Decenas de miles de trabajadores del sector tecnológico han sido despedidos este año de 2022.
Las estimaciones varían, dependiendo de cuándo se empiece a contar -enero o junio- y de cómo se clasifique a los trabajadores. La clase capitalista, que ha utilizado la “alta tecnología” para bajar los salarios de los trabajadores en múltiples industrias, ahora está tratando de bajar los salarios de los trabajadores de alta tecnología.
Algunas empresas, en particular Amazon, tienen importantes operaciones tanto en tecnología como en ventas al por menor. Los 400.000 trabajadores de los almacenes de Amazon, que afrontan una ajetreada temporada de vacaciones, no se han visto afectados por los despidos, pero 10.000 trabajadores de Amazon Web Services, que prestan servicios vitales de procesamiento de datos a miles de empresas, sí han sido avisados.
Según el grupo comercial CompTIA, unos 175.700 trabajadores han encontrado empleo en el sector tecnológico este año. Al mismo tiempo, Meta, el gigante del comercio electrónico y empresa matriz de Facebook, ha anunciado que va a despedir a más de 11.000 trabajadores, alrededor del 13% de sus empleados. Twitter, actualmente de actualidad tras la adquisición por parte del multimillonario de extrema derecha Elon Musk, ha recortado alrededor de 3.700 trabajadores, y 1.200 trabajadores de Twitter han renunciado. Lyft, el principal competidor de Uber, despidió a 700 de su administración; Stripe, una gran empresa de pagos en línea, a otros 1.100.
Intel, el principal fabricante estadounidense de chips, está ligado al mercado de los ordenadores personales. Debido a las previsiones de un fuerte descenso de las ventas de ordenadores personales, Intel ha anunciado que la empresa reducirá sus costes en $3.000 millones en 2023 y entre $8.000 y $10.000 millones en 2025, lo que implica que se avecinan grandes despidos.
Los despidos de Meta van acompañados de una tremenda caída del valor de sus acciones. Valorada en un billón de dólares hace tan sólo un año, el valor de la empresa, medido por su cotización en la bolsa de valores ha caído a una cuarta parte de lo que era en su punto mas alto. La caída de las acciones de Meta es aproximadamente la misma que la de las criptomonedas en el mismo periodo. Según el New York Times del 10 de noviembre, “Acciones como Meta, Microsoft, Amazon y Apple han sufrido pérdidas asombrosas [en valor de mercado] este año”.
Las empresas tecnológicas suelen adoptar una estrategia que implica operar con pérdidas durante mucho tiempo para crear o dominar un mercado, confiando en sus inversores para evitar la quiebra. Cuando los inversores saben que una empresa tecnológica sigue esa estrategia, el precio de sus acciones no suele verse afectado.
Un buen ejemplo es Amazon. Amazon se fundó en 1994 y no tuvo ganancias durante un año hasta 2003, aunque ya era una empresa multimillonaria desde años antes.
La actual caída de los valores de mercado de varias empresas no es una decisión empresarial consciente. Refleja fuerzas económicas generales. En lo que afirma es su objetivo de controlar la inflación, que es más alta ahora que en cualquier otro momento desde la década de 1980, la Reserva Federal ha estado subiendo los tipos de interés y ha dejado claro que el precio de pedir dinero prestado, también llamado interés, va a seguir siendo alto durante un tiempo.
La estrategia de la Reserva Federal encarece la especulación de los capitalistas y hace estallar las burbujas especulativas de las empresas que operan con pérdidas.
Las grandes pérdidas en los valores bursátiles sacuden la economía capitalista. Pueden conducir a una recesión, que castiga a los trabajadores, ya que a menudo pierden su empleo. Perder un empleo golpea a los trabajadores, que, en la mayoría de los casos, viven de cheque en cheque. A menudo pierden importantes prestaciones, además de su cobertura sanitaria. Facebook, por ejemplo, ofrecía comidas gratis, servicios de tintureria y servicio de transporte para llevar a casa a los trabajadores cuando trabajaban hasta tarde.
El número de despidos es importante. Cuando se producen despidos masivos en un sector, a los trabajadores despedidos les resulta mucho más difícil encontrar un nuevo empleo.
En la búsqueda de las super ganancias cuando se han producido cambios en la tecnología que aumentan la productividad, el capitalismo tiene una tendencia innata a producir más bienes de los que se pueden vender con beneficios. Las primeras empresas en adoptar los cambios pueden obtener grandes beneficios si aumentan las ventas. Esto obliga a otras a adoptar la nueva tecnología. (Véase “El capitalismo en un callejón sin salida”, de Fred Goldstein, para un análisis del impacto de los saltos tecnológicos espectaculares en la economía capitalista).
Para una empresa tecnológica, los cambios en la tecnología se derivan de las habilidades que tienen o desarrollan sus empleados. Amazon es un ejemplo del impacto que pueden tener estos cambios. Desde 2004, cuando los ingenieros de software que trabajaban para Amazon se dieron cuenta de que la forma en que Amazon construía centros de datos flexibles y potentes podía generalizarse para permitir a cualquier empresa, por una tarifa, ejecutar su tecnología en los Servicios Web de Amazon y eliminar a todos los trabajadores bien pagados que dirigían centros de datos individuales, AWS ha crecido hasta proporcionar 62.000 millones de dólares en ingresos y tres cuartas partes de las ganancias de Amazon en 2020, según los analistas de Wall Street.
Una forma de que una empresa tecnológica se asegurara de tener empleados que pudieran desarrollar nuevas tecnologías era contratar a todas las personas cualificadas que pudiera para investigación y desarrollo, así como a representantes de ventas que pudieran vender lo que se producía. Esto significaba que contrataban a muchos trabajadores, especulando con que podrían necesitarlos si aumentaban las ventas.
Ahora que hay menos demanda de lo que producen, las empresas tecnológicas tratan de reducir costes para operar con beneficios. Para ello eliminan trabajadores. Las cifras de desempleo siguen siendo bajas, pero los despidos masivos en el sector tecnológico indican que la recesión que se avecina será aguda.