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El mismo día que el líder opositor hacía un llamamiento a la guerra civil en Venezuela

La cantautora canaria rosana «se lo monta» en venezuela con el golpista guaidó

Fuentes: Canarias Semanal

 Con el eco mediático que siempre acompaña a las operaciones de marketing político, la cantautora lanzaroteña Rosana Arbelo participaba, el pasado domingo, en la grabación de una cuidada «escena improvisada» en una calle de Venezuela con Juan Guaidó. El opositor impuesto por los Estados Unidos para tratar de derrocar al gobierno democráticamente electo de Nicolás […]

 Con el eco mediático que siempre acompaña a las operaciones de marketing político, la cantautora lanzaroteña Rosana Arbelo participaba, el pasado domingo, en la grabación de una cuidada «escena improvisada» en una calle de Venezuela con Juan Guaidó. El opositor impuesto por los Estados Unidos para tratar de derrocar al gobierno democráticamente electo de Nicolás Maduro.

La canaria se sumaba, de esta manera, a la lista de artistas que, como los participantes en el concierto organizado en Cúcuta, están cumpliendo la función de dibujar una cara amable a la injerencia extranjera y los planes golpistas de Washington y la derecha venezolana.

Arbelo aterrizó en Venezuela afirmando que «había ido a ayudar», pero en realidad lo único que hizo fue protagonizar un esperpéntico dueto con Guaidó en una calle del barrio de La Guaira, en el Estado de Vargas. La artista canaria cantó las canciones ‘Sin miedo’ y ‘Pa ti no estoy’, mientras el golpista Juan Guaidó se permitía apostillar: «¡Para los malos no estamos, para los buenos sí».

Ese mismo día, Guaidó había realizado un llamado al enfrentamiento civil, en el marco de la llamada «Operación Libertad». Según denunciaba este lunes el diario La Iguana, «un audio divulgado por el presidente de la Asamblea Nacional (AN) anunciando esta operación, prácticamente invitaba a la guerra civil, al pedir que policías y militares supuestamente afectos a «su proyecto» que enfrentaran con las armas a otros venezolanos.

Casi de inmediato, la prensa corporativa española presentaba el «concierto» callejero de Arbelo y Guaidó como si hubiera sido el resultado de una improvisación no planeada. Sin embargo, solo los más ingenuos podrían estimar casual el oportuno apoyo ofrecido por la cantante al político opositor, justo en el momento en el que su incapacidad para concretar el Golpe que le ha sido encomendado está haciendo planear sobre su cabeza la posibilidad de que termine siendo sacrificado, como un peón más de los tantos que a lo largo de la historia ha utilizado el Imperio.

La realidad es que Rosana Arbelo no solo paseó junto a Guaidó sospechosamente preparada para sacar su guitarra, sino que también lo hizo en compañía de un camarógrafo profesional, con el que -según la propia Arbelo- pretende grabar el piloto de un programa de televisión «acerca de las crisis en países de América Latina».

¿Alguien cree, realmente, que la reportera intrépida viajará en los próximos días a las calles de Bogotá, Río de Janeiro o Buenos Aires, para cantar allí junto a los militantes de izquierda que son duramente reprimidos por los gobiernos derechistas de estos países y producir su reportaje grabando la miseria que sufren los habitantes de estas ciudades?

Rosana, una artista «comprometida» con los abusos de las SGAE y con la monarquía española

Horas después del dueto callejero Arbelo-Guaidó, defensores de la soberanía venezolana que, a su vez, son seguidores de la cantante, expresaban en las redes sociales su sorpresa por este apoyo de Arbelo al proyecto injerencista de los Estados Unidos contra el proceso bolivariano. Lo cierto es, no obstante, que la trayectoria de la artista lanzaroteña resulta perfectamente coherente con su última interpretación en Venezuela.

Aunque las tasas de desempleo, marginalidad y pobreza infantil en Canarias son de las más altas de todo el Estado español, Rosana Arbelo jamás ha levantado la voz para denunciar a los políticos responsables de perpetuar esta situación o a la clase empresarial isleña que se beneficia de la misma.

Un acto de este tipo, obviamente, habría afectado negativamente a los multimillonarios contratos firmados por Rosana dentro y fuera del Archipiélago canario. Quizá por ello, el «compromiso» de la cantante que ahora dice estar tan preocupada por el «hambre» en Venezuela como para «cancelar sus conciertos en España», solo le había alcanzado, hasta la fecha, para participar en algunas campañas desarrolladas por ONG, de esas en las que el «solidario» no solo no se juega ni un pelo, sino que consigue presentarse ante la opinión pública como un artista preocupado por las cuestiones sociales, ganando así más seguidores e incrementando sus ventas. Actos como el que en 2011 se celebró en el Palacio de la Zarzuela, donde Arbelo se codeó amigablemente con la borbónica infanta Elena, en el marco de la campaña Un juguete, una ilusión. Eso sí, según recogía por aquellas fechas la prensa del papel cuché, la cantante acudió a la Audiencia Real ataviada con unas informales zapatillas de deporte.

No es esta, de cualquier manera, la única muestra del grado de conciencia social de la cantautora lanzaroteña. Igualmente significativo fue su decidido «activismo» a favor de ese intento de robo generalizado y masivo que impulsó la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), empeñada en que se gravara con un impuesto la compra de CD y DVD vírgenes, para el mayor enriquecimiento de los miembros de este lobby.

Antes de que el propio desarrollo de la técnica convirtiera en obsoletos Cds y Dvs, Rosana Arbelo se convirtió en una de las abanderadas del «Canon digital». Mientras otros artistas, como Manu Chao, criticaban los abusos de las SGAE, Arbelo, que ya se encontraba entre las que más ingresaban por derechos de autor, peleó como una jabata para que todos los humildes consumidores siguieran engordando sus cuentas, con solo comprar uno de estos formatos, que tanto sirven para grabar música con derechos de autor, como los recuerdos personales de una comunión o una boda.

Como compañeros de viaje de este intento confiscador, la cantante «comprometida» tuvo a personajes de la talla moral de Ramoncín -el Rey del Pollo Frito-, Loquillo, Javier Gurruchaga o Julio Iglesias. Así como a «ex progres» como Víctor Manuel, Ana Belén o Imanol Arias que hoy, al igual que la lanzaroteña, venden el prestigio que algunos incautos todavía les confieren a causas tan indignas como la intervención imperialista de Estados Unidos contra Venezuela.

Fuente: http://canarias-semanal.org/art/24834/la-cantautora-canaria-rosana-se-lo-monta-en-venezuela-con-el-golpista-guaido-video