Acerca de una ola de manifestaciones, acciones laborales y boicotes que los trabajadores hoteleros han llevado a cabo alrededor todo el país en busca de justicia laboral
Ellos y ellas limpian habitaciones, lavan sábanas, cocinan y acarrean el equipaje de los agotados viajeros de todo el mundo.
Trabajan duro en una industria que se alimenta de una fuerza laboral mayoritariamente inmigrante, y que mantiene a muchos de sus trabajadores por debajo del umbral de la pobreza.
Pero ahora, estos trabajadores están liderando una nueva ola de militancia y solidaridad obreras que podrían dar un nuevo aliento de vida al movimiento laboral estadounidense.
Dando frente a duras batallas contractuales y amargas luchas por el reconocimiento sindical, cocineros, aseadores, botones, anfitriones, conserjes y lavanderos se han movilizado bajo el lema «Trabajadores Hoteleros Levantándose», una campaña lanzada en 2006 por Unite Here, sindicato que representa a más de 300.000 trabajadores de hoteles en EEUU y Canadá.
Aunque la industria hotelera vio sus márgenes de ganancia reducidos con la crisis económica, éstos ya han sido recuperados, y se espera que seguirán aumentando a un paso del 8 por ciento por año, entre hoy y el 2014. Consecuentemente, los obreros y obreras de la hotelería han incrementado la presión sobre sus patrones, en varias ciudades del país, exigiendo una más justa participación en las ganancias.
Recientemente, más de 400 trabajadores y simpatizantes se plantaron en el centro de Washington, DC, para exigir un contrato más justo con los hoteles de la zona –Hilton, Marriott, Hyatt, Starwood y otros–, luego que estos intentaron empujar concesiones por parte de sus obreros, a pesar de haber restaurado sus ganancias a niveles previos a la recesión. La acción fue organizada por Unite Here Local 25, que representa a más de 4.500 trabajadores que han estado en negociaciones colectivas desde agosto.
La oferta que la administración está tratando de implementar no ofrece nada al fondo de pensiones de los trabajadores y ofrece un aumento salarial de menos del uno por ciento en el primer año –lo que ni siquiera cubre el último aumento de tarifas del Metro. Encima de esto, el Marriott, en particular, está buscando una mano libre para externalizar el trabajo a agencias de trabajo temporal de bajos salarios.
«Los trabajadores hoteleros de Washington DC ofrecemos excelentes servicios de hospedaje a algunas de las personas más ricas y poderosas del mundo. Sin embargo, muchos de mis compañeros trabajan en dos o tres diferentes lugares para proveer para sus familias», dijo Elia Velásquez, una trabajadora en el Marriott, en un comunicado de prensa.
«A la industria hotelera de la capital le ha ido mucho mejor que en otras ciudades», dijo Van Waus. «Así como la economía se recupera, nuestros miembros están pidiendo también gozar del éxito de los hoteles. Pero en vez, los hoteles están pidiendo a nuestros miembros a aceptar un contrato que los mantenga en recesión».
La lucha de los trabajadores en los hoteles de la capital es parte de una campaña más amplia a nivel nacional. Los esfuerzos de las cadenas hoteleras a través de Norteamérica para atollar las negociaciones e implementar cargas laborales más agotadoras se han encontrado con huelgas, boicotes y otras tácticas de presión por parte de los trabajadores. En noviembre, más de 3.000 trabajadores se fueron a la huelga en hoteles en San Francisco, Honolulu y Chicago.
Estos trabajadores han estado a la vanguardia de una nueva oleada de militancia obrera, con la adopción de audaces acciones no vistas en décadas. Sólo en junio, hasta un millar de trabajadores hoteleros y sus partidarios fueron arrestados en acciones coordinadas de desobediencia civil en todo el país.
Del mismo modo, un número creciente de huelgas espontáneas de trabajadores hoteleros no sindicalizados ha tenido lugar, una tendencia que es especialmente notable, ya que los trabajadores en general han sido más reacios a oponerse a sus empleadores debido a los difíciles tiempos económicos. Una huelga espontánea particularmente exitosa fue la de los trabajadores en Embassy Suites en Irvine, California, el pasado verano, que dio lugar a algunas mejoras inmediatas en sus condiciones de trabajo.
Los trabajadores también han enlistado el apoyo de la comunidad laboral por medio de campañas de boicot. Al corriente, hay 15 boicots activos a hoteles Hyatt en ocho ciudades. Hay además boicots activos en cuatro hoteles operados por Columbia Sussex. En algunas ciudades, grandes convenciones y eventos han sido cancelados o trasladados.
Mientras tanto, muchos trabajadores hoteleros están luchando para exigir que sus empleadores respeten su derecho a sindicalizarse sin la intimidación, vigilancia e injerencia por parte de su patrón.
Los boicotes también están siendo usados contra los patrones que se niegan a reconocer o negociar con sindicatos que ya se han votado por los trabajadores. Por ejemplo, en Hoteles y Resortes HEI, que incluye varios hoteles en California y Virginia sus trabajadores han declarado un boicot contra su empleador.
A nivel nacional, el sindicato se ha centrado especialmente en el Hyatt, donde los trabajadores enfrentan la tasa más alta de lesiones, según un estudio realizado en 50 hoteles del país y publicado en La Revista Americana de Medicina Industrial de 2010. El informe describe como los trabajadores tienen que levantar catres de más de 100 libras, agacharse para limpiar los pisos y hacer las camas, y empujar los pesados carros por pasillos alfombrados.
Estas agotadoras condiciones de trabajo afectan a un número desproporcionado de mujeres inmigrantes y de color que componen la gran mayoría de las trabajadoras de limpieza en los hoteles. La tasa general de lesiones para los trabajadores de hotel es un 25 por ciento más alta que la de todos los trabajadores en el área de servicios.
El 9 de noviembre, Unite Here presentó querellas por lesiones con OSHA en nombre de trabajadores en 12 unidades de Hyatt en ocho diferentes ciudades.
Unite Here está cambiando su enfoque de Hyatt hacia Hoteles Hilton, con la esperanza de ejercer presión y establecer normas de negociación que serían seguidas por los otros hoteles. La cadena hotelera está tratando de poner en práctica una carga laboral de 20 habitaciones por día en lugar de 14 –una política que conduciría a más despidos.
Por supuesto, los ejecutivos están a salvo de la reducción de costos: el Wall Street Journal reportó un 12 por ciento de aumento salarial este año para el equipo ejecutivo de Blackstone, los dueños de Hilton.
Los trabajadores hoteleros también tienen otra estrategia a su disposición: la solidaridad con otros movimientos por la justicia social.
Con una coalición que se remonta a la época de Harvey Milk, los trabajadores hoteleros han forjado una alianza con la comunidad LGBT llamada «Duerme con la gente correcta». Unite Here ha dedicado recursos para derrotar las leyes anti-gay, como Proposición 8 en California, lo que le ha permitido al sindicato dirigirse a la comunidad LGBT, pidiéndole honrar los piquetes de huelga y respetar los boicots.
Unite Here ha denunciado el Hyatt por ser no sólo anti-obrero, sino también anti-gay. Uno de los socios de la empresa y propietario del hotel Grand Hyatt en San Diego, Doug Manchester, contribuyó 125.000 dólares en favor de la Proposición 8. Ambos, el sindicato y la comunidad LGBT, mantienen conjuntamente un boicot contra el hotel de Manchester.
En el rally, Laticha Romeo, una trabajadora en el Hotel Madison de Washington DC, dijo a la multitud: «Estoy hablando en nombre de todos los hoteles en el mapa. Me siento el mismo dolor que tú. Estamos todos juntos en esto».
Lo que ocurre con los trabajadores del Local 25 en la capital del país representa un eslabón más en la cadena de la creciente militancia obrera en la industria hotelera. En el contexto de un boicot en vigor, los trabajadores de Sheraton han organizado varios piquetes y manifestaciones en Crystal City, Md., exigiendo que el propietario, HEI, respete el derecho de los trabajadores a organizarse.
Y en cuanto a los otros hoteles sindicalizados en Washington DC, el Local 25 no puede irse a la huelga o hacer piquetes frente a los hoteles, mientras que el actual contrato siga en vigor. Pero cuando el contrato expire en marzo, «No descartaría huelgas o piquetes si la administración continúa llegando a la mesa de negociaciones con ofertas que mantienen a nuestros miembros en estado de recesión permanente», dijo Van Waus. «Creo que nuestros miembros están unidos y comprometidos a tomar todas las medidas que consideren oportunas para garantizar que su trabajo sea valorado».
En la misma ciudad en que los miembros del Local 25 luchan por dignidad y justicia laboral, ambos partidos están elaborando las políticas de austeridad económica dirigidas a poner a los trabajadores de rodillas a favor de los intereses de Wall Street y los empresarios.
Pero quizás esta vez, en los hoteles, será al revés.
* Publicado por primera vez en Common Dreams.
Fuente: http://www.obrerosocialista.org/Obrero/052/052_04_Trabajadores.shtml