En respuesta a la amenaza que supone para el imperio de EEUU el Despertar Árabe el Presidente Obama ha recuperado la maquinaria de alta tecnología de vigilancia y muerte. «Era inevitable que la Dominación de Espectro Completo (Full-Spectrum Dominance) pasara a convertirse en una política de «matar a voluntad.» La farsa de Obama presentándose como […]
En respuesta a la amenaza que supone para el imperio de EEUU el Despertar Árabe el Presidente Obama ha recuperado la maquinaria de alta tecnología de vigilancia y muerte. «Era inevitable que la Dominación de Espectro Completo (Full-Spectrum Dominance) pasara a convertirse en una política de «matar a voluntad.» La farsa de Obama presentándose como un proveedor del «poder blando» de EEUU se ha acabado. Con la endeble tapadera de la OTAN, los estadounidenses desplegaron su capacidad para «matar a voluntad» con el ataque a la residencia de Gadafi, la misma semana en la que Bin Laden fue eliminado. El auditorio buscado incluye a todos aquellos que pretendieran resistirse al imperio estadounidense.
«Barak Obama está intentando imponer un régimen global similar al inflingido a América Latina antes de 1976.»
En el espacio de unos cuantos días en mayo, EEUU lanzó su operación Bin Laden, la OTAN atacó la residencia de Moamar Gadafi cuando el líder estaba allí, asesinando a su hijo menor y a tres de sus nietos, y aviones no tripulados trataron de eliminar al ciudadano estadounidense Anwar al-Awlaki, marcado personalmente por Obama para ser asesinado.
Está en marcha. EEUU, con un susto de muerte imperial por la repentina erupción del Despertar Árabe, se ha embarcado en una nueva versión del Shock and Awe (N.T.) diseñada para aterrorizar tanto a fuerzas emergentes como a las antiguas para que se sometan al Imperio. El Presidente Barack Obama, el cual progresistas que se engañan a sí mismos continúan insistiendo en que representa el mal menor de los dos partidos mayoritarios de EEUU, ha activado, en formas que incluso George Bush nunca se atrevió, la capacidad operacional de la maquinaría de Dominación de Espectro Completo de EEUU, descartando por el camino estratos de derecho internacional y normas establecidas de comportamiento entre naciones.
Era inevitable que, una vez que EEUU se puso a la tarea de desarrollar una capacidad post-soviética para «derrotar a cualquier adversario y controlar cualquier situación en todo el rango de operaciones militares» a nivel mundial, actuando solo si fuera necesario, la Dominación de Espectro Completo pasara a convertirse en una política de «matar a voluntad.» Muy lejos de abandonar las ambiciones dictatoriales a nivel mundial de George Bush tras la derrota militar y diplomática en Irak, Barack Obama está intentando imponer un régimen global similar al inflingido a América Latina antes de 1976, cuando la Operación Cóndor buscó el cambio de régimen y la eliminación sistemática de los «enemigos» del Hemisferio Occidental mediante el terror y el asesinato. La Operación Cóndor, en el marco de la cual se asesinó al menos a 60.000 personas, fue una guerra sucia conjunta anticomunista en América Latina guiada y financiada por Washington. Aprovechando el aparato de Guerra contra el Terror de Bush – un arsenal de Dominación de Espectro Completo que incluye tanto doctrinas legales falaces como armamento y sistemas de vigilancia de imponente alta tecnología – Obama ha reclutado a las potencias europeas presas del pánico por las perspectivas de grandes cambios políticos en el Mundo Árabe.
«EEUU, con un susto de muerte imperial por la repentina erupción del Despertar Árabe, se ha embarcado en una nueva versión del Shock and Awe.»
En un paroxismo de miedo y rabia ante los eventos que se están desarrollando a lo largo del Mediterráneo, las potencias sub-imperialistas francesas, británicas e italianas tomaron el liderazgo retórico en el intento de derrocar al gobierno de Moamar Gadafi en Libia. Pero la Operación Odisea Amanecer era imposible desde el principio sin un despliegue completo de la excepcional infraestructura logística de guerra de EEUU. Era, y sigue siendo, una operación de EEUU, nominalmente bajo la OTAN y cubierta por la hoja de parra legalista de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
EEUU y sus aliados instantáneamente sobrepasaron su dudoso mandato «humanitario» de «proteger» a la población civil – un concepto que nunca incluyó a trabajadores inmigrantes sub-saharianos, población civil en áreas leales al gobierno y población civil leal al gobierno en áreas «rebeldes» – para convertirse en apoyo aéreo directo para los ataques sobre el terreno de los rebeldes. Justo esta semana, la OTAN ordenó a sus subordinados libios evacuar las afueras de Brega, para crear una zona donde pudieran disparar libremente para incinerar a los defensores de la ciudad petrolera leales al gobierno. Cuando el tiroteo de la Turquía de la OTAN se terminó, a los rebeldes se les dio la señal de todo despejado para que entraran y masacraran a los supervivientes leales al gobierno – una hazaña que se consiguió únicamente por la fuerza de las armas euro-estadounidenses.
Para los estadounidenses carece en gran medida de importancia que la mezcla de rastros de los rebeldes libios no pueda nunca llevar a considerarlos como legítimos herederos al poder, habiendo actuado como entusiastas fuerzas de alquiler indígenas para el neocolonialismo. Los estadounidenses calculan que la respuesta adecuada a la amenaza de una rebelión árabe más amplia contra la dominación occidental debe ser una aplicación de fuerza militar, una re-entrada dramática e irresistible en la ecuación árabe. El Presidente Obama indicó en un primer momento, a finales de marzo, que el resultado final sería una ocupación «internacional» indefinida del país. Afirmó:
«…cuarenta años de tiranía han dejado a Libia fracturada y sin instituciones civiles fuertes. La transición hacia un gobierno legítimo que sea receptivo al pueblo libio será una tarea difícil. Y aunque EEUU hará su parte para ayudar, será una tarea para la comunidad internacional, y – lo que es más importante – una tarea para el propio pueblo libio.»
Tras una ausencia de 41 años, el poder de EEUU será reimplantado de forma permanente en Libia, bajo un endeble esquema internacional tal como el protectorado en el cual está enjaulada Haití, nominalmente bajo las Naciones Unidas.
«Los estadounidenses calculan que la respuesta adecuada a la amenaza de una rebelión árabe más amplia contra la dominación occidental debe ser una aplicación de fuerza militar.»
Pero primero, Gadafi debe ser eliminado físicamente. Los estadounidenses, con la endeble tapadera de la OTAN (como si una agresión neocolonial multinacional fuera más legítima legalmente que un crimen en solitario), desplegaron su capacidad para «matar a voluntad» con el ataque a la residencia de Gadafi, la misma semana que Bin Laden fue borrado del mapa. Si el misil «no acertó» en el objetivo Gadafi por error o a propósito está abierto al debate – que puede ser liquidado a voluntad por la munición estadounidense no lo está.
La Casa Blanca confirmó su culpa no expresando ninguna lamentación por el asesinato de niños inocentes. El Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen actuó como subjefe de la Mafia, anunciando que «los días de Gadafi están contados.»
El ultimátum va dirigido a cualquiera y a todos los que amenacen al imperio estadounidense. El Primer Presidente Negro ha pisado el acelerador de un sistema de agresión calibrada altamente integrado y de amplio espectro que es, en realidad, una especie de arma del día del juicio final, un arma de doble filo. Al erigir torpemente una fachada de coberturas internacionales presuntamente legales para agresiones militares manifiestas, ocupaciones y para el robo de la soberanía nacional, el componente político-legal de la Dominación de Espectro Completo, de manera metódica hace estragos en el mismo concepto de derecho internacional, contaminando las aguas del comercio y la cooperación internacional en las que las multinacionales de EEUU deben operar. Obama, que ganó con el apoyo de las multinacionales como el caballero blanco (!) que revertiría la repugnancia y el rechazo internacionales ocasionados por la invasión de Irak por parte de Bush, cree que sus artimañas legales y sus alianzas multilaterales selectivas pueden enmascarar una ofensiva global masiva de EEUU. No engaña a nadie, pero espera aterrorizarlos a todos.
La versión de Obama de la Operación Cóndor en América Latina en la década de los 70 ha empezado. Pero el cóndor es sólo un buitre que se alimenta de la muerte. El cuerpo que se está pudriendo es el imperialismo de EEUU mismo.
Notas
[N.T] Shock and Awe: doctrina militar basada en el uso del poder dominante, y unas espectaculares muestras de fuerza para paralizar al adversario y destruir su voluntad de luchar.
Enlace original:
http://www.blackagendareport.