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Los trabajadores extranjeros han sido los más castigados por la crisis

La crisis de la economía española desata un éxodo de inmigrantes que vuelven a casa

Fuentes: The Wall Street Journal

Alexandra Gorosabel y su familia llegaron a España durante el boom económico de la última década con la intención de huir de la pobreza de su país, Ecuador. Pero el colapso de la economía española y las mayores restricciones a la inmigración echaron sus sueños por la borda. Su esposo perdió su empleo de jardinero […]

Alexandra Gorosabel y su familia llegaron a España durante el boom económico de la última década con la intención de huir de la pobreza de su país, Ecuador. Pero el colapso de la economía española y las mayores restricciones a la inmigración echaron sus sueños por la borda.

Su esposo perdió su empleo de jardinero este año y ella sólo consiguió trabajar unas cuantas horas como una indocumentada asistenta del hogar. En junio, Alexandra, de 35 años, decidió regresar a Ecuador con sus dos hijos. «Aquí estoy perdiendo mi juventud, para nada», indicó y añadió que espera que su esposo la siga pronto de vuelta a casa.

El elevadísimo desempleo en España y las trabas a los trabajadores extranjeros han frenado lo que los expertos consideran uno de los mayores auges de inmigración en la era moderna. En general, la llegada de inmigrantes se ha reducido a un mero goteo y ha habido una salida de trabajadores de algunos de los mayores centros de emigración a España, como Ecuador.

En Ecuador, las remesas enviadas por trabajadores en España se han reducido 20% y el gobierno ha tenido que diseñar programas para ayudar a los que retornan a encontrar empleo y adaptarse psicológicamente a su súbito regreso. En una reciente entrevista con la prensa española, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que las políticas de inmigración más duras implementadas en Europa eran una «inconsistencia monstruosa» y una «ingratitud histórica», destacando que Latinoamérica abrió sus puertas a los refugiados españoles tras la llegada al poder del dictador Francisco Franco en los años 30.

Durante la próspera década que terminó en 2007, España mantuvo una de las políticas de inmigración más abiertas de Europa, ya que necesitaba trabajadores para los boyantes sectores de construcción y servicios. Gracias en parte a la amnistía para los inmigrantes ilegales, a las facilidades para la reagrupación familiar de los inmigrantes y al elevado número de contrataciones en los países de origen, se estima que los inmigrantes ocuparon 40% de los seis millones de empleos que España creó entre 1997 y 2007, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

En la última década, la población no nativa española ha crecido más de 500%, hasta algo más de 5,7 millones de personas, y representa 12% de la población total en España. Latinoamérica es la región que más inmigrantes aporta, pero Rumania y Marruecos son los países que más población envían a España, seguidos por Ecuador.

Cuando la economía española, dependiente de la construcción, se hundió debido a la crisis financiera, el gobierno redujo masivamente los programas de contratación de trabajadores extranjeros, limitó las reagrupaciones familiares y aumentó las multas a los empleadores de inmigrantes ilegales. España creó un programa de retorno voluntario, en el que se pagan los subsidios por desempleo acumulados como incentivo para que los inmigrantes legales vuelvan a sus países de origen.

Los inmigrantes han sido los más castigados por la crisis y su tasa de desempleo se disparó desde el 12% en 2007 a más de 30% en la actualidad, frente a la media nacional de 20%.

El pescador ecuatoriano Gustavo Luzuriaga llevaba siete años en España y volvió a su país el año pasado porque no logró encontrar trabajo en ningún barco. «Todo se fue al traste allí y no había mucha esperanza para el futuro», indicó.

La cantidad de ecuatorianos que reside en España se redujo en 26.357 a 395.069 en 2009, según las listas del censo municipal, considerado el registro más fiable de inmigrantes en España. La población no nativa en España apenas creció 1% en 2009, frente al 17% de 2007, según datos del censo.

Laura Tedesco, politóloga argentina que se desempeña como profesora invitada en la Universidad Autónoma de Madrid, cree que hay un límite en el número de inmigrantes que abandonarán España. «Muchos de estos inmigrantes no vienen de ciudades como Quito sino del interior, donde no hay servicios básicos», dijo y añadió que aunque encuentren poco trabajo en España, muchos latinoamericanos decidirán quedarse para aprovechar los servicios gratuitos de salud y educación.

Aunque regresar a casa es la última opción, Lorena Escudero, máxima responsable de la Secretaría Nacional del Migrante de Ecuador, señala que el número de repatriados desde Estados Unidos y España aumentó drásticamente el año pasado.

En los dos últimos años, Ecuador ha desarrollado varios programas para asistir en las repatriaciones, llegando a ofrecer apoyo psicológico a los inmigrantes que perdieron sus trabajos o fueron deportados, y permitiendo a los que vuelven enviar sus pertenencias sin pagar aranceles en las aduanas.

Fuente: http://online.wsj.com/article/SB127802762420112789.html?mod=WSJS_inicio_MiddleTop