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Un libro sostiene que el lobby proisraelí empujó a Washington a la guerra

La influencia de Israel en EE.UU, cuestionada

Fuentes: La Vanguardia

No es habitual que un aspirante a la Casa Blanca se vea obligado a comentar una novedad editorial. Esta semana ha ocurrido. El demócrata Barack Obama tuvo que distanciarse de las tesis de El lobby de Israel y la política exterior de Estados Unidos, un ensayo en el que dos académicos de las universidades de […]

No es habitual que un aspirante a la Casa Blanca se vea obligado a comentar una novedad editorial. Esta semana ha ocurrido. El demócrata Barack Obama tuvo que distanciarse de las tesis de El lobby de Israel y la política exterior de Estados Unidos, un ensayo en el que dos académicos de las universidades de Chicago y de Harvard argumentan que el «apoyo incondicional» de Estados Unidos a Israel perjudica los intereses norteamericanos. «La idea de que los partidarios de Israel han distorsionado la política exterior de Estados Unidos, o que son responsables de la debacle en Iraq, es falsa», terció una portavoz del senador Obama al diario The New York Sun.

Obama se convirtió en sospechoso cuando un anuncio de su web apareció en la página dedicada a El lobby de Israel…en la librería electrónica Amazon. El anuncio ya está retirado. Sin embargo, el senador también ha recibido reproches por tener en su equipo de asesores al veterano Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter, que ha elogiado el controvertido ensayo.

Los autores, John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt, propugnan un giro en la política hacia Israel. Según ellos, el lobby proisraelí – compuesto por judíos estadounidenses, neoconservadores y lo que Mearsheimer y Walt llaman «sionistas cristianos»- condiciona la política exterior norteamericana en Oriente Medio, hasta el punto de que va contra sus propios intereses e incluso de los de Israel.

Mearsheimer y Walt, acusados de antisemitas por algunos miembros del lobby, sostienen que el apoyo diplomático, económico y militar a Israel ha alimentado el antiamericanismo y ha agravado la amenaza terrorista. El lobby proisraelí, afirman, empujó a Washington a la guerra de Iraq, disuadió a Washington de frenar a Israel en la última guerra de Líbano, en verano del 2006, y ha puesto obstáculos a la distensión con países como Siria e Irán.

El lobby de Israel…,basado en un artículo de los mismos autores que hace un año y medio ya causó revuelo, ha atizado el debate sobre el rumbo de la diplomacia estadounidense. Tras la publicación del citado artículo, la prestigiosa revista Foreign Affairs llegó a sugerir que las propuestas de sus autores «podrían poner en marcha un útil cambio de paradigma en la política de Estados Unidos en Oriente Medio».

Mearsheimer y Walt, al contrario que gurús de la izquierda crítica con Estados Unidos e Israel como Noam Chomsky, tienen poco de subversivos. En el libro, rinden homenaje a Samuel Huntington, el ideólogo de la teoría del choque de civilizaciones. Ambos son defensores de la realpolitik, favorables a una política exterior más guiada por los intereses nacionales que por el idealismo.

En Estados Unidos, un país donde los grupos de presión forman parte del engranaje democrático y actúan a la luz del día, nadie niega que exista un lobby en defensa de los intereses del Estado de Israel.

«El lobby articula posiciones con las que la mayoría de los americanos está de acuerdo», explica, en una conversación telefónica, el abogado Kenneth Stern, especialista en antisemitismo en el Comité Judío Estadounidense, una de las principales organizaciones del lobby proisraelí, según Mearsheimer y Walt.

«Los ciudadanos de Estados Unidos – añade- consideran que los israelíes son como los norteamericanos en muchos aspectos. Aprecian los mismos valores, como el Estado de derecho o la lucha contra el terrorismo». Aunque discrepa de Mearsheimer y Walt, Stern se resiste a acusarlos de antisemitismo. «Yo no diría que los dos profesores están motivados por un sentimiento antisemita. Pero hay algo que me molesta, y es que lo que han escrito gustará a muchos antisemitas».

En Estados Unidos, cuestionar la actual alianza con Israel – apoyada con pocos matices por todos los precandidatos a las presidenciales del 2008- es tocar una fibra sensible. Varias universidades e instituciones culturales han anulado o vetado actos para presentar El lobby de Israel…El año pasado, cuando el ex presidente y Nobel de la Paz Jimmy Carter publicó el ensayo Palestina: paz y no apartheid,algunos lo acusaron de flirtear con el antisemitismo.

En los mismos días en que el libro de Mearsheimer y Walt llegó a las librerías, a finales de agosto, apareció otro libro para rebatirlos: Las mentiras más terribles. El lobby de Israel y el mito del dominio judío,de Abraham Foxman, director de la Liga Antidifamación, otra organización clave en la constelación de grupos proisraelíes en Estados Unidos. En el prólogo, el ex secretario de Estado George Schulz arremete contra las «teorías conspiratorias» procedentes de ámbitos académicos.

Mearsheimer y Walt están a favor de la existencia del Estado de Israel. También ven legítimo que el lobby proisraelí intente influir en la política exterior norteamericana. Pero abogan por tratar a Israel «como a un Estado normal». «Cuando Israel actúa de una manera que EE. UU estima deseable, hay que apoyarlo. Cuando éste no es el caso, debe aceptar la oposición de EE. UU., como cualquier otro estado», escriben.