«Básicamente hemos presenciado una década perdida», dijo Lawrence Katz, un economista de la Universidad de Harvard. «Tuvimos un boom plutocrático. Ahora tenemos recesiones igualitarias. En su conjunto, como promedio, la década del 2000 ha sido un desastre para la típica familia norteamericana». Un nuevo estudio por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard descubrió […]
«Básicamente hemos presenciado una década perdida», dijo Lawrence Katz, un economista de la Universidad de Harvard. «Tuvimos un boom plutocrático. Ahora tenemos recesiones igualitarias. En su conjunto, como promedio, la década del 2000 ha sido un desastre para la típica familia norteamericana». Un nuevo estudio por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard descubrió que en Estados Unidos hay 45 000 muertes al año como resultado de la falta de seguro. Eso es más del doble del estimado anterior de 18 000, basado en datos de 1993. Eso eleva el número de bajas por falta de seguro a una cifra mayor que el número combinado de personas muertas por choferes ebrios y homicidios. En comparación, cada año la falta de seguro de salud mata a casi 9 veces el número de soldados norteamericanos que han muerto tanto en Irak como en Afganistán desde que empezaron las guerras.
El estudio se da a conocer en momentos en que millones de norteamericanos han perdido o están en peligro de perder su cobertura debido al creciente desempleo. Este es el entorno en el que el Congreso está debatiendo la legislación de reforma de los servicios de salud.
Los investigadores de Harvard descubrieron que los adultos de 64 años o menos que no tienen seguro de salud tienen una probabilidad de muerte mayor de 40 por ciento de que los que sí tienen seguro.
Una de las razones para el incremento de muertes es el aumento constante del número de los no asegurados. Aproximadamente 46,3 millones de personas en Estados Unidos carecieron de cobertura en 2008, en comparación con 45,7 en 2007. La tendencia subraya la necesidad de una fuerte ley de reforma de la salud que brinde cobertura universal a un costo razonable.
Otro factor es que los hospitales y clínicas públicos están cerrando o reduciendo servicios en todo el país. Uno de los autores del estudio, el Dr. Steffie Woolhandler, dijo que las conclusiones muestran que sin el cuidado apropiado, las personas no aseguradas tienen más probabilidad de fallecer a consecuencia de complicaciones asociadas con enfermedades tratables, como diabetes y problemas cardiacos.
El estudio de Harvard se publicó poco después de aparecer una encuesta económica abarcadora del Buró del Censo que muestra que la recesión ha hundido en la pobreza a 2,6 millones adicionales, arrasando con las ganancias familiares por ingresos de toda una década. Los datos fueron acopiados en la primavera, antes de que cientos de miles de personas adicionales fueran a engrosar las listas de desempleo.
La tasa de pobreza de la nación aumentó al 13,2 por ciento en 2008, en comparación con 12,5 por ciento en 2007. Ese fue el primer incremento significativo desde 2004 y la mayor tasa en once años.
Además, estas cifras están basadas en la tasa oficial de pobreza, demasiado baja, que el gobierno define como un ingreso de $22 025 para una familia de cuatro miembros.
No fue solo que los pobres experimentaron el daño de una economía en descenso. El ingreso familiar medio –la cantidad ganada por una familia que se encuentra en el centro exacto de la escala de ingresos– declinó en 3,6 por ciento en 2008: de $52 163 a $50 303. La pérdida de ingresos es el mayor descenso en un año, dijo Lawrence Mishel, presidente del Economic Policy Institute (Instituto de Política Económica). Los negros y los hispanos sufren desproporcionadamente en esta crisis económica.
«Básicamente hemos presenciado una década perdida», dijo Lawrence Katz, un economista de la Universidad de Harvard. «Tuvimos un boom plutocrático. Ahora tenemos recesiones igualitarias, en su conjunto, como promedio, la década del 2000 ha sido un desastre para la típica familia norteamericana».