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Análisis antropológico

La ecopolítica

Fuentes: Nueva tribuna

La ecología política o ecopolítica se desarrolla a partir de la década de los años 80. Esta perspectiva modifica el enfoque de la vieja ecología cultural al introducir las dimensiones políticas en el análisis.

Las diferencias sociales en el acceso a los recursos, el papel de los factores políticos en el uso y gestión de tales recursos, las dinámicas de desarrollo y sus efectos sobre el medio ambiente, así como la articulación entre los contextos locales y la globalidad, pasan a ser los principales temas de interés.

Enfoques teóricos

La ecología política no tiene un “corpus” homogéneo y podemos encontrar reflejados en ella distintos enfoques teóricos: El neoliberalismo insiste en los límites del crecimiento, en el agotamiento de los recursos y en los efectos negativos del aumento demográfico, resucitando la perspectiva del malthusianismo. El culturalismo enfatiza las dimensiones simbólicas y cognitivas en las relaciones entre los seres humanos, y su entorno natural. El ecosocialismo pone el acento en las causas sociales y políticas que conducen a la degradación ambiental en el contexto del sistema económico mundial. 

Nace más gente donde hay más pobreza y esto causa más y más pobreza

¿Faltan recursos o sobra gente?

Este es el eterno debate y el dilema de los planificadores del desarrollo, que claramente se inclinan por promover el control de la natalidad y frenar el crecimiento demográfico. Y es que se enfrentan a una aparente contradicción: nace más gente donde hay más pobreza y esto causa más y más pobreza.

Un gran teórico de esta disciplina, Partha S. Dasgupta, rechaza por unilaterales tanto las opiniones que atribuyen al crecimiento demográfico las causas de la pobreza y de la degradación ambiental, como las que consideran que la pobreza no es la consecuencia sino la causa de que aumente el número de habitantes y propone considerar la interconexión entre pobreza, crecimiento demográfico y entorno local. 

Al hacer esta propuesta, que resulta muy atractiva para los promotores del desarrollo, adopta una visión sincrónica que focaliza el análisis en la interrelación entre aquellas tres dimensiones pero que no indaga en sus causas y esto conduce de hecho a una perspectiva neomalthusiana: se toma la pobreza como algo dado y se insiste en comprender cuáles son las decisiones que llevan a una familia a tener muchos hijos, en contra de sus propios intereses y a pesar del elevado coste personal que supone concretamente para las mujeres. 

Fecundidad elevada

Así, los motivos estructurales para la existencia de una fecundidad elevada son, según Dasgupta, los siguientes: 1) Las normas culturales y religiosas que consideran los hijos como un valor y una finalidad; 2) la incertidumbre ante el futuro, que hace ver en los hijos una especie de seguro ante la vejez, y 3) la necesidad de mano de obra abundante, que en las economías de subsistencia es un imperativo que deriva de la cantidad y diversidad de tareas que deben hacerse.El neomalthusianismo y el neoliberalismo consideran que la elevada fecundidad es el factor causal de dos grandes tipos de situaciones negativas. La primera es que provoca una creciente presión sobre los recursos y conduce a la degradación ambiental. La segunda es que esto mismo debilita los mecanismos de control sobre los bienes comunitarios, pues si el acceso a los recursos es abierto, la gente ve en ellos una solución a su situación, procrea abundantemente como mecanismo de defensa y se produce una sobreexplotación de los bienes comunitarios.

Ecosocialismo

Unas palabras finalmente sobre el ecosocialismo. El enfoque del ecosocialismo analiza el contexto social y político en que se enmarcan tanto la pobreza como de la degradación ambiental. Para ello considera que debe tenerse en cuenta los procesos de carácter más global de acumulación de capital, que influyen en la acción de los Estados, empresas multinacionales y financieras, que penetran en distintas zonas y sustituyen los sistemas de producción originarios por otros orientados hacia el mercado y la exportación. 

Estos mismos procesos se vinculan a la desigualdad y a la pobreza que, a su vez, causan la degradación ambiental, porque los campesinos pobres no poseen las condiciones económicas ni los medios técnicos para evitar el agotamiento de las parcelas que cultivan, por ejemplo, y han de expandirse hacia nuevos territorios en los que sobrevivir.

Las dos dimensiones deben interrelacionarse, porque la elevada demografía y la pobreza no originan por sí solas una presión sobre los recursos: las demandas externas o las desigualdades internas se añaden e incluso exacerban esta presión, porque son, en definitiva, las causas estructurales que se encuentran en la base de todo el proceso.Llegar a esta clase de interpretación supone buscar explicaciones globales y no sólo parciales a la relación entre pobreza y medio ambiente y analizar, por otro lado, las variaciones locales de estos procesos. La estructura agraria, el acceso al capital y a la mano de obra, el mercado, la tecnología, el conocimiento productivo y otras variables, afectan a las decisiones sobre el uso de la tierra y el manejo de los recursos de los pequeños productores. 

Deforestación de la Amazonía

El proceso de deforestación de la Amazonía, por ejemplo, está directamente relacionado con las políticas de colonizaciónque durante años han considerado la selva como un espacio susceptible de ser explotado, sin que acompañaran medidas para fijar la población y evitar la degradación ambiental. 

La pérdida de fertilidad de los suelos ha convertido antiguas parcelas agrícolas en pastizales y eriales y ha obligado a los campesinos a roturar nuevas tierras, compitiendo con los indígenas en su lucha por el espacio y con las compañías madereras, las más activas en la deforestación. 

Ecopolítica

La ecología política o ecopolítica ha conseguido conjugar la antropología económica y la antropología ecológica en un mismo campo y ejes de interés, y esto es así especialmente a partir del enfoque del socialismo ecológico o ecosocialismo, que incorpora las dimensiones de la globalidad y considera que el impacto ambiental de las poblaciones humanas está mediatizado por fuerzas económicas y políticas, así como por dimensiones culturales.

Por último, compartir esta reflexión de la filósofa alemana Hanna Arendt: “Las cuestiones políticas son demasiado serias para dejarlas en manos de los políticos”.

José María Manzano Callejo. Psiquiatra y excoordinador Facultativo del Área Salud Mental en el Hospital San Juan de Dios de Ciempozuelos. Ha trabajado como profesor Asociado de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sostenibilidad/analisis-antropologico-ecopolitica-psicologia-politica/20220911213134202676.html