Recomiendo:
0

La guerra de narrativas que viene

Fuentes: Al-Jumhuriya English

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

 

Al igual que muchos regímenes genocidas anteriores, el régimen de Asad está ahora formalmente ocupado en una reescritura pseudoacadémica de la historia. Un investigador del genocidio describe cómo podría abordarse un estudio creíble y riguroso del conflicto sirio.

«Si el Partido pudiera alargar la mano hacia el pasado y decir que este o aquel acontecimiento nunca sucedió, sería mucho más horrible que la tortura y la muerte». George Orwell, 1984.

En junio de 2016, cuando la atención del mundo se centraba en el asalto final del régimen de Asad contra la asediada Alepo y en la suerte menguante del Daesh, una tal Dra. Bouthaina Shaaban fundaba en Damasco una nueva ONG llamada Watan Document Foundation (WDF). El objetivo de la ONG era «la documentación oral, con el objetivo de preservar y documentar la memoria nacional» del conflicto sirio, según afirmó Shaaban en una entrevista. Según su sofisticada página web, la WDF «se esfuerza en preservar la memoria nacional contemporánea [sic] del testigo ocular para protegerla de la pérdida, distorsión o fraude» mediante la creación de un archivo de historia oral, la documentación de una variedad de temas relevantes y la redacción de una historia contemporánea de la guerra siria:

La guerra de Siria ha afectado profundamente a la sociedad siria en todos los niveles. La documentación de esta guerra a través de los testimonios de las personas y su sufrimiento formarán la historia de esta etapa. Esto se llevará a cabo en función de un esfuerzo nacional y de acuerdo con un enfoque científico, de modo que estos documentos se conviertan en una referencia histórica para los investigadores y las generaciones futuras con el propósito de evitar que otros escriban nuestra propia historia según sus propios intereses [1].

Shaaban, asesora de política exterior y medios desde hace mucho tiempo tanto para Hafez como para Bashar al-Asad, tiene un doctorado en literatura inglesa por la Universidad de Warwick y ha trabajado durante muchos años como profesora en el Departamento de Inglés de la Universidad de Damasco. Es autora de varios libros, que incluyen un conjunto de entrevistas con mujeres sirias sobre sus vidas y los roles de las mujeres en la historia y la sociedad sirias [2]. Ha sido siempre muy visible como el rostro público, intelectual e internacional del régimen de Asad, y durante todo el conflicto ha dado innumerables entrevistas a los medios de comunicación extranjeros, siguiendo a pies juntillas la línea del partido de negación y deformación [3]. Por lo tanto, no resulta inesperado del todo que el mascarón de proa intelectual del régimen de Asad lance una campaña pseudoacadémica de mentiras coherente con los antecedentes del régimen de censura y encubrimiento de sus crímenes. De hecho, la política del régimen sobre su propia violencia se caracterizó y se caracteriza por tres términos: tergiversación, mistificación y manipulación. La población dentro de Siria sigue estando cautiva, sin la libertad de expresión necesaria para dar tales testimonios. En cambio, hay un silencio y una censura de posguerra al estilo soviético que por sí mismos niegan la legitimidad de la iniciativa de Shaaban. Ante tanta desinformación, ¿cómo podemos entender los conflictos sobre las narrativas históricas de Siria y cuál es la estrategia adecuada a seguir?

Guerras de narrativas

En primer lugar, debe reconocerse que las «guerras de narrativas» no son un proceso anormal durante y después de conflictos violentos, incluidas las guerras y los genocidios. Tampoco se limitan a la era «posterior a la verdad», porque los Estados han negado y ofuscado sus crímenes, como el asesinato en masa, a lo largo de la historia. En 1915, el régimen de Young Turk urdió fotos de «bandidaje armenio armado» al arrastrar y colocar a prisioneros armenios aterrorizados detrás de una pila de armas (probablemente de los propios depósitos de los otomanos), tomando fotos que hasta el día de hoy se utilizan para negar el genocidio armenio [4]. Pueden considerar también la sesión de fotos, extrañamente precisa, de Stalin, quien borró a su jefe de inteligencia Nikolai Yezhov de la historia mucho antes de que existiera el moderno software de aerografía. Más recientemente, el genocidio de medio millón de presuntos comunistas indonesios por el régimen de Suharto, en 1965, fue seguido de cerca por una campaña de guerra psicológica de censura y negación, por un lado, y de un serio esfuerzo por escribir su historia, por otro [5]. Y la masacre de Srebrenica de julio de 1995 fue y sigue siendo negada o trivializada por varios políticos serbios, incluidos jefes de Estado e institutos cuestionables [6].

De hecho, la iniciativa de Shaaban no es única en la historia del asesinato masivo patrocinado por el Estado. Ahora se ha incorporado al panteón de intelectuales estatales negacionistas cuyo único propósito es la neutralización moral y la distorsión de los antecedentes históricos de violencia de su propio Estado. Sus colegas son personas como el Dr. Yusuf Halaçoğlu, quien pasó décadas enteras de su vida particularmente obsesionado con elaborar la negación del genocidio armenio. No solo fue el director de la Asociación Histórica de Turquía durante mucho tiempo, que produjo profusamente tochos y tochos de negaciones y distorsiones, sino que fue también miembro del Parlamento con el abiertamente fascista Partido de Acción Nacionalista [7]. O bien, cojan a Biljana Plavšić, profesora de biología en la Universidad de Sarajevo, que trabajó en instituciones académicas en Londres, Praga y Nueva York antes de convertirse en una de las arquitectas intelectuales del nacionalismo y la limpieza étnica serbobosnia durante la guerra de Bosnia. Como miembro del Partido Demócrata Serbio, mantuvo estrechas relaciones con los grupos paramilitares serbios que violaron y lo arrasaron todo en su camino a través de Bosnia, siendo condenada por el Tribunal Penal Internacional de la ex Yugoslavia a once años de prisión por crímenes de lesa humanidad [8].

Afortunadamente, en el caso de Siria, también hay varias iniciativas excelentes, entre las que se incluyen las de: el Archivo Sirio; el Proyecto Zakera; el Centro de Documentación e Investigación de Umam; el archivo del periódico Siria Prints; y varios proyectos de historia oral lanzados, por ejemplo, por la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia; Badael; y el Instituto NIOD [9]. En principio, se podrían presentar firmes argumentos para la creación de un instituto dedicado exclusivamente a la investigación del conflicto sirio. De hecho, el instituto al que estoy afiliado empezó como una iniciativa de este tipo: en marzo de 1944, el ministro de Educación, Cultura y Ciencia de los Países Bajos, Gerrit Bolkestein, apareció en Radio Orange para solicitar a la población holandesa que guardara sus diarios y cartas sobre la guerra para las investigaciones y documentación de la posguerra. El Instituto Holandés para la Documentación de Guerra (NIOD, por sus siglas en inglés) se fundó oficialmente el 8 de mayo de 1945, tres días después de la liberación, y el periodista holandés-judío Loe de Jong se convirtió en su primer director. Al igual que la WDF de Shaaban, NIOD también se estableció hacia el final de la guerra y también recopiló testimonios sobre la guerra y la persecución. Sin embargo, a diferencia de la WDF, el NIOD opera dentro de un marco académico de los más altos estándares y aborda temas polémicos y controvertidos, incluida la violencia estatal holandesa.

Formulando una agenda de investigación para Siria

Para sortear los escollos de las guerras de narrativas, es vital formular una agenda o programa de investigación para una probable impugnación e investigación. Esta visión debe abordar dos cuestiones sustanciales a la hora de elaborar la realidad: la determinación de los hechos y la interpretación. En primer lugar, la «niebla de guerra», la confusión intencionada y la confrontación de los hechos que han acaecido requieren de un examen riguroso de esos eventos y de una clara separación entre realidad y ficción lo más extensa posible. Segundo, todos los eventos históricos están sujetos a una interpretación honesta, y el conflicto sirio no es una excepción. Una mejor comprensión de este conflicto, a menudo confuso o tergiversado, requiere también de un conjunto de interpretaciones legítimas y fundamentadas que aclaren las causas, las trayectorias y las consecuencias del conflicto. Los componentes potenciales de una agenda de investigación rigurosa que se describen a continuación son sugerencias, no una lista exhaustiva, pero debido a su relevancia y complejidad podrían abordarse incluso como estudios separados.

Cuestiones fácticas: ¿qué sucedió y cómo sucedió?

· Cifras: ¿Cuántas personas han muerto? En primer lugar, como en todas las guerras, es necesario clarificar las cifras de muertos y heridos. Los principales actores, como la ONU y el Centro de Documentación de Violaciones, han renunciado básicamente a realizar un recuento de bajas preciso debido a las dificultades de investigación dentro del país. Pero necesitamos saber cuántas personas murieron en total, cuántas eran claramente combatientes, cuántas claramente civiles y en qué circunstancias encontraron su fin.

· Inicio: ¿Cómo comenzó el levantamiento? Se dice comúnmente que la revolución «comenzó» en Daraa, pero las circunstancias precisas están envueltas en incertidumbres, en parte debido al secretismo del régimen, pero también porque se convirtió en el mito fundacional de la revolución. Necesitamos una explicación precisa de la historia de los niños, sus motivos, las torturas que padecieron, lo que el jefe de seguridad local, Atef Najib, dijo e hizo de forma precisa, las protestas subsiguientes y el asalto y asedio de Daraa por parte del régimen.

· Escalada: ¿Cómo se intensificó? Es preciso captar bien varios acontecimientos críticos si queremos comprender la escalada del conflicto. Por ejemplo, el 18 de julio de 2012, el bombardeo de la sede de la Seguridad Nacional en Damasco, que mató a una docena de altos funcionarios de seguridad, es un hecho fundamentalmente controvertido: tal vez fueron los rebeldes, tal vez fueron los que seguían una línea más dura dentro del régimen, pero se necesita transparencia. Del mismo modo, la entrada del Ejército Sirio Libre en Alepo en el Ramadán de 2012 se considera una gran escalada, pero ¿qué ocurrió exactamente en el período inicial de la revolución en Alepo?

· Nadir: ¿Quién cometió las masacres? A medida que la violencia se intensificaba, también lo hacían las guerras de propaganda. Necesitamos recuentos completos de las masacres, como la ocurrida en la ciudad de Homs (principios de 2012), en Houla (25 de mayo de 2012) y los ataques químicos en Ghuta Oriental (21 de agosto de 2013). Si bien las identidades de las víctimas y las condiciones de estas masacres son bastante conocidas, seguimos en gran parte sin saber quiénes fueron sus autores. El poder del régimen y los intereses creados de sus partidarios han impedido que se lleven a cabo estudios honestos centrados en estas masacres.

· Control: ¿Quién controlaba qué? La noción de que el conflicto fue «caótico» e «imprevisible» es un cliché negligente, ya que es muy posible establecer niveles de control haciendo las preguntas correctas y examinando los archivos correctos. ¿Cuánto control ejerció Bashar al-Asad en el transcurso de los eventos? Necesitamos entender, inequívocamente, las cadenas de mando existentes sobre los territorios y jurisdicciones del país.

· Colusión: ¿Quién colaboró con el Daesh? La infiltración y colusión del régimen de Asad con el Daesh se ha mencionado en varias publicaciones y testimonios. En una de mis entrevistas, un hombre alauí bien conectado confirmó que fue testigo de cómo un agente de mediana edad con aspecto salafí entró en una oficina de inteligencia en Tartus y habló abiertamente sobre su puesto secreto como amir (comandante) en el Daesh. Pero se desconoce hasta qué punto el régimen infiltró a topos en el aparato de seguridad del califato y dirigió sus acciones.

Interpretación: ¿Por qué sucedió y como fue desarrollándose?

· Causas: ¿Por qué comenzó el conflicto? El conflicto sirio se ha explicado a través de una cantidad asombrosa de factores y causas, desde el medio ambiente hasta los aspectos geopolíticos, sectarios, culturales, históricos, político-económicos, conspirativos e incluso escatológicos. Sin embargo, un examen sólido, sin prejuicios y multidimensional de sus causas requiere una amplia gama de disciplinas académicas para reflexionar sobre la causalidad; tanto sobre las causas más profundas y de largo plazo, como sobre los desencadenantes inmediatos y a corto plazo.

· Motivos: ¿Por qué los sirios se involucraron en el conflicto? La propia voluntad política de los sirios es un asunto profundamente complejo. ¿Por qué lucharon las personas, con quién y por qué con ellos? ¿Por qué no lucharon? ¿Cómo podemos explicar las decisiones estratégicas y tácticas de las facciones de combate? Los motivos son un asunto complejo que puede responder a una mezcla de estímulos privados y políticos que cambian con el tiempo.

· Sectarismo: ¿Cuál fue el papel del sectarismo en el conflicto? La noción de que el sectarismo no fue una causa de la violencia, sino una consecuencia, es un tópico común, pero es necesario explorarlo mejor. El constructivismo extremo («los sirios no son sectarios, se ha imaginado todo») es tan inútil para entender el problema como el esencialismo («todo se debe al sectarismo profundo de los sirios»). La investigación sobre la sectarización debe explicar el concepto y analizar cómo influyó en las personas.

· Implicación extranjera: ¿Cuál fue el papel de la intervención extranjera, encubierta y abierta, en el conflicto? Este es el material de las novelas de espías, y precisamente por esta razón debe examinarse críticamente en relación con los vecinos directos de Siria, con la región de Oriente Medio y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés) y, en última instancia, también a nivel mundial. ¿Cómo surgió la guerra por poderes? ¿Cuál fue el papel del intervencionismo humanitario, la guerra de Iraq, la doctrina de Obama? ¿Cuáles fueron los motivos, objetivos y alcance precisos de la intervención iraní y rusa? ¿Turquía se alió con el Daesh? Y, de ser así, ¿cómo y por qué? Y muchas otras preguntas que permanecen abiertas.

· Mujabarat: ¿Cómo influyeron las agencias secretas de inteligencia del régimen (mujabarat) en el conflicto? Dos actores inmensamente impactantes que no han sido investigados consistentemente durante el conflicto son la mujabarat y el Daesh. Si bien se han escrito muchos libros sobre el Daesh, no sabemos casi nada sobre la maquinaria de exterminio de Asad. El dilema es que la profunda influencia de la mujabarat solo se combina con su extremo secretismo: ha manejado y estructurado el conflicto como una mano oculta, pero el velo del misterio solo puede descubrirse mediante análisis sólidos.

· Encarcelamiento: ¿Cómo funciona el sistema penitenciario sirio? La cifra de sirios que en algún momento han pasado un tiempo en una prisión debe ser de cientos de miles. El encarcelamiento ha caracterizado el conflicto mucho más que cualquier otra forma de violencia, pero aparte de algunas memorias y bocetos aquí y allá, no hay buenos estudios de las complejidades del sistema penitenciario de Siria. El tema está claramente relacionado con el anterior y, afortunadamente, su investigación está ya en marcha. (Junto con Jaber Bakr, el autor está preparando un libro de información general sobre el sistema penitenciario sirio).

Estas y muchas otras cuestiones importantes, objetivas e interpretativas no vienen motivadas por una agenda jurídica, política o moral, sino por aquella que sirve al registro histórico y, por lo tanto, debe ser la máxima prioridad para los investigadores. El régimen ha obstruido durante mucho tiempo la búsqueda de la verdad en relación a muchas de estas cuestiones, y podemos estar seguros de que continuará haciéndolo, con el apoyo de la WDF y de otros. Pero si los criminales pueden abrazarse a sus armas, nosotros podemos abrazarnos a las nuestras.

Conclusión: la verdad nos hará libres

El conflicto sirio es uno de los conflictos más controvertidos de la historia. Los sesgos ideológicos y geopolíticos han impedido que se esboce una imagen compleja y han producido demasiadas narraciones unilaterales. Pero ni la investigación ni la interpretación son asuntos de blanco o negro. La complejidad y la ambivalencia del conflicto se pueden encontrar en una amplia gama de temas, como las muchas formas de violencia inconvenientes y políticamente inadecuadas. Por ejemplo, el régimen de Asad afirmaba que luchaba por Palestina, pero durante un largo período mató a más palestinos que Israel. En muchas ocasiones a lo largo del conflicto, el régimen envió el ejército a zonas lealistas no para combatir a los rebeldes, sino para impedir los saqueos de sus propios milicianos irregulares (shabiha). El régimen afirmó que combatía el terrorismo, pero hasta 2011 trabajaba mano a mano con esos mismos combatientes de Al Qaida que envió a Iraq, quienes, como combatientes endurecidos tan solo pocos años después, formarían Jabhat al-Nusra y causarían estragos en barriadas lealistas.

Y el régimen no es el único actor que tiene que explicar determinadas inconsistencias. Las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), que pretendían defender los derechos de los kurdos, participaron en la represión de otros movimientos sociales y políticos kurdos en Rojava/Yasira. El Daesh pretendía luchar con los musulmanes suníes contra los «apóstatas» del régimen, pero vendió petróleo a ese mismo régimen y ejecutó a suníes por «espías» con los pretextos más falsos. La revolución también tuvo que lidiar con algunos sucesos bochornosos: muchos revolucionarios de Alepo que apoyaron al carismático comandante rebelde Abdelqader Saleh se quedaron conmocionados cuando se dieron cuenta de que el resentimiento de la clase rural llevó a su brigada Tawhid a saquear las zonas más acomodadas de Alepo a escala masiva. ¿Y qué decir de las enmarañadas historias sobre Siria? ¿De los muchos matrimonios mixtos y familias multisectarias (suníes/chiíes, cristianas/musulmanas) que se deshicieron? ¿O aquellas tribus en el este de Siria que primero trabajaron con el régimen, luego con el Daesh, después con las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, y luego nuevamente con el régimen? Obviamente, ningún conflicto es blanco o negro, pero son estos tipos de escalas de grises los que ofrecen una comprensión más profunda de la dinámica de Siria. Necesitamos un análisis paciente y meticuloso de estas situaciones y procesos, evitando las representaciones moralistas y dicotómicas.

El cataclismo sirio necesita un programa de investigación de base amplia que aborde todos estos problemas y más, para que consigamos la lucidez necesaria para combatir la negación y la distorsión. No por cuestiones defensivas, sino en aras a la verdad.

Notas:

[1] «The Project of Documenting the War on Syria» (28 June 2018), en: http://en.wathiqat-wattan.org/452/the-project-of-documenting-the-war-on-… and http://en.wathiqat-wattan.org/category/oral-history [consultado el 22 de mayo de 2019]

[2] Bouthaina Shaaban: Both Right and Left Handed: Arab Women Talk About Their Lives (Bloomington, IN: Indiana University Press, 1991). La ostensible «perspectiva feminista» de Shaaban en Siria es un hilo conductor de su carrera, incluido el proyecto especial de la WDF sobre «Women in Wartime»: http://en.wathiqat-wattan.org/603/wathiqat-wattan-organization-conducts-… [consultado el 22 de mayo de 2019]. La amarga ironía es que mientras coordinaba este proyecto, innumerables mujeres sirias eran violadas y torturadas en las cárceles sirias. Entre un creciente cuerpo de conocimiento sobre este último, véase, por ejemplo: Detention of Women in Syria: A Weapon of War and Terror (Copenhagen: Euro-Med Human Rights Network, 2015).

[3] Asaad Al-Saleh: «Failing the Masses: Buthaina Shabaan and the Public Intellectual Crisis», Journal of International Women’s Studies 13:5 (2012), 195-211.

[4] Véanse varias fotos en: http://www.ermenisorunu.gen.tr/tag/musluman-katliamlari/ [consultado el 23 de mayo de 2019]

[5] Geoffrey B. Robinson, The Killing Season: A History of the Indonesian Massacres, 1965-66 (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2018), 264-91.

[6] Véase, por ejemplo, el «Srebrenica Dossier» en: http://www.serb-victims.org/en/content/blogcategory/16/30/ [consultado el 23 de mayo de 2019]

[7] Véase su biografía en: https://www.ttk.gov.tr/kurumsal/oncekibaskanlarimiz/yusuf-halacoglu/ [consultada el 23 de mayo de 2019]

[8] Jelena Subotić: «The Cruelty of False Remorse: Biljana Plavšić at The Hague», Southeastern Europe 36:1(2012), 39-59.

[9] Josh Wood: «The race to save Syria’s memories as uprising enters fifth year», The National (14 March 2015), en : www.thenational.ae/world/the-race-to-save-syria-s-memories-as-uprising-e… [consultado el 23 de mayo de de 2019 ]; Daniela Blei, «We Can’t Save Syrians Anymore, But We Can Save the Truth», Foreign Policy (27 December 2018), en : https://foreignpolicy.com/2018/12/27/ugur-umit-ungor-syria-oral-history-… [consultado el 23 de mayo de 2019]

***

El Dr. Uğur Ümit Üngör es profesor asociado en el Departamento de Historia de la Universidad de Utrecht e investigador del Instituto de Estudios sobre la Guerra y el Genocidio de Ámsterdam. Su principal área de interés es la historia y la sociología de la violencia de masas. Entre sus publicaciones se incluyen: Genocide: New Perspectives (Amsterdam University Press, 2016), Confiscation and Destruction: The Young Turk Seizure of Armenian Property (Continuum, 2011) y el galardonado The Making of Modern Turkey: Nation and State in Eastern Anatolia, 1913-1950 (Oxford University Press, 2011). En la actualidad está escribiendo un libro sobre la violencia política en Siria .

Fuente: https://www.aljumhuriya.net/en/content/narrative-war-coming

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.