El arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino, fue retenido durante tres horas en el aeropuerto Internacional de Miami el pasado 25 de febrero, según informó el diario El Nuevo Herald. Citando fuentes que pidieron el anonimato, el rotativo de Miami indica que el prelado habría sido vejado por dos funcionarios de inmigración […]
El arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino, fue retenido durante tres horas en el aeropuerto Internacional de Miami el pasado 25 de febrero, según informó el diario El Nuevo Herald.
Citando fuentes que pidieron el anonimato, el rotativo de Miami indica que el prelado habría sido vejado por dos funcionarios de inmigración que cuestionaron sus puntos de vista políticos con respecto a la isla.
Las autoridades de inmigración dudaron de su pasaporte diplomático expedido por el Vaticano, las razones de su visita a Estados Unidos y llegaron, incluso, a comentar su posible deportación a Cuba.
Ortega llegó a Miami la víspera en un vuelo fletado procedente de La Habana, y de inmediato se dirigió a la oficina de inmigración reservada para los diplomáticos.
En el citado lugar uno de los funcionarios le indicó que se dirigiera a una oficina privada a donde son enviados los pasajeros que usualmente tienen problemas de documentación.
En el recinto los encargados le dijeron que iban a registrarle el equipaje, a lo cual el cardenal se negó diciendo que tenía un pasaporte diplomático, que no contestaría ninguna pregunta porque tenía una visa en orden y venía a asuntos oficiales.
Según testigos, los oficiales insistieron en que Ortega debía ser deportado a Cuba porque no estaba cooperando con ellos. Las autoridades eclesiásticas fueron alertadas por una llamada telefónica mientras el incidente estaba sucediendo. Tras una serie de gestiones Ortega fue liberado alrededor de las cuatro de la tarde. El incidente determinó que el Arzobispo de La Habana adelantara su regreso a Cuba, dijeron fuentes de la prensa de Miami.
La cadena NBC norteamericana informó desde la capital cubana que un periodista de la isla que escribe para publicaciones católicas, Walfredo Piñera, estimó que el tratamiento a Ortega en Miami ha sido «un insulto, una palmada en nuestro rostro». Piñera agregó que las autoridades norteamericanas demostraron que son «malintencionadas, ignorantes o desinformadas».
Por su parte, Enrique López Oliva, identificado por la NBC como coordinador de la Comisión de Estudios de la Iglesia en América Latina, con sede en la capital cubana, reveló que otros sacerdotes cubanos han sido sometidos al mismo tratamiento por aduaneros norteamericanos cuando llegan al país vecino.
López Oliva consideró que esos incidentes están relacionados a la inclusión de Cuba por el gobierno federal norteamericano en una lista «negra» de estados terroristas «sea esto racional o no».
En declaraciones también a la cadena estadounidense, el activista católico Gabriel Coderch relacionó el caso con sectores de ultraderecha en Miami «que son poderosos y no desean un diálogo con Cuba, idea que el Arzobispo de La Habana ha defendido siempre».
Ninguna fuente oficial católica ni en Cuba ni en Estados Unidos ha mencionado el incidente ocurrido con Ortega en Miami.