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La no aceptación de la crisis del cambio climático

Fuentes: IPS [Foto: Manipadma Jena / IPS]

La no aceptación de la crisis del cambio climático persiste a pesar de sus consecuencias mundiales cada vez más visibles.

PORTLAND, Estados Unidos – Muchas personas en todo el mundo, especialmente las de la extrema derecha, no aceptan la crisis del cambio climático. Con los años, su pensamiento, comportamiento y políticas que descartan el cambio climático han continuado en gran medida y han perjudicado los esfuerzos globales para abordar el calentamiento global y la degradación ambiental.

Los hallazgos inequívocos de numerosos informes sobre las consecuencias del cambio climático elaborados por comités científicos nacionales e internacionales no han sido suficientes para contrarrestar el escepticismo sobre el cambio climático. Por el contrario, las reacciones de los escépticos a los informes sobre cambio climático se pueden resumir en la frase “No me confundan con los hechos”.

El auge del populismo de derecha en muchos países también constituye un obstáculo potencial para abordar el cambio climático. Los partidos y políticos de derecha y extrema derecha con frecuencia expresan escepticismo, negación y oposición a las políticas de cambio climático, como los impuestos al carbono.

La no aceptación o negacionismo de la crisis del cambio climático persiste a pesar de sus consecuencias mundiales cada vez más visibles.

De hecho, es difícil evitar los informes noticiosos sobre los eventos del cambio climático, incluidos el calor extremo, las inundaciones, las sequías, los cultivos destruidos, los incendios forestales, el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental, la polución, la contaminación y el aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad humana.Incluso las peticiones firmadas a los líderes gubernamentales por miles de científicos de todo el mundo advirtiendo sobre una emergencia climática y las preocupaciones, manifestaciones y protestas de las generaciones más jóvenes que piden una acción urgente no han sido suficientes para convencer a los escépticos de la amenaza del cambio climático, especialmente entre la derecha política.

En general, la mayor parte de la mayoría de las poblaciones están preocupadas por la crisis del cambio climático.

Una encuesta mundial realizada en 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), que abarcó 50 países y más de la mitad de la población mundial, halló que casi dos tercios de los encuestados creían que el cambio climático era una emergencia planetaria.

La proporción de la población que cree que el cambio climático es una emergencia osciló entre un mínimo de 61 % en el África subsahariana y un máximo del 71 % en Europa Occidental y América del Norte. Las proporciones de las cuatro regiones restantes variaron de 63 al 65 % (Gráfico 1).

Gráfico 1: Porcentaje de la población que cree que el cambio climático es una emergencia. 2022. Fuente: PNUD

Además del estudio del PNUD, una encuesta PEW de 2022 en que participaron 19 países de América del Norte, Europa y la región de Asia y el Pacífico halló una media de 75 % que considera el cambio climático global como una gran amenaza para su país.

Sin embargo, las opiniones sobre la amenaza del cambio climático diferían considerablemente entre los grupos políticos. En general, según las encuestas, los de derecha son menos propensos que los de izquierda a creer en la realidad y la naturaleza antropogénica de la crisis del cambio climático.

En la encuesta PEW de 2022, por ejemplo, se determinó que las personas de derecha en catorce países tenían sistemáticamente menos probabilidades de considerar el cambio climático como una amenaza importante para su país que las personas de izquierda (Gráfico 2).

Gráfico 2: Porcentaje de la derecha y la izquierda que cree que el cambio climático global es una gran amenaza para su país. 2022. Fuente: PEW

La mayor diferencia entre esos catorce países fue en Estados Unidos, donde 22 % de la derecha consideró el cambio climático como una gran amenaza para su país frente a 85 % de la izquierda. Otros países con una gran diferencia entre la derecha y la izquierda política fueron Australia con 47 y 91 %, Canadá con 46 y 80 % y Alemania con 59 y 83 %, respectivamente.

Además, las diferencias en las opiniones de los grupos políticos sobre el cambio climático en algunos países importantes se han ampliado en el último tiempo. En Estados Unidos, por ejemplo, la diferencia entre republicanos y demócratas ha aumentado sustancialmente durante el último cuarto de siglo.

Cerca del comienzo del siglo XXI,  20 % de los republicanos y 36 % de los demócratas creían que el calentamiento global supondrá una seria amenaza durante su vida. Para 2021, la diferencia entre republicanos y demócratas se había ampliado sustancialmente, con 11 % frente a 67 %, respectivamente (Gráfico 3).

Gráfico 3: Creencia de que el calentamiento global representará una seria amenaza durante su vida, según la afiliación política de Estados Unidos 1997-2021. Fuente: Encuesta Gallup

Además, las opiniones divergentes sobre el cambio climático se reflejan en las declaraciones y políticas de los partidos políticos y sus líderes. Por ejemplo, el partido Vox en España desestimó el cambio climático como «un engaño», el Frente Nacional en Francia promovió el escepticismo climático y los demócratas de Suecia calificaron el debate climático como «raro» en las discusiones presupuestarias, argumentando que la gravedad del cambio climático es exagerada y la evidencia científica está siendo distorsionada.

En Alemania, la organización de extrema derecha Alternative für Deutschland (AfD) desafió el consenso científico mundial sobre el cambio climático, describiéndolo como “histeria”. Además, la AfD abandonó el anterior consenso entre partidos sobre las conclusiones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

En Estados Unidos, el segundo mayor emisor mundial de CO2 que produce alrededor de 14 % de las emisiones mundiales de CO2, el expresidente republicano dijo que no creía en el calentamiento global provocado por el hombre, calificó el cambio climático como «un engaño» inventado por China, y dijo que los científicos nos estaban “engañando” sobre el cambio climático.

Además, desestimó los informes científicos federales sobre el cambio climático y buscó hacer retroceder las regulaciones climáticas, incluido el aumento de la extracción de carbón en Estados Unidos y la reconsideración de los estándares de eficiencia de combustible para vehículos.

En China, el principal emisor de CO2 del mundo que produce alrededor de 30 % de las emisiones de CO2 del mundo, algunos informan que los escépticos del cambio climático del Partido Comunista son en su mayoría rechazados y pueden hablar en las sombras.

Después de décadas de rechazar el cambio climático y sus consecuencias visibles, como el asfixiante smog que se cierne sobre la mayor parte del país, ningún funcionario chino de alto rango está diciendo que el cambio climático es un engaño y, si bien algunos pueden tener esa opinión, no lo dirán.

En India, que el IPCC destaca como un punto crítico vulnerable, algunos dicen que los políticos niegan o ignoran el cambio climático. Señalan que en ninguno de los manifiestos electorales de los dos principales partidos nacionales, el Congreso Nacional Indio y el BJP, se mencionó el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

También en la 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobre cambio climático, celebrda en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre de 2021, India supuestamente consideró el informe reciente del IPCC demasiado sombrío y solicitó que se elimine una sección sobre mitigación.

Un borrador preliminar de la Declaración de Glasgow instó a los países a “acelerar la eliminación gradual del carbón y los subsidios a los combustibles fósiles”.

En las negociaciones finales, sin embargo, India y China, cuyas centrales eléctricas de carbón proporcionan aproximadamente 70 y  60 % de su electricidad, respectivamente, dijeron que solo aceptarían «reducir gradualmente el carbón incesante» y eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles.

Además, cuando se dirigían a la COP26, Australia, Japón y Arabia Saudí se encontraban entre los países que presionaron a las Naciones Unidas para “minimizar la necesidad de alejarse rápidamente de los combustibles fósiles”. Algunas naciones ricas también cuestionaron pagar más a los estados más pobres para pasar a tecnologías más ecológicas.

En las reuniones preparatorias para la cumbre climática COP27, que acogerá en noviembre Egipto en la ciudad balnearia de Sharm El-Sheikh, las naciones africanas rechazaron los cambios abruptos en los combustibles fósiles.

Hicieron hincapié en la necesidad de evitar enfoques que fomenten desinversiones abruptas de los combustibles fósiles, lo que amenazaría el desarrollo de África. Por ejemplo, Nigeria, la población más grande de África, indicó que el gas era una cuestión de supervivencia para el país.

El último informe del IPCC muestra que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. El IPCC también afirma que los planes actuales para abordar el cambio climático no son lo suficientemente ambiciosos como para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, que es un umbral necesario para evitar impactos aún más catastróficos.

Se han ofrecido varias explicaciones sociales y psicológicas para la falta de aceptación y el escepticismo de la crisis del cambio climático, especialmente entre los conservadores de derecha.

En el pasado, se creía que la falta de conocimiento sobre las causas del cambio climático desempeñaba un papel importante. Más recientemente, se cree que la ideología política y la identificación partidista influyen claramente en la forma en que las personas buscan e interpretan selectivamente la información sobre el cambio climático.

También se ha descubierto que las creencias y motivaciones políticas guían la atención, las percepciones y la comprensión de las personas sobre la evidencia y los esfuerzos de mitigación del cambio climático.

Además, algunos no están dispuestos a aceptar la crisis del cambio climático y las medidas de mitigación propuestas porque desafían su necesidad de proteger las estructuras socioeconómicas existentes y los estilos de vida tradicionales, aumentan su ansiedad por la disminución de los niveles de vida y amenazan los esfuerzos de desarrollo, particularmente en los países menos desarrollados.

En síntesis, es cierto que la mayoría de las poblaciones en todo el mundo, especialmente las generaciones más jóvenes, están preocupadas por la crisis del cambio climático. Sin embargo, también es cierto que, a pesar de la abrumadora evidencia inequívoca, muchas personas, especialmente los conservadores de extrema derecha, continúan sin aceptar dicha crisis.

Tal división política con la oposición vocal de la extrema derecha con el apoyo continuo, el lobby político y los amplios esfuerzos de varias industrias extractivas es preocupante y consecuente.

Socava los planes globales para abordar el cambio climático y frustra esfuerzos más ambiciosos para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, el objetivo establecido en el Acuerdo de París para evitar los peores efectos del calentamiento global.

Joseph Chamie es un demógrafo consultor, exdirector de las Naciones Unidas, y entre sus libros, el último se titula: «Nacimientos, fallecimientos, migraciones y otros asuntos importantes sobre población».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

T: MLM / ED: EG

Fuente: https://ipsnoticias.net/la-no-aceptacion-de-la-crisis-del-cambio-climatico/