Recomiendo:
0

Catalunya

La manifestacion que trastocó el panorama estatutario

Fuentes: A Luchar por el Socialismo

Contra todos los pronósticos, el pasado 18 de febrero, varios centenares de miles de personas ocuparon el centro de Barcelona, en una de las mayores manifestaciones de la historia catalana reciente. La convocatoria, bajo el lema «Som una Nació. Tenim dret de decidir», fue todo un éxito. El llamamiento, respaldado por más de 600 entidades […]

Contra todos los pronósticos, el pasado 18 de febrero, varios centenares de miles de personas ocuparon el centro de Barcelona, en una de las mayores manifestaciones de la historia catalana reciente. La convocatoria, bajo el lema «Som una Nació. Tenim dret de decidir», fue todo un éxito. El llamamiento, respaldado por más de 600 entidades y 30 ayuntamientos, contaba con el apoyo de ERC. Por el contrario, PSC, CiU e IC habían llamado expresamente a no asistir. EUiA envió una ridícula delegación de tres personas.

Indignación contra la derecha española y descontento frente al pacto Zapatero-Mas

La convocatoria ofreció la oportunidad a amplios sectores populares catalanistas para dar rienda suelta a su indignación contra la desaforada campaña anti-catalana de la derecha española y para expresar su profunda insatisfacción ante el pacto Zapatero-Mas, una burla a las aspiraciones soberanistas que desnaturaliza el ya desnaturalizado proyecto de Estatut que aprobó el Parlament el 30 de septiembre (un proyecto que, de entrada, se ajustaba a los límites de la Constitución monárquica, renunciaba al derecho a la autodeterminación y daba la espalda a la Catalunya trabajadora).

El pacto Zapatero-Mas (conocido también como «Estatut de la Moncloa») ha quedado reducido a una nueva versión del viejo Estatut. Ni siquiera reconoce a Catalunya como nación y no aporta más novedad que alguna nueva competencia (compartida con Madrid) y la promesa de mayores recursos y menos déficit fiscal. No es casual que el propio Piqué -antes del tirón de orejas de Rajoy- se identificara con el acuerdo. El pacto muestra los límites del régimen monárquico y los reales intereses de la burguesía catalana, guiados por la búsqueda de un lugar confortable en el capitalismo español y ejemplificados en la OPA de Gas Natural (La Caixa) sobre Endesa.

Los cálculos políticos por los aires

Zapatero, pactando directamente con Mas, el representante más genuino de la burguesía catalana, había humillado a Maragall, al Tripartito y a ERC, hasta entonces su «aliado preferente». Después de que el PSC e IC se sometieran sin problemas, Zapatero contaba que ERC, tras las escenificaciones oportunas y alguna concesión menor, volvería al redil en un plazo razonable.

Esto era lo que todo el mundo -incluida ERC- esperaba tras la manifestación del 18 de febrero. Pero a la convocatoria asistió una inesperada multitud, que hizo saltar por los aires todos los cálculos. El margen de maniobra de ERC quedó bruscamente recortado y, aunque se haya doctorado en equilibrismos y chanchullos parlamentarios, si no se quiere hacer el harakiri, ya no va a poder apoyar el «Estatuto de la Moncloa».

El «acuerdo histórico para décadas» se queda en un apaño

El prometido pacto estatutario que había de durar generaciones, ha quedado reducido a un apaño que deja sin resolver, peor incluso que antes, el problema catalán.

También la continuidad del Tripartito ha quedado abiertamente comprometida. ¿Se imaginan el referéndum estatutario con una parte del Govern llamando a participar a favor y otra (ERC) proponiendo lo contrario?

La actual crisis estatutaria debilita, además, enormemente al Gobierno en sus intentos de canalizar el problema vasco ¿Con qué autoridad puede intervenir Zapatero ante la Izquierda Abertzale?

¿Vamos hacia una crisis de régimen?

El capital y las instituciones están enormemente preocupados por las graves consecuencias que acarrearía un referéndum plebiscitado por menos de la mitad del censo catalán y con una fuerte oposición catalanista. Un resultado así provocaría una crisis de legitimidad institucional y crearía el terreno para un choque de soberanías, abriendo una verdadera crisis en el régimen monárquico heredado de la Transición.

Por el derecho a la autodeterminación de los pueblos

La lucha por el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán debe proseguir, dando continuidad y profundidad a la movilización masiva del 18 de febrero; exigiendo a ERC (y a IC) que se despeguen de los sillones y abandonen la parodia de la negociación estatutaria; preparando, finalmente, el rechazo popular al «Estatuto de la Moncloa» en el próximo referéndum.

La «Campanya Unitària por la Autodeterminació» (plataforma de la que forma parte Corrent Roja, junto a organizaciones y entidades independentistas), tiene un importante papel que jugar en este esfuerzo unitario, como el sector más consecuente en defensa del derecho a la autodeterminación y de las reivindicaciones de la Catalunya trabajadora.

Hay también que arropar en el resto del Estado las movilizaciones por los derechos nacionales catalanes (y vascos), impidiendo que el PP las utilice para reforzar sus posiciones. Es preciso acabar con la impunidad de la derecha, ante la que el Gobierno del PSOE claudica una y otra vez, cediéndole la calle y negándose a movilizar para pararles los pies.

(*) A Luchar por el Socialismo es una publicación mensual del PRT-Izquierda Revolucionaria, sección en el Estado Español de la Liga Internacional de los Trabajadores – IV Internacional
www.marxismo.info