso alguien sugeriría que informar sobre un atentado en Iraq o sobre pérdida de empleos es una suerte de contribución a la campaña de Kerry?», declaró a la agencia Associated Press el vicepresidente de Sinclair, Mark Hyman, estrella de un programa conservador llamado «The Point».

«Esto es noticia. Eso es lo que es. Estamos dando las noticias», agregó Hyman.

Pero «el formato de este documental es explícitamente sesgado, y eso es lo que contradice la mayoría de las definiciones de lo que es noticia», dijo a IPS el periodista Peter Hart, de la organización Fairness and Accuracy in Reporting.

Legisladores demócratas se apresuraron a elevar el martes una queja a la Comisión Federal de Elecciones, según la cual «Stolen Honor» es un aviso de campaña electoral disfrazado de documental.

También pidieron a la FCC que investiguen a Sinclair, y exhortaron a sus simpatizantes a boicotear la programación de esa cadena.

Pero la FCC no puede tomar medidas hasta que el programa sea efectivamente emitido. En ese caso, podría ordenar a las estaciones la emisión de una respuesta de la campaña de Kerry en un plazo de 72 horas… muy poco antes de las elecciones del 2 de noviembre.