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¿Medicina pública o privada?

Instrucciones para crear la Estrella de la Muerte de la manipulación

Fuentes: e-ras

La norma de oro: por encima de cualquier otra cosa considera al ciudadano medio como un auténtico idiota, que siempre preferirá una pantalla de plasma en la habitación a que el autoclave funcione.

  • Ten siempre en la recámara un potencial consejero guapo. En tiempos adversos no habrá mejor escudo.

  • Convence al ciudadano medio de que la cantidad es más importante que la calidad. Y de que todo aquello que traiga la palabra público es, por definición, malo. Y de paso no le cuentes que la cantidad de hospitales sube, pero la de camas baja. Al fin y al cabo la cantidad que tú revistes de bombo y platillo es la que importa.

  • Cuando saques a la venta tu sistema de salud, invéntate unas eutanasias que nunca existieron allá donde más voces críticas tengas, ten por seguro que desviarás la atención.

  • Convierte cada hospital en un hotel. Habitaciones individuales con camas a 6000 € la unidad, harán que nadie se fije en que los botes sifónicos del hospital no tienen tapa. El hedor se tapará subiendo el aire acondicionado, y si los gritos de los de micro clamando al cielo duraran mucho, se taparían externalizando el servicio.

  • Convence al país de que faltan médicos. El hecho de que no exista ni un sólo censo de médicos en ejercicio resultará irrelevante cuando dupliques el número de facultades de medicina en Madrid (a ser posible cuantas más privadas mejor), igual que en Murcia se plantea abrir otras dos (católicas ambas), igual que en la página de promoción de la licenciatura, sin convalidar por la ANECA , «introducción a la salud» de la Universidad Católica de Valencia, aparecía sin ningún rubor «si no tienes nota pero sí dinero, somos tu universidad». Actualización de última hora: la ANECA ha convalidado el título de la católica de valencia. ¡gracias ANECA! (hay premio extra para quien encuentre el nombre coincidente entre la susodicha y la comisión de estudio de las eutanasias que nunca existieron…)

  • Traslada un hospital cuando el edificio nuevo aún apeste a Aspergillus. Total, nadie estará grabando a las residentes llorosas con miedo a que se les mueran los pacientes en el traslado.

  • Convence a la gente de que es mejor que los préstamos los pida una empresa privada en vez de que los pida el Estado. Si no mencionas que los intereses se duplican en el caso de los primeros, la gente te creerá. O menciónalo revestido de tecnicismos. Cita un par de dossieres de hace 15 años que te avalen, y obvia las decenas de dossieres recientes que te contradicen. Total, ¿quien va a molestarse en buscar? Además, ¿en buscar dónde?

  • Da gracias al supuesto socialismo que firmó en Maastricht un límite a la deuda pública anual. Salvo si esa deuda pública se paga en forma de canon a una empresa privada. No importa que la cantidad total a pagar supere en millones de € la que hubiera sido de no jugar a la gestión mixta. Les proponemos un juego, comparen los costes totales de construcción del nuevo Hospital Universitario Puerta de Hierro con los del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (construido a la antigua). Balance total, 200 camas menos por 700 millones de € más para el primero. En realidad el juego es un auténtico reto, apáñenselas para encontrar los datos. Verán qué diversión.

  • Ten a tus trabajadores en condiciones infrahumanas a cambio de personarte como defensa si hubiera problemas. Si se niegan, amenázalas con que no vuelvan a trabajar en tu comunidad autónoma. Les proponemos otro juego: busquen donde trabajan ahora las ginecólogas de Arg(divina dónde). Verán qué diversión.

  • Aplaude discretamente cuando las empresas de seguros con las que tú, por supuesto, no tienes nada que ver, escojan al protagonista guapo de la serie de médicos al uso, para anunciar su servicio de medicina privado. Recuerda, refuerza desde Todos los campos la clave de la norma número 2.

  • Convierte en una auténtica hazaña el hallar datos relevantes sobre los servicios. Pero al mismo tiempo vende con sonrisa dentífrica el derecho a escoger hospital de los usuarios. A ciegas, sí, ¡pero escogiendo! Nadie se quejará de que envíes a todos los puros al mismo hospital. En un futuro próximo, ni siquiera tendrás que inventarte eutanasias para hundir a un equipo. Y la norma de oro: por encima de cualquier otra cosa: considera al ciudadano medio como un auténtico idiota, que siempre preferirá una pantalla de plasma en la habitación a que el autoclave funcione. Que el ciudadano medio permanezca a por uvas es la garantía de que tu Estrella de la Muerte de la manipulación permanezca firme y engrose y fortalezca hasta el infinito su único posible talón de Aquiles.

Actualización no autorizada: forma e informa a todo ciudadano, da igual lo tímida y frágil que suenen tu y su vocecitas ante el temporal. (dar a) Conocer la realidad tiene efecto quinolona: roerás los tendones de las más sólidas estructuras, por protegidos que estén. No te canses, no les tengas miedo, no te calles. Tienes lo más importante de tu parte: ellos se equivocan en su norma de oro, el ciudadano no es un idiota. Encárgate de recordárselo.

Marta Carmona Osorio. Estudiante de 6º de Medicina en la UAM. Co-autora del blog «Médico Crítico» (medicocritico.blogspot.com)

http://www.opinionras.com/index.php?q=node/475