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El 90% de los ataques tuvo lugar en las últimas 72 horas del conflicto, según Naciones Unidas

La ONU acusa a Israel de uso «inmoral» de bombas de racimo en el sur del Líbano

Fuentes: El Mundo

El jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Jan Egeland, ha denunciado a Israel por el uso «completamente inmoral» de bombas de racimo durante su ofensiva contra el Líbano. Según Egeland, expertos de la ONU en neutralización y limpieza de explosivos han encontrado unas 100.000 cargas explosivas procedentes de bombas de racimo en 359 ubicaciones […]

El jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Jan Egeland, ha denunciado a Israel por el uso «completamente inmoral» de bombas de racimo durante su ofensiva contra el Líbano.

Según Egeland, expertos de la ONU en neutralización y limpieza de explosivos han encontrado unas 100.000 cargas explosivas procedentes de bombas de racimo en 359 ubicaciones diferentes, especialmente en el sur.

«El 90% de los ataques con bomba de racimo tuvo lugar en las últimas 72 horas del conflicto, cuando ya sabíamos que había una resolución [para un alto el fuego]», señaló el jefe de Asuntos Humanitarios.

Egeland, que expresó su conmoción por esta información, dijo que los explosivos, prohibidos por la legislación internacional, habían afectado a grandes áreas con numerosas casas y granjas. Además, expresó su pesar por el impacto futuro de estos restos de explosivos en muchas personas: «Los civiles morirán de forma desproporcionada, incluso después de la guerra».

Mientras, en Israel, las insistencias del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que Israel levante el bloqueo marítimo y aéreo impuesto al Líbano no sirvieron de nada y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, rechazó por completo su petición.

Durante la reunión celebrada en la residencia de Olmert en Jerusalén, Annan reiteró la importancia de que el bloqueo israelí se levante cuanto antes para permitir que la economía del Líbano se recupere después de 34 días de guerra y para reforzar al Gobierno libanés.

Olmert, sin dar una negativa directa, respondió a la exigencia de Annan con una suya propia: la de que la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que dio paso al alto el fuego el pasado 14 de agosto, se aplique por completo.

El Gobierno israelí insiste en que sólo podrá levantar el bloqueo cuando una fuerza internacional controle todas las fronteras del Líbano, para evitar el contrabando de armas de Siria a la milicia chií Hizbulá. Algo que ni Beirut ni Damasco aceptan.

El Gobierno libanés afirma que su Ejército se basta para controlar sus fronteras, mientras que Siria ha advertido ya que, en caso de llevarse adelante, cerraría toda su frontera con el Líbano.

De la misma forma que Olmert esquivó las preguntas sobre la posibilidad de levantar el bloqueo, Annan contestó con evasivas sobre el asunto de la frontera Siria. «No creo que haya sólo una solución para resolver un problema. No debemos insistir en que la única solución es el despliegue de las fuerzas internacionales», dijo Annan.

Por otro lado, Olmert aprovechó para manifestar su deseo de que se establezcan «contactos directos» con el Gobierno libanés.

Siniora contra Olmert

Como era de esperar, las palabras de Olmert no fueron bien acogidas por el primer ministro libanés, Fuad Siniora, quien respondió a las declaraciones de Olmert aseverando que su país no mantendrá ninguna relación con Israel y (es más) que el Líbano será el último país árabe que firme un acuerdo de paz con el Estado hebreo.

En lo referente a la FINUL, Annan expresó su satisfacción por la decisión de los países europeos de enviar soldados a esta Fuerza Interina y aseguró trabajar «lo más rápido posible» en su despliegue.

La resolución 1701 prevé que los efectivos de la FINUL alcancen un total de 15.000 hombres y que sirvan de apoyo a los 15.000 soldados libaneses desplegados en el sur del Líbano.

Respecto a los dos soldados capturados por Hizbulá y un tercero por milicianos palestinos cerca de la franja de Gaza, el secretario general de la ONU reiteró su compromiso de lograr su liberación.

Annan concluyó su visita a Israel con una entrevista con el viceprimer ministro Simon Peres y con la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni. Seguidamente, viajó hasta la ciudad cisjordana de Ramala, donde se reunió con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Mazen.

En todo momento, el secretario general aclaró que su viaje a Cisjordania no era «un acto simbólico» y que «el sufrimiento del pueblo palestino no está olvidado».

Annan detalló que había pedido a Israel que cesen las incursiones y el derramamiento de sangre en Gaza. Y sentenció: «Los problemas más inmediatos son los de la vida cotidiana, y digo vida literalmente, ya que 200 palestinos han muerto desde el pasado junio».