WikiLeaks acaba de publicar una nueva serie de documentos. Se trata de más de 1,7 millones de cables del Departamento de Estado de Estados Unidos pertenecientes al período 1973-1976, denominados «Los cables de Kissinger», en referencia a Henry Kissinger, el entonces Secretario de Estado y asesor de asuntos de seguridad nacional del Presidente. Uno de […]
WikiLeaks acaba de publicar una nueva serie de documentos. Se trata de más de 1,7 millones de cables del Departamento de Estado de Estados Unidos pertenecientes al período 1973-1976, denominados «Los cables de Kissinger», en referencia a Henry Kissinger, el entonces Secretario de Estado y asesor de asuntos de seguridad nacional del Presidente.
Uno de los cables contiene la transcripción de una conversación en la que Kissinger exhibe una honestidad brutal. Kissinger afirma: «Antes de la Ley de Libertad de Información solía decir en las reuniones ‘Lo ilegal lo hacemos de inmediato; lo inconstitucional lleva un poco más de tiempo’. Pero desde que se aprobó la Ley de Libertad de Información, tengo miedo de decir este tipo de cosas». (Y según el cable, se oyen risas en la sala).
Lo ilegal y lo inconstitucional pueden ser objeto de risa para Kissinger, que cumple 90 años el mes próximo, pero se trata de un asunto muy serio para el soldado Bradley Manning. Tras casi tres años en prisión, de los cuales al menos ocho meses estuvo detenido en condiciones que el relator especial de la ONU sobre la tortura, Juan Ernesto Méndez, calificó de «crueles, inhumanas y degradantes», Manning declaró recientemente ante un tribunal en Fort Meade. Afirmó: «Pensé que si el público en general, en particular la población estadounidense, tenía acceso a la información que contenían los cables, esto podría provocar un debate a nivel nacional acerca del papel de las fuerzas armadas y de nuestra política exterior en general, y con respecto a Irak y Afganistán, en especial».
Las palabras de Manning fueron difundidas en forma anónima en una grabación realizada en forma clandestina que «Democracy Now!» transmitió en su programa de noticias. Era Bradley Manning, sus propias palabras, su propia voz explicando el motivo de sus acciones.
Manning declaró ante la justicia acerca del video que le entregó a WikiLeaks que muestra una masacre perpetrada desde un helicóptero de combate en Irak. Las imágenes se hicieron públicas más tarde con el nombre «Asesinato colateral».
El video muestra, en una sórdida imagen en blanco y negro, el asesinato de 12 hombres desde un helicóptero de combate en Bagdad el 12 de julio de 2007. Se puede escuchar a la tripulación del helicóptero burlarse de las víctimas y celebrar el absurdo asesinato de las personas que estaban en tierra, dos de ellas empleados de la agencia de noticias Reuters.
Manning afirmó: «Esperaba que el público en general reaccionara con alarma, al igual que yo, frente a la conducta de los miembros del equipo de la tripulación que dispararon las armas. Quería que el pueblo estadounidense supiera que no todas las persona en Irak y Afganistán son blancos que deben ser eliminados, sino personas que están luchando por sobrevivir en el entorno de presión de lo que denominamos guerra desigual. Tras la publicación de las imágenes, la respuesta de los medios y del público en general que observó lo sucedido me dio ánimo. Tal como había esperado, los demás se sintieron igualmente indignados, o incluso más que yo, por lo que vieron».
Reuters había intentado obtener el video invocando la Ley de Libertad de Información, pero se le negó el acceso. De modo que Manning entregó el video, junto con cientos de miles de documentos electrónicos clasificados, a través del procedimiento anónimo y seguro de envío por Internet desarrollado por WikiLeaks, y fue así que realizó la mayor filtración de documentos clasificados en la historia de Estados Unidos… y cambió el mundo.
El equipo de WikiLeaks se reunió en una casa alquilada en Reikiavik, Islandia, para preparar la difusión pública del video. Una de las personas que formó parte del equipo fue Birgitta Jonsdottir, miembro del Parlamento islandés, que me dijo «Cuando vi el video en febrero de 2010 me causó una gran conmoción. Me hizo llorar, al igual que a muchas personas que lo vieron. Pero al mismo tiempo, entendí su importancia y cómo podría cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor».
Brigitta Jonsdottir cofundó el Partido Pirata Islandés, un verdadero partido político que surgió en muchos países, principalmente de Europa. Es una activista de larga trayectoria que se autodenomina «pirata píxel».
El video «Asesinato colateral» atrajo gran atención mediática cuando fue publicado por primera vez. Uno de los soldados que se encontraba en tierra, Ethan McCord, corrió hacia la escena de la masacre y ayudó a salvar a dos niños que habían resultado heridos en el ataque. Hace un tiempo, McCord sufre de trastorno por estrés postraumático.
Recientemente envió una carta de apoyo a Bradley Manning, en la que decía: «El video publicado por WikiLeaks pertenece al dominio público. El encubrimiento de este incidente debería ser objeto de una investigación penal. Quien sea que lo haya revelado, en mi opinión, es un héroe estadounidense».
Desde la publicación del video «Asesinato colateral» en abril de 2010, hace tres años, WikiLeaks ha estado bajo una gran presión. Manning podría ser condenado a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pasó un año y medio bajo arresto domiciliario en Gran Bretaña hasta que solicitó refugio en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permanece desde junio de 2012, tratando de evitar la extradición a Suecia. Assange teme que Suecia pueda, a su vez, extraditarlo a Estados Unidos, donde es probable que un gran jurado secreto ya haya emitido una acusación sellada en su contra.
La última publicación de WikiLeaks, que incluye documentos ya desclasificados pero muy difíciles de buscar y obtener, es una prueba de la necesidad de que existan WikiLeaks y grupos similares. Los documentos que acaba de publicar han provocado polémica en todo el mundo, a pesar de estar vinculados con incidentes ocurridos en la década de 1970. Si existiera un criterio uniforme de justicia, el Premio Nobel de la Paz Henry Kissinger debería afrontar un juicio y Bradley Manning debería recibir el Premio Nobel de la Paz.