Tras unas duras jornadas de resistencia finalmente el gaztetxe del barrio bilbotarra de Errekalde ha sido desalojado y destrozado. Una operación militar en toda regla. Sólo mediante las armas y con un despliegue clásico de fuerzas de ocupación en «territorio no liberado (sic)» ha sido posible cercar todo un barrio, declarar el estado de sitio […]
Tras unas duras jornadas de resistencia finalmente el gaztetxe del barrio bilbotarra de Errekalde ha sido desalojado y destrozado. Una operación militar en toda regla.
Sólo mediante las armas y con un despliegue clásico de fuerzas de ocupación en «territorio no liberado (sic)» ha sido posible cercar todo un barrio, declarar el estado de sitio sin hacerlo oficial y llevar a acabo semejante despropósito.
Contexto
Este ataque violento y destructivo a la auto-organización popular no se puede entender sino se contextualiza en la guerra histórica que lleva adelante la burguesía vasco-española con el apoyo del estado contra el movimiento obrero y social de Bizkaia y especialmente del «Gran Bilbao». Una guerra que intenta borrar la conciencia comunitaria, la memoria histórica de infinidad de peleas y conquistas sociales. Una guerra necesaria para que esta burguesía avance en su proyecto de control, en su necesidad de anestesiar y atemorizar a la clase trabajadora, en su necesidad de impulsar barrios dormitorios, de una cultura no participativa y elitista, de eliminar los lazos que unen a una comunidad. En definitiva, de crear las condiciones sociales para que sus intereses de clase estén asegurados. PNV-PSOE-PP se convertirían en el trinomio necesario para dar cobertura pseudo-democrática a lo que no es más que estrategia impositiva diseñada en palacetes de la margen derecha y algunos lujosos hoteles de Bilbao. Deberían recordarlo los 70.000 ciudadanxs, la mayor parte clase trabajadora que ha tenido la ocurrencia de donar el voto a personajes como Azkuna que mediante un populismo chabacano no simboliza mas que a un elemento de extrema derecha.
Sería un error no entender que este ataque se encuadra también en la ofensiva del capital para barrer toda disidencia social que pueda poner en peligro que todas las medidas anti-sociales y avariciosas que han puesto en marcha y aun faltan por poner de cara a «dar salida a la crisis» (aumentar la ganancia de los que mas tienen) creada por ellos mismos se lleven a acabo. Las ilegalizaciones de partidos y organizaciones abertzales de izquierda así como el estado represivo permanente también alimenta esa línea de actuación. No cabe duda en que el PSOE y Ares al mando de la ertzantza también tienen una necesidad estratégica de realizar operaciones de castigo y de criminalización de cara a los nuevos tiempos políticos que se han abierto en Euskal Herria pese a sus esfuerzos contrarios.
Propiedad privada vs interés colectivo, monopolio de la violencia.
Frente a los que consideran que la propiedad privada de elementos que no han dudado en especular, robar y maltratar al pueblo trabajador vasco es preferente al interés colectivo, las necesidades de un barrio o la juventud no cabe mucha discusión. Es un choque moral, económico, político e ideológico que ha regido la historia desde que es historia. El poder del dinero frente a la solidaridad humana. La pintada en el tejado de kukutza lo dejaba claro «Ellos por dinero nosotros por placer». El gaztetxe de kukutza pertenecía al pueblo, era fruto del trabajo desinteresado, lejos de los intereses de rapiña y no hay ley ni fuerza bruta con legitimidad suficiente para ponerse por encima de ello. Porque en el caso de que lo haga, esa ley y esa fuerza bruta son ilegítimas y van contra los valores humanos.
Sintomático que no haya habido ni la mas mínima duda en poner en práctica una violencia cruel y cobarde frente a otras medidas dialogantes y negociadoras para dar una salida a la cuestión. Los que más nos hablan de violencia no tienen la mínima duda de utilizarla cuando sus intereses están en entredicho. Para ellos la violencia y la amenaza de su uso es indiscutible. No deberíamos olvidarlo. Creen en la violencia y en su monopolio. Y no van a prescindir de ello hasta que no se vean forzados.
Kukutza
Los gaztetxes y gazte asanbladas en Euskal Herria son un capital social y humano de primer orden. Son la muestra viviente de que otra forma de hacer las cosas es posible, fuera del círculo vicioso del interés económico. Por eso son odiados por el capital y atacados con saña.
Kukutza era un ejemplo importante entre ellos, un símbolo y un referente. Atacando a Kukutza atacaban a todos los gaztetxes, y por extensión a toda la juventud vasca comprometida con un cambio social que mejore las condiciones de vida del conjunto de la población.
Kukutza era un ejemplo presente de la futura Euskal Herria libre y solidaria que amplias capas de la sociedad quieren construir.
Sin embargo los destructores cometen un error muy grave debido a su visión de embudo y ansia depredadora inmediata. Destruyendo el espacio físico sólo crean embriones de algo mas grande cuando no consiguen cortar de raíz los objetivos. Se equivocaron en el objetivo físico, Kukutza no es simplemente un edificio. Es un proyecto, un sueño, un sentimiento y una forma de ser y actuar. Derribando el edificio y machacando a personas golpean a ciegas. Kukutza IV es ya un proyecto en marcha, mas fuerte, mas grande, con mas apoyo.
El vergonzoso desalojo es ya parte de la memoria histórica imborrable de Bilbo y de Euskal Herria. Será recuerdo de niñxs, jovenes y mayores que no olvidarán. Os vamos a hacer temblar.
KUKUTZA BIZI DA!!! KUKUTZA IV AURRERA!! GORA KUKUTZA!!!