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Katrina y el buen dios

Fuentes: Gara

La sociedad estadounidense se compone de tres tercios de los cuales dos tercios viven al día y a la que salta y un tercio trasiega bien y proyecta al exterior el american way of life. Incluidas las neuras pequeñoburguesas de Woody Allen. Es lo que pasó en Brasil, pasa en Rusia y pasará en China. […]

La sociedad estadounidense se compone de tres tercios de los cuales dos tercios viven al día y a la que salta y un tercio trasiega bien y proyecta al exterior el american way of life. Incluidas las neuras pequeñoburguesas de Woody Allen. Es lo que pasó en Brasil, pasa en Rusia y pasará en China. Se trata de formidables países con inmensos recursos cuya explotación provoca profundos socavones sociales. No son las «sociedades» ni los «sistemas» ni los «modelos» los que son así o asá: es el capitalismo monopolista y el imperialismo el que es como es y no puede dejar de serlo si no quiere suicidarse. Ya sé que esto que digo suena a papilla ideológica, pero es que yo soy del plan antiguo y pasaba de todo menos de curso.

Voltaire escribió su «Cándido o el optimismo» en l759, fuertemente impresionado por el terremoto que asoló Lisboa en 1755. Por vez primera ­ y ya tenía 64 años­, el deísta Voltaire, que no ateo como, por ejemplo, Diderot, se preocupó por la idea del mal. Así, en abstracto. Su obra ­su cuento­ es un alegato irónico contra el optimismo metafísico de Leibniz (y de su trasunto el Doctor Pangloss) que pensaba que vivíamos en el mejor de los mundos posibles. Todavía no había nacido Schopenhauer.

Voltaire llegó a ser millonario (no escribiendo, por cierto) pero no tanto como Cheney o Rumsfeld de quienes Voltaire abominaría por ser su concepto de la ética inmiscible con el de estos halcones. Ante el desastre ocasionado por el huracán Katrina en Nueva Orleans, Voltaire se hubiera puesto el overol de trabajo ­el buzo­ o,en su defecto, hubiera dado millones de su bolsillo (ya lo hizo, en su tiempo, en el «caso Kalas») para paliar los efectos. Y, acto seguido, habría cremado en efigie a Bush como primera medida de Salud Pública. Después, se habría exiliado a la Ultima Thule.

Para el Profesor Pangloss, en síntesis, no hay mal que por bien no venga (ya se habla del repunte económico de la ciudad ¡gracias al Katrina!). Para Voltaire, que no quería ciscarse en Dios por lo ocurrido en Lisboa: l5.000 muertos, la conclusión era que cada cual cultivara su propio jardín sin incordiar al vecino.

Pero ocurre que Dios está con los buenos, o sea, con Bush y los telepredicadores. Y sucede lo del Kratina y, antes, los del ll-S. Lo del Kratina es cosa de la Naturaleza y no lo ha querido Dios (Bush no es panteísta) y lo del ll-S es perversión del Eje del Mal. Todo muy maniqueo. ¿Cómo conjurar estas desgracias? Rezando a Dios para lo primero y pidiendo que esté de nuestra parte para lo segundo. Todo muy deportivo.

Los primitivos chamanes calmaban las iras de los dioses o del Sol con sacrificios humanos o de animales y les tenemos por salvajes. Bush sacrifica iraquíes a mansalva en aras del dios Petróleo para calmar a ese tercio nativo que se olvida de dar un par de mantas a los otros dos tercios. ¿Cómo le llamamos a eso? –