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La “excepcionalidad” y la hegemonía estadounidense están quebrantadas

Fuentes: Rebelión

El golpe que Donald Trump le ha dado al mito de la democracia norteamericana es enorme y lleno de consecuencias en la actual coyuntura internacional

«No es una protesta, es una insurrección». Así calificó Joe Biden los acontecimientos en el capitolio de Washington y añadió: «Un asalto a una ciudad de libertad, el Capitolio en sí mismo. Un asalto a los representantes de la gente, a la policía del Capitolio, a los servidores públicos (…), cuando partidarios de Donald Trump, irrumpieron en el recinto, después de ser arengados por él, en la Casa Blanca y, en inusitada situación, rompieron el cordón de seguridad que protege la sede del parlamento, que dicho sea de paso, es uno de los bunkers de la capital norteamericana. ¿Cómo fue posible semejante hecho, que ha sido calificado de golpe a fuego lento por algunos analistas? No olvidemos que en mayo del 2020, se intentó algo similar con la toma del Capitolio de Michigan. ¿Se estarían preparando para el asalto al Capitolio de Washington?

Los asaltantes estaban liderados por Jake Angeli1 tambien conocido como el Qanon Shaman, según el sitio Cubadebate. Ese señor es parte de ese movimiento que afirma, entre otras cosas, que el presidente Trump estaría liderando una batalla épica de forma secreta contra el Estado Profundo norteamericano, que intenta asestarle un golpe de estado.

El profesor de gobernabilidad de la Universidad de Harvard, Steven Levitsky2, describió lo sucedido como la respuesta a «cuatro años de desacreditar y deslegitimar la democracia», por parte del Partido Republicano y del presidente, escribió para la BBC. Patricia Sulbarán Lovera. Fue un trabajo largo, muy meditado, calculado y siguiendo los patrones de hechos parecidos en las capitales de otros países (Bolivia, Bielorrusia), entre otros. La utilización de milicias armadas, la narrativa de un fraude electoral, sin mostrar una sola prueba, las reiteradas denuncias judiciales de fraude, la recolección de dinero para sostener esos empeños eran parte de esa campaña y el desarrollo de teorías de conspiración, entre otras artimañas. Levitsky calificó el hecho en el capitolio de «un intento de autogolpe». Manifestantes blancos, portando insignias confederadas esencialmente sin que la policía los reprimiera, como hace habitualmente.¿Cómo es posible que el Presidente Trump no haya condenado inmediatamente tan grave hecho?, ¿Cómo es posible que Ivanka, su hija, haya enviado un Twitter, calificando de patriotas a los asaltantes del parlamento?

Cinco muertos, 14 policías heridos y 70 asaltantes detenidos es el balance, hasta ahora de estos hechos del 6 de enero de 2021. Entre los asaltantes ultimados esta Ashli Babbitt3. El jueves 7 de enero, la policía del Capitolio confirmó la muerte del oficial Brian Sicknick, quien resultó herido durante los disturbios. ¿Irán las lógicas investigaciones y las consecuencias judiciales sobre este asalto hasta la aplicación de la ley a los instigadores? Y todo esto, en medio de las controversias por la llamada del presidente Donald Trump al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que presionó para cambiar los resultados de la elección presidencial.

Bombas de tubo también fueron encontradas cerca de los Comités Nacionales de los Republicanos y Demócrata, así como un contenedor con un arma larga y cócteles molotov, descubiertas en los sótanos del Capitolio, según el New York Times.

Fue muy interesante que la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, expresara en una conferencia de prensa que la acción policiaca en el capitolio fue un fracaso y por ello está en curso una investigación para determinar la actuación de los uniformados que protegen el recinto parlamentario.

Nancy Pelosi, presidente de la Cámara, pidió este 7 de enero la renuncia del jefe de la policía del Capitolio, Steven Sund, la del sargento de la Cámara Paul Irving, mientras que otro funcionario de seguridad ya habia presentado su dimisión.

Ante estos sucesos, el ex presidente Obama declaró y cito: Estaríamos engañándonos si creemos que esto ocurrió de una forma sorpresiva. Y tiene razón el expresidente, pero esto es el fruto de contradicciones muy profundas en la sociedad norteamericana, y para la solución de la misma, ninguno de los dos partidos tradicionales ha elaborado soluciones verdaderas.

Lo cierto es que ese hecho es una muestra palmaria de la crisis de la democracia y del sistema estadounidense. El presidente electo Joe Biden mencionaba que la democracia estaba «bajo un asalto sin precedentes». Me parece justa esa apreciación, pues este es un episodio y el problema de fondo subsiste. Es la crisis del sistema y el declive de Estados Unidos como imperio. Debemos prepararnos para nuevos momentos, con las lógicas consecuencias que ello tienen para todo el planeta.

El golpe que Donald Trump le ha dado al mito de la democracia norteamericana es enorme y lleno de consecuencias en la actual coyuntura internacional y el viacrucis que ha significado para Estados Unidos la pandemia y sus consecuencias económicas, sociales y políticas. La “excepcionalidad” y la hegemonía están quebrantadas. Los cimientos del poder, dígase del complejo militar industrial parlamentario norteamericano, han sufrido una sacudida.

Los demócratas Jon Ossoff y el reverendo Raphael Warnock derrotaron a los actuales senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler, con lo cual su partido garantiza el control del senado, hecho de singular importancia para la Administración Biden-Harris. La victoria de Warnock es muy importante, pues se trata de la primera vez que un negro es elegido senador por el otrora racista estado de Georgia. El hecho provoca miedo en los círculos de los anglosajones que observan el ascenso de las hasta ahora minorías raciales.

En el debate congresional del 6 de enero, varios legisladores coincidieron en calificar de ¨terrorismo doméstico¨, las acciones perpetradas por los manifestantes en el capitolio.

En la noche del 6 y la madrugada del 7, después de derrotadas las objeciones a los resultados electorales en algunos Estados, el congreso certificó la elección de Joe Biden, como el 46 presidente de los Estados Unidos de América. Después de esos acontecimientos, Trump, a través de un vocero declaró que, aunque le robaron las elecciones, habría una transición normal y ordenada. El jueves 7, Trump hizo las siguientes declaraciones: ¨¨Los que se infiltraron en el Capitolio han desafiado la sede de la democracia estadounidense. Todos los que se involucraron en la violencia y la destrucción no representan a nuestro país. Todos aquellos que rompieron la ley deberán pagar¨¨. Este intento de control de daños es un poco tardío, a juzgar por la reacción dentro de Estados Unidos, y entre algunos republicanos.

Llama poderosamente la atención que un grupo de 12 importantes funcionarios de la Casa Blanca hayan presentado su dimisión ante estos sucesos, refiriéndose críticamente a los mismos. Entre ellos, quienes están imponiendo la soledad al Príncipe de Maquiavelo:

  • Elaine Chao4, secretaria de Transporte.
  • Mick Mulvaney, ex segundo jefe del estado mayor de la Casa Blanca y actual Enviado Especial en Irlanda del Norte.
  • Stephanie Grisham, jefe de los asesores de la primera dama.
  • Sarah Matthews, segunda secretaria de prensa de la Casa Blanca.
  • Ana Cristina Rickie Niceta, secretaria social de la Casa Blanca.
  • Matthew Pottinger, segundo del asesor nacional de seguridad.
  • Tyler Goodspeed, presidente en funciones del Consejo de asesores Económicos de la Casa Blanca.
  • Eric Dreblan, asistente del Fiscal General.
  • Elinore F. Mc Cance-Katz, subsecretaria de la Oficina de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud.
  • Betsy Devos, secretaria de Educación.
  • Anthony Ruggiero, especialista en la República Popular de Corea del Consejo de Seguridad Nacional.
  • John Costello, subsecretario de inteligencia y seguridad del Departamento de Comercio.
  • Ryan Tully, director de asuntos europeos y rusos del Consejo de Seguridad Nacional.

Parece que esta última acción de Donald Trump ha provocado fricciones y choques de intereses con varios congresistas republicanos y hasta con el vice-presiente Mike Pence. Como ha dicho un periodista, Pence en la recta final ha optado por la Constitución, tal vez pensando en preservar su imagen para una futura postulación. Eso pudiera explicar su declaración en la sesión parlamentaria, cuando expresó: ¨A los que causaron estragos en nuestro capitolio hoy, no ganaron¨ Tampoco debemos olvidar que algunos congresistas republicanos aspiran a la reelección en los próximos comicios a medio término y no quieren adoptar posiciones que pudieran afectar esas aspiraciones, aunque hasta ese instante había primado la condescendencia con el mandatario.

Joy Timmons, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de manufacturas llamo al vicepresidente Mike Pence a considerar seriamente invocar la enmienda 25 y destituir al presidente Trump. Y el Gobernador de Illinois dijo que Trump es un peligro para la nación.

Hay cosas que pudieran esperar a Trump después del 20 de enero, cuando concluya al mandato: Los representantes demócratas Ted Lieu y Kathleen Rice exigieron hoy al Buró Federal de Investigaciones (FBI) abrir un proceso sobre supuestos delitos electorales cometidos por el presidente estadounidense, Donald Trump, reporta Prela. Hay, además otras acusaciones, más, para mí, una causaría serios problemas a Donald Trump, la relacionada con la violación fiscal en el Estado de Nueva York, que está bajo la conducción del fiscal Cyrus Vance.

Por otra parte, Nancy Pelosi, la presidente de la Cámara de representantes, afirmó que Trump debiera ser destituido de inmediato o el Congreso podría procesarlo y añadió ¨cualquier día puede ser un espectáculo de terror para Estados Unidos”. El líder de los demócratas en el senado, Chuck Schumer, pidió al gabinete de Trump de destituirlo del cargo.

Varios Jefes de Estado y de Gobierno reaccionaron condenando o lamentando los hechos de violencia e invocando la necesidad de preservar la democracia, así también lo hizo el Secretario General de la OTAN y el abyecto Secretario General de la OEA, quien no ha tomado esa posición ante hechos parecidos en América Latina porque el Departamento de Estado norteamericano ha estado involucrado en esos hechos.

Al leer todo lo anterior uno se preguntaría, ¿Qué razón impulsó a Trump a realizar o a autorizar semejante política? No debemos olvidar que Donald Trump obtuvo 71 millones de votos populares, una cifra muy respetable del electorado, lo que quiere decir que tiene un respaldo grande de seguidores. Tal vez piense que tiene fuerzas para volver a postularse en 2024, para lo cual se hace la víctima y por eso insiste en el fraude. Trump es un hombre de espectáculo, pero este puede costarle muy caro. También pudiera estar mostrando que él tiene una base para designar a los candidatos dentro del Partido Republicano a diferentes cargos y/o, estar creando condiciones para formar otro partido político. Lo cierto es que ahora ha divido al Partido Republicano, que ha afectado su imagen y que no fue requerido a tiempo por sus dirigentes, cuando se fue apartando de los cánones de la política tradicional. ¿Cuál será el destino futuro de Trump?

El futuro inmediato de Estados Unidos no sólo estará marcado por estos hechos, sino que dará lugar a una lucha por la revisión de sus mecanismos electorales, colocará a la Administración Biden ante nuevas complejidades, que van más allá, de los acciones de Trump para hacerle su etapa de Gobierno muy difícil en los planos nacionales e internacionales. El camino futuro esta regado de incertidumbres y obligará a la clase política a meditar sobre cómo superar una crisis sistémica definitoria. Se abren grandes interrogantes sobre el futuro de unos Estados Unidos, que nunca más serán el hegemón que fueron, aunque posean una fuerza militar extraordinaria.

Notas:

1 Ha participado en actos de la campaña presidencial de Trump y ha estado en actos de protestas.

2 Coautor del libro de 2018 How Democracies Die («Cómo mueren las democracias»), en el que expuso «las señales alarmantes que ponen en riesgo la democracia liberal de Estados Unidos».

3 Una veterana de la fuerza aérea, quien frecuentemente ha difundido Twitter de la QAnon relacionados con las teorías de la conspiración.

4 Esposa del líder del Senado, el republicano Mitch Mc Connell.