Estas son algunas de las falsas prácticas que recomienda la CIA La CIA aprueba que gobiernos civiles o militares que enfrentan conflictos armados con grupos insurgentes recurran frecuentemente a operaciones de ataque a objetivos de alto valor, descritas como acciones para «remover» o neutralizar a sus cabezas para degradar la eficacia del grupo. manual de […]
Se advierte que entre los «efectos contraproducentes» de una acción de este tipo está el de romper ciertas «reglas del juego» establecidas entre los rebeldes y el gobierno, lo que lleva a una escalada del conflicto que no siempre está en el interés del gobierno. Pero en el caso en el que los golpes causen daños mayores a los que el grupo insurgente sea capaz de absorber, ya sea por su incapacidad de reponer sus liderazgos o por los golpes infligidos a sus líneas de financiamiento o logística, puede conseguirse un mayor debilitamiento de su capacidad de acción. Las «mejores prácticas»
En una revisión de operativos de ataque contra objetivos de alto nivel hechos por la CIA se demuestra -sostiene el documento que estos «pueden tener un papel importante como parte de una estrategia contrainsurgente de mayor alcance. Estos suelen arrojar mejores resultados cuando los gobiernos analizan previamente sus posibles efectos y factores que lo puedan impactar y simultáneamente aplican otros instrumentos contrainsurgentes de carácter militar y no militar.»
Entre los efectos positivos de estos ataques enumera la erosión de la capacidad insurgente, debilitamiento de su voluntad, reducción de su base de apoyo, división o fragmentación del grupo, forzar que el grupo modifique sus estrategias de modo que beneficie al gobierno y levantar la moral del gobierno y generar apoyo.
-Incorporar la operación de ataque a una estrategia integral, que permita capitalizar el resultado de la operación o compensar algunos de los efectos producidos. -Proteger a los actores más moderados. Los ataques contra los líderes más violentos y extremistas pueden resultar en un acuerdo político. En muchos grupos insurgentes hay divisiones internas entre sus dirigentes más militaristas y los más políticos. -Aprovechamiento de las contradicciones internas. Exacerbar o explotar las fisuras en los liderazgos puede funcionar de manera tan efectiva como el dirigir un ataque militar contra uno de sus liderazgos.