¿Qué tipo de reforma migratoria queremos?
Primeramente, se requiere de una reforma que sea pro inmigrante. Una reforma que, por un lado, evite el caos de estar transportando a los inmigrantes de un lugar a otro. Y que, por el otro lado, se evite el desastre de obligar a miles de personas a estar amontonadas en un sitio predeterminado y por largos periodos de tiempo, esperando a que sus peticiones de asilo sean atendidas.
Queremos una reforma amplia y visionaria, una reforma que si bien traería beneficios en cuanto a la seguridad nacional y la economía en general, también pudiera traer beneficios para el sector laboral en todo su conjunto, incluyendo, desde luego a “los sin papeles”.
Una reforma que incluya el cierre definitivo de los centros de detención. Los llamados “centros de detención” se convierten muchas veces en sitios de tortura, donde cotidianamente se deja morir, se golpea, incluso, se abusa sexualmente de los reos. De esto hay infinidad de casos documentados. Uno de los grandes problemas es que para los dueños de las instalaciones de los centros de detención de la migra, las detenciones de inmigrantes es un negocio. Obviamente, entre más gente encierren, más dinero ganan estos individuos inmorales. Y eso es inaceptable.
Con
la aprobación de una amplia reforma migratoria, se le cerraría el paso a
ideas reaccionarias como la de “deportar ciudadanos estadounidenses de
padres indocumentados” o la de “atacar con drones” a los cárteles de la
droga, entre otras loqueras que hablan los conservadores.
Con
una reforma migratoria amplia e inclusiva acabaríamos con la
politiquería de cada cuatro años por parte del bipartidismo. Y es que
cada cuatro años parece que ambos, demócratas y republicanos, se pintan
como los “salvadores” que van a arreglar el inservible sistema de la
inmigración, cuando en realidad sabemos que ambos partidos han tenido
infinidad de oportunidades de hacer algo, pero ni uno ni otro han dado
resultados que estén a la altura de lo que se necesita para contar con
un sistema migratorio nuevo y actualizado.
Si
el sector más progresista de los Estados Unidos no se pone las pilas,
ya vendrán, entonces, los conservadores a dictar el cómo debería de ser
una reforma migratoria. Y ya podemos predecir cómo sería la cosa desde
una perspectiva antiinmigrante. Sería básicamente un desastre para los
inmigrantes, para el sistema migratorio y en general para Estados
Unidos. Una reforma migratoria impulsada por el conservadurismo solo
lograría que las cosas sigan igual o peor que en la actualidad.
Es por ello que no hay que quitar el dedo del renglón, sigamos demandando una reforma migratoria amplia e incluyente.
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