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La nueva lectura de Marx de Michael Heinrich (II)

Fuentes: Rebelión

Nos toca comentar hoy el índice del libro y el prólogo de la segunda edición española de 2017 de Crítica de la economía política. Una introducción a El capital de Marx, de Michael Heinrich. Además de dos prólogos (el citado y el que presentaba la primera edición alemana del libro) y del estudio introductorio del traductor, […]

Nos toca comentar hoy el índice del libro y el prólogo de la segunda edición española de 2017 de Crítica de la economía política. Una introducción a El capital de Marx, de Michael Heinrich.

Además de dos prólogos (el citado y el que presentaba la primera edición alemana del libro) y del estudio introductorio del traductor, César Ruiz Sanjuán, son en total doce capítulos, la bibliografía (obras de Marx y Engels citadas y obras de otros autores) y un índice de materias. En mi opinión, hubiera ido bien un glosario de los conceptos fundamentales, aunque ciertamente MH define o presenta todas o la gran mayoría las categorías marxianas que usa en su exposición.

Para los comentarios de los contenidos de los capítulos tomo pie en el propio autor, en las páginas 14-16, en los compases finales de su prólogo a la primera edición alemana.

 

Conviene atender a la perspectiva del autor, que atañe a lo que se ha llamado «la nueva lectura de Marx», formulada por él mismo en los siguientes términos: «Muchas simplificaciones del marxismo tradicional, «ideológico»… han sido criticadas especialmente en las últimas décadas. A raíz de ello ya no se siguió interpretando a Marx simplemente como el mejor economista, según se había hecho en la perspectiva tradicional, sino fundamentalmente como crítico del proceso social mediado por el valor y por ello «fetichizado». Esta nueva lectura de los textos de crítica económica de Marx constituyen la base de la presente introducción«. [la cursiva es mía]

El capítulo I se titula Capitalismo y «marxismo». Tres apartados: 1. Qué es capitalismo. 2. El surgimiento del movimiento obrero. 3. Marx y el «marxismo» (La mayoría de los capítulos se componen de tres apartados, acaso -¡una broma!- un pequeño homenaje a la tríada hegeliana tesis-antítesis-síntesis).

MH: «Aquí se desarrolla, por un lado, un primer concepto provisional del capitalismo, que se diferencia de muchas ideas «espontáneas» acerca del mismo. Por otro lado, se tata del papel del marxismo en el movimiento obrero. A este respecto debe quedar claro que no existe en absoluto algo así como «el» marxismo. Siempre se ha discutido acerca de qué es lo que constituye la verdadera esencia de la teoría de Marx, y ciertamente no solo entre «marxistas» y «críticos de Marx» sino también entre los propios ‘marxistas».

Veremos en su momento qué entiende MH por «marxismo».

Componen el capítulo II -«El objeto de la crítica de la economía política»- tres apartados también: 1. Teoría e historia. 2. Teoría y crítica. 3. La dialéctica: ¿un arma marxista prodigiosa?

Tanto este como el anterior son materiales preparatorios, «se da una caracterización provisional del objeto de El capital«.

Los capítulos posteriores siguen de manera muy general el curso de la argumentación de los tres libros, no sólo del primero, de El capital.

El III se titula «Valor, trabajo y dinero», uno de los más densos. Ocho apartados: 1. Valor de uso, valor de cambio y valor. 2. ¿Una demostración de la teoría del valor-trabajo? (Actuación individual y estructura social). 3. Trabajo abstracto: abstracción real y relación de validez. 4. «Objetividad espectral»: ¿Teoría de la producción o de la circulación del valor? 5. Forma de valor y dinero (determinaciones económicas formales). 6. Dinero y proceso de intercambio (actuaciones de los poseedores de mercancías). 7. Funciones del dinero, mercancía dineraria y sistema monetario moderno. 8. El «secreto» del fetichismo de la mercancía y del dinero.

MH: «En el capítulo III se aborda la teoría del valor de Marx. Recomiendo una lectura particularmente detenida de este capítulo, también a aquellos que creen conocer ya la teoría del valor y solo quieren informarse sobre temas específicos como, por ejemplo, el crédito o la crisis». Este capítulo, añade el autor, no solo es el presupuesto de todo lo que sigue: «en él también se pone de manifiesto con especial claridad «la nueva lectura de Marx» mencionada anteriormente».

Yo también recomiendo una lectura atenta y tomando notas de este capítulo. No es fácil, a mí no me ha resultado fácil cuanto menos.

El capítulo IV -«Capital, plusvalor y explotación»- tiene cinco apartados: 1. Economía de mercado y capital: la «transición del dinero al capital». 2. La «cualidad oculta» del valor: D-M-D’. 3. Relaciones de clase; el trabajador «doblemente libre». 4. El valor de la mercancía fuerza del trabajo, plusvalor y explotación. 5. Valor del trabajo: una «expresión imaginaria».

El V, «El proceso de producción capitalista», está dividido en seis apartados: 1. Capital constante y capital variable, tasa de plusvalor y jornada laboral. 2. Plusvalor absoluto y relativo, leyes coercitivas de la competencia. 3. Los métodos para la producción de plusvalor relativo: cooperación, división del trabajo, maquinaria. 4. El potencial destructivo del desarrollo capitalista de la fuerza productiva. 5. Subsunción formal y real, fordismo, trabajo productivo e improductivo. 6. Acumulación, ejército industrial de reserva, depauperación.

En estos tres capítulos, el III, el IV y el V, se abordan los contenidos del primer libro de El capital. En la traducción de Sacristán, no usada por el traductor castellano de la obra de MH, los volúmenes de OME 40 y 41.

El capítulo VI lleva por título «La circulación del capital». Tres apartados: 1. El ciclo del capital: costes de circulación, capital industrial y capital comercial. 2. La rotación del capital. Capital fijo y constante. 3. La reproducción del capital social global.

Se aborda aquí, en este capítulo, la materia del segundo libro de El capital,ya editado por Engels como se recuerda. OME 41 en la traducción de Sacristán.

El capítulo VII, «Beneficio, beneficio medio y la «ley de la caída tendencial de la tasa de beneficio», tiene tres apartados: 1. Precio de coste, beneficio y tasa de beneficio. Categorías y mistificaciones espontáneas. 2. Beneficio medio y predio de producción. 3. La «ley de la caída tendencial de la tasa de beneficio»: una crítica.

El VIII, «Interés, crédito y ‘capital ficticio», está dividido en tres apartados: 1. Capital que devenga interés, interés y ganancia empresarial. Consumación del fetichismo de la mercancía. 2. Dinero crediticio, bancos y «capital ficticio». 3. El sistema crediticio como instancia directiva de la economía capitalista.

El capítulo IX habla de «La crisis». Dos apartados. 1. Ciclo y crisis. 2. ¿Hay una teoría del colapso en Marx?

En estos tres capítulos se aborda los contenidos del tercer libro, el también editado por Engels en 1895. Sacristán tradujo la mitad de este tercer libro. Nunca se editó su traducción. César Rendueles la ha usado en una antología de El Capital que hizo para alianza.

El capítulo X se titula «El fetichismo de las relaciones burguesas». Tres apartados: 1. La «fórmula trinitaria». 2. Excurso sobre el antisemitismo. 3. Clases, lucha de clases y determinismo histórico.

El XI está dedicado al «Estado y capital». También tres apartados: El estado: ¿un instrumento de la clase dominante? 2. Determinaciones formales del estado burgués: estado de derecho, estado social, democracia. 3. Mercado mundial e imperialismo.

MH: «Marx tenía proyectado una investigación del estado que debía desarrollarse sistemáticamente de manera similar a su análisis de la economía, pero nunca llegó a realizarla. En El capital se encuentran solamente observaciones ocasionales acerca del estado». Sin embargo, añade, la crítica del capital no solo queda incompleta sin la crítica del Estado, sino que induce a malentendidos. «Por este motivo, en el capítulo XI se abordará siquiera brevemente, una crítica del Estado».

El capítulo XII, el último, lleva por título: «Comunismo: una sociedad más allá de la mercancía, el dinero y el estado». No está dividido.

Se plantea en este capítulo «una breve discusión acerca de lo que Marx entiende o deja de entender por socialismo y comunismo». De su prólogo de 2017: «Mostrar una alternativa al sistema económico y social dominante más allá de la mercancía, el dinero y el Estado, me parece hoy más urgente que nunca. En la obra de Marx no encontramos ningún proyecto acabado de ello, pero sí al menos planteamientos y reflexiones que merecen una discusión más detenida. En el último capítulo me ocupo de tales planteamientos. Si escribiera hoy el libro, ese capítulo sería sin duda más extenso y detallado» [las cursiva son míaa]

Veamos ahora lo apuntado por el autor en su prólogo de 2017, escrito expresamente para la segunda edición española.

MH recuerda que cuando se publicó en 2009 la primera edición castellana (el traductor escribe española pero no debería hacerlo así: son como mínimo cuatro las lenguas españolas: catalán, vasco, gallego y castellano) de su libro fue la primera traducción a otra lengua que se había hecho de él. Ahora los portugueses van más adelantados que nosotros. Ya han traducido la obra de MH por excelencia, La ciencia del valor (1999), y el primer volumen de su biografía de Marx (un proyecto en tres volúmenes). En Alemania, según MH, es la introducción a El capital [EC] más difundida; en 2016 apareció la 13ª edición. No está mal.

Cuando se publicó por primera vez, en 2004, el mundo capitalista en Europa Occidental y en Norteamérica parecía relativamente estable. Las protestas, en aquel momento, provenían de los movimientos antiglobalización. Pero con la crisis financiera internacional de 2008, «el sistema capitalista experimentó la mayor conmoción desde la crisis económica mundial de 1929». Por algún momento pareció que la ideología neoliberal (MH habla siempre del neoliberalismo en términos de ideología, de concepción del mundo, no como teoría económica), para la cual, sostiene, «todo lo bueno viene del mercado y todo lo malo del Estado», estaba tan desacreditada como la teoría económica neoclásica (ahora sí, ahora habla de teoría económica) dominante, teoría, prosigue que, «con sus modelos formales suministraba legitimación científica a esta ideología». Mas Colell sabe mucho de esos modelos formales. Paraecía llegar la hora de una política keynesiana orientada por el Estado. Incluso se hablaba de Marx al que se «le debía conceder que había identificado la tendencia del capitalismo mucho mejor que las escuelas económicas dominantes».

Ese momento de esperanza de renovación pasó rápidamente. MH recuerda la política austericida impuesta a muchos países del sur de Europa, especialmente Grecia. «En Grecia se produjo además la quiebra del sistema de salud pública como consecuencia de las medidas de ahorro». Por no hablar del malvender de muchos bienes públicos.

MH no olvida la presión del gobierno alemán en la realización de esas políticas antipopulares que en los países afectados contaron con el apoyo de las fuerzas conservadoras. En España po ejemplo. Las políticas neoliberales sobrevivieron pero no como promesas salvíficas de mejora y avance sino como amarga e inevitable necesidad. Es lo que hay se dijo y repitió. Hubo una gran resistencia ciudadana a esas políticas. Esta resistencia fracasó, admite MH, en gran medida respecto a los objetivos que se perseguían, pero al menos, lo destaca, «llevó a una considerable politización de buena parte de la población». Un nudo bien visto por él. Curiosamente no hay aquí referencias al 15M, a pesar de ser prólogo para la reedición castellana, ni tampoco a la experiencia del gobierno de izquierdas portugués.

Esos acontecimientos, señala MH, ofrecen un abundante material de los análisis de Marx. En todo el mundo aumentó el interés por su obra. Pero en los últimos años no sólo ha habido un auge de los grupos de izquierda críticos sino también de los grupos de derecha y nacionalistas. Recuerda MH el odio de estos grupos a los refugiados de la guerra de Siria que llegaron a Europa. Una de las razones del éxito de estos grupos de derecha muy extrema es que tenían una visión que ofrecer: una comunidad nacional aislada de la que son excluidos esos grupos, los extranjeros, una comunidad que se centra en sí misma y que ofrece a su gente un buen estado social, un Estado social que funciona. A los ciudadanos de .Cat nos suena mucho esa música con algún compás distinto pero con la misma estructura.

Esta visión, abominable para la izquierda, puede motivar a las personas señala MH. La izquierda, en cambio, carece de visiones propias en su opinión: «criticamos al capitalismo pero apenas ofrecemos alternativas».

Por lo demás, la más que moderada socialdemocracia no quiere abolir el capitalismo, sino establecer una regulación estatal. No hay nada esencial que cambiar, basta con cambiarlo un poco. Una concepción tan débil, opina MH, apenas puede convencer hoy en día. Tal vez en Alemania pero no es seguro que ocurra lo mismo en Portugal, en España e incluso en Grecia, aunque esa concepción se presente con otras siglas políticas. Incluso en EEUU, Sanders puede simbolizar esa opción, con ropajes incluso más moderados. El PT pudo representarla en las últimas elecciones en Brasil.

La izquierda radical (las fuerzas que están o pretenden estar a la izquierda de la socialdemocracia en la mirada de MH), ciertamente, critica estas posiciones, habla de abolir el capitalismo, pero, según nuestro autor, «se abstiene por lo general de dar una caracterización más precisa del estado social al que aspira.

Sigue ocurriendo, sostiene MH, que para muchas personas, un «muchas» sorprendente en mi opinión, la única alternativa concebible al capitalismo es una economía planificada tipo soviético. Pero esto, afirma MH con razón histórica, es tan poco atractivo o incluso menos que una política económica keynesiana. Para él, mostrar una alternativa al sistema económico y social dominante más allá de la mercancía, el dinero y el Estado le parece hoy más urgente que nunca. La tarea de la hora por así decirlo. ¡Nada menos! En la obra de Marx, sostiene, hemos hablado antes de ello, no hay ningún proyecto acabado de ello pero sí al menos planteamientos y reflexiones que merecen una discusión más detenida.

Veamos en la próxima entrega su prólogo a la edición alemana y algunos apartados de la introducción del traductor.

 

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