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Kenya: los náufragos de la sed

Fuentes: www.zuria.blogspot.com

En el momento en que se celebra el 4º Forum mundial del agua, inaugurado en México, al norte de Kenya, en Somalia y Etiopia la sequía amenaza a su población como guadaña vestida de negro y preparada para arrebatar cuanta vida sea posible. En el campamento de Shabi B, a dos días de camino al […]

En el momento en que se celebra el 4º Forum mundial del agua, inaugurado en México, al norte de Kenya, en Somalia y Etiopia la sequía amenaza a su población como guadaña vestida de negro y preparada para arrebatar cuanta vida sea posible.

En el campamento de Shabi B, a dos días de camino al norte de Nairobi, los hombre convertidos en fantasmas flotan en la canícula que tortura le noreste de Kenya. Durante tres años, la sequía se ha apoderado de todo. Los hombre, mujeres y niños con mirada brumosa consecuencia del hambre, se mueven con un bidón amarillo cual prótesis informe de sus raquíticos brazos. Estos bidones contienen, en el mejor de los casos, algunos decilitros de una mezcla compuesta de polvo ocre y agua. En el peor, permanecen vacíos.

Maalen Hasan, pastor nómada que ha perdido todo su rebaño, ha vuelto a levantar los ojos al cielo como hace cada día. Pero las nubes han pasado de largo sin derramar una sola lágrima.

En el conjunto del distrito de Mandera (Kenya), el campo arbolado, territorio de pastores nómadas, no es nada más que un espacio de arbustos secos y madera muerta. Ondea un olor dulzón y agrio: el de las carcasas de animales que se pudren a pleno sol. Incluso los camellos, reyes de la resistencia, caen.

La situación de la malnutrición de los niños, causada principalmente por la falta de agua potable, ha pasado de grave a desastrosa, estima Kelly Delaney, nutricionista de Acción Contra el Hambre en Mandera. «Me ha inquietado el hecho de haber encontrado tres niños abandonados al borde del río. Signo de gran desesperación, ya que los clanes y las familias son muy solidarias».

Maalen Hasan se considera el portavoz de los desplazados de Shabi B: «Los primeros han llegado en enero. Hoy somos un total de 685 y no tenemos nada» se lamenta. Todos han abandonado una parte de su choza, imposible de transportar sin los asnos y los camellos reducidos a carroña. «Nos hemos arrimado al camino y al pueblo. Era eso o morir», concluye el anciano bajando la mirada.

Esta iniciativa les ha salvado. ¿Por cuánto tiempo? Posteriormente, estos pasajeros indultados de ser atrapados por la medusa flotante de las tierras ardientes, aguardan ,como si se tratara de la tierra prometida, los camiones de la Cruz Roja que proveen el esperado líquido de una reserva de agua empozada cerca del campamento. Pero hay menos de un litro por persona y por día (!un europeo consume 150 y un americano 600!).

Los desplazados de Shabi B tampoco tienen nada que comer. Sin embargo en los hangares del programa mundial de alimentos de Mandera, los sacos de ayuda internacional se amontonan. El aprovisionamiento se hace a través de camiones. Y sobre las pistas desechas, hace falta hasta en algunos casos, dos días para llegar a los rincones más recónditos. Nada se mueve deprisa, sólo nuestra vida loca en las sociedades privilegiadas. Aquí todo va despacio.

«No podemos hablar aún de hambre, pero la situación es dramática» afirma Teresa Murray, jefe de comisión den Kenya de Acción Contra el Hambre, única ONG instalada desde octubre 2004 en la región. De cara a la urgencia inminente prepara operaciones de transporte de agua para las zonas más secas.

Chaukri Ahmed, experto de la ONU para la alimentación, estima, por su parte, que 6 millones de personas están hoy día amenazadas en el este de África, de los cuales 2,5 millones sólo en Kenya.

Maalen Hasan reza para que el camión de la Cruz Roja pase antes de tres días. La reserva de agua está vacía. Nadie puede vivir más de tres días sin beber. Espera sin saber si mañana tendrá si quiera la fuerza de levantar los ojos hacia el cielo.

5 Litros por día es la nueva acción organizada por ACH con motivo del Forum mundial del agua. La ONG, presidida por el escritor Jean-Christophe Rufin, propone a las familias de diferentes ciudades francesas (París, Brest, Burdeos, Lyon, Marsella, Nantes…) vivir con 5 litros de agua durante 24 horas. Se trata de una toma de conciencia para situarse en la piel de aquellos que sufren la falta de agua. Acción que sigue a la puesta en escena que en octubre de 2005 llevó a cabo esta ONG. Reloj que marcas las horas: colocación de un gran reloj para ser conscientes del tiempo que pasa, para ver el discurrir de los segundos. Cada cuatro segundos, un hombre era arrojado al suelo. Se quedaba inerte. Muerto por cuatro pequeños segundos. Hombres que en realidad eran maniquís que se depositaban sobre una plataforma de 400 metros cuadrados con la reproducción de la cara de un niño africano.