Demócratas y republicanos llevan a cabo una descarada utilización política de los inmigrantes, los cuales, según las encuestas y censos, eran más de 12 millones en 2006 y en la actualidad, en noviembre de 2011, superan los 20 millones según los mismos encuestadores y diversas organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes. La […]
Demócratas y republicanos llevan a cabo una descarada utilización política de los inmigrantes, los cuales, según las encuestas y censos, eran más de 12 millones en 2006 y en la actualidad, en noviembre de 2011, superan los 20 millones según los mismos encuestadores y diversas organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes.
La guerra contra los inmigrantes se ha disfrazado de diversas maneras, a través de montajes publicitarios con las grandes cadenas de radio, televisión y prensa que trataron de convertirnos en los «chivos expiatorios», se nos acusó de culpables de la crisis y la recesión en las entrañas del monstruo, por lo tanto culpables del desempleo y de todas las consecuencias que ha causado la maldita recesión a la que nos llevaron la era de Bush, los banqueros, Wall Street y los gastos militares en las diversas guerras que ha generado EE.UU., por ello el racismo y la ultraderecha republicana con los contemplativos demócratas han bloqueado todas las propuestas de reformas y leyes que tendían a la legalización.
Paulatinamente la recesión económica fue mostrando sus estragos y culpables directos de la crisis, en primer lugar Wall Street, las cadenas, los grandes bancos y los complejos militar, agrario, el poder de las mafias de la vivienda, la construcción, los servicios la salud, etc.
Esta aclaración muestra a los causantes de la crisis y la recesión, también muestra a las víctimas, los inmigrantes, los desempleados, los trabajadores, los pobres y marginados, los afectados por la crisis hipotecaria. Tal cuadro social y político lleva desde 2006 a consecutivas protestas y movilizaciones de los inmigrantes y arrastrando a sectores minoritarios de la clase obrera sindicada. Las grandes movilizaciones de Wisconsin marcan un leve cambio en cuanto a los protagonistas, la organización y las reivindicaciones, empiezan a mostrarse los sectores nacionales que ya comenzaban a enfrentar las consecuencias de una crisis feroz cuyo objetivo es golpear a toda la clase trabajadora de EE.UU.
El surgimiento mundial de movilizaciones, huelgas y ocupaciones de Wall Street, muestra a uno de los responsables principales de la crisis y la recesión, por más que todavía los capitalistas traten de desviar los centros de gravedad de la crisis, los culpables ya están identificados, la crisis es la del capitalismo y de las redes, consorcios multinacionales del imperialismo.
A pesar de carecer de una estructura cohesiva y una lista formal de demandas, este brote social expresión de la crisis, espontáneo para algunos de gran sensibilización y protesta está generando decenas de iniciativas y experimentos similares más allá de Wall Street.
Subestimado en un primer momento por la derecha de Estados Unidos, también por el viejo espectro político de izquierda y progresista, el «hecho político» de los ocupantes neoyorquinos ha ido madurando para convertirse en un movimiento con suficiente potencial como para alterar parcialmente el discurso ideológico de la sociedad estadounidense. Sin imaginárselo cuando iniciaron la ocupación del Zuccotti Park el 17 de septiembre pasado, los indignados del corazón de Wall Street han contribuido durante estos últimos meses a profundizar el desenmascaramiento de una histórica falacia estadounidense.
La misma había funcionado relativamente bien para ambos partidos -republicano y demócrata- hasta ahora. Asegura que el capitalismo está intrínsecamente «sano» («todo OK» en el lenguaje cotidiano) y por lo tanto es capaz de integrar autoajustes en momentos de crisis a fin de asegurar su continuidad en nombre de la vigencia del sueño americano.
Una buena dosis de candidez política, que sus críticos denuncian como debilidad, ha facilitado a los ocupantes de Wall Street la tarea de desenmascarar dicha falacia. Y además denunciar agresivamente la complicidad de legisladores, oficiales y dirigentes de ambos partidos, quienes durante las últimas décadas han aceptado y promovido la enorme brecha entre el «1%» más rico y el restante «99%».
Expresión-eslogan acuñada por Premio Nobel de Economía de 2001 Joseph Stigliz, quien señaló que el 1% ciento más rico del país controla el 40% de la riqueza nacional. Realidad facilitada por políticas desreguladoras e impositivas sumamente nocivas para los sectores sociales menos privilegiados.
A casi 50 días de la protesta de Wall Street la pregunta esencial es: ¿Cuál es el futuro de este movimiento? ¿Hacia dónde se dirige? Sus mismos protagonistas, muchos de ellos jóvenes desplazados y desempleados por la crisis, sin vivienda e incluso sin seguro médico, prefieren no especular sobre los próximos pasos.
Cada vez más alertas a los peligros que cualquier institucionalización de su insospechada autoridad moral y su visión casi profética pueden acarrear consigo, en su mayoría estos ocupantes y sus pares en muchas otras ciudades y lugares del mundo prefieren seguir multiplicando redes solidarias para que el debate se expanda e intensifique.
Sin una significativa masa crítica de concienciación y protesta, sostienen, la tarea de captar la imaginación del resto de los indignados de este país y del mundo se hace muy difícil. Y ahí está, por el momento, la tarea esencial: seguir resistiendo en el Zuccotti Park para que su gesto altoparlante repercuta lo más fuerte posible.
Tanto simpatizantes como detractores especulan que los primeros fríos y nieves neoyorquinos literalmente congelarán el ardor de los ocupantes. Es posible.
Pero también es posible que sus pares solidarios en muchos otros lugares logren sustentar la continuidad del movimiento. Y aun si eso no ocurre, de todos modos, el impacto de los ocupantes ya es irreversible.
Más y más gente se está identificando con su protesta creativa, revolucionaria y pacífica así como sus señalamientos. Una encuesta del New York Times publicada el 26 de octubre parece confirmarlo: la mitad de los entrevistados cree que la preocupación matriz de los ocupantes de Wall Street «refleja en general el parecer de la mayoría de los estadounidenses». Aunque no habría que descartar una orden de desalojo desde la Alcaldía o de la misma Casa Blanca.
En el otro lado del Atlántico, decenas de ocupaciones se han mantenido a partir de la Jornada Mundial de los indignados del 15 de octubre pasado que movilizó a centenas de miles de personas en casi 100 ciudades de 82 países.
Una de las más simbólicas, la protesta de los jóvenes indignados suizos que desde entonces mantienen la ocupación -cada vez más concurrida- del Parque de Bastions, en Ginebra, sede europea de las principales instituciones de las Naciones Unidas. El imperialismo europeo no sale de las soluciones de parches y cortoplacistas, Grecia, Italia,
Por ello es que las respuesta son complejas y todavía adolecen de una diversidad, no hade muchos años cayeron los muros ideológicos de los llamados países del Este y desde hace rato vivimos una crisis y recesión de los capitalistas con sus diversos disfraces. Es por ello que las revoluciones convocadas por internet sólo sirven para elegir un presidente negro o mujer, también sirven para tumbar a algún viejo dictador o sátrapas como Mubarak, para movilizar la indignación, pero por internet no se construye un poder popular, una alianza social revolucionaria y mucho menes se construye un partido o un movimiento de izquierda revolucionaria. Tampoco enarbolan un programa, una estrategia o una táctica y unos métodos que solo pueden moldearse con la lucha de clases y el transcurrir de varias fases y coyunturas, en los enfrentamientos, simples y complejos, con las clases dominantes y que van acumulando todas las enseñanzas, experiencias y sabidurías de las luchas de los pueblos en pleno siglo XXI. Todo está aún por verse y mientras no se agudicen todas las contradicciones explotadores y explotados no veremos la luz ni salir el sol de la liberación, pero el solo hecho de que la lucha de clase se manifieste hoy en el año 2011 abiertamente en las entrañas mismas del monstruo imperialista, es un aliento y demuestra que la revolución goza de buena salud y se expande por todo el mundo.
La ocupación de Wall Street identifica a los verdaderos enemigos y culpables de la cris y la recesión, culpables de la quiebra industrial, del drama de las hipotecas, del desempleo, del hambre, etc. Las protestas de los ocupantes muestra a Wall Street, al capitalismo, al imperialismo y a sus corporaciones como la concepción de una política de Estado en recesión y en crisis. Esta es la mayor virtud de los «indignados».
Obama está obligado a dar explicaciones, no puede hacerse más el huevón y seguir jugando a la ruleta rusa con los republicanos.
Las papas caliente del presidente Obama son:
1.- Amenazas de una nueva y/o prolongación de la recesión económica.
2.- Los 20 millones de indocumentados y la radicalización de sus luchas.
3.- Los 9 millones de afectados por la crisis hipotecaria que no aceptan migajas ni parches.
4.- Los 45 millones de desempleados que se están moviendo.
5.- Las movilizaciones sociales contra Wall Street si se amplían y radicalizan.
6.- El rebuscado discurso para su reelección electoral se desgasta y cansa.
7.- La reactivación de las guerras internas en Irak, Afganistán, Libia y un aumento del antiimperialismo estadounidense en un mundo, con un gran signo interrogante.
8.- El aumento de los males sociales: violencia, delincuencia desenfrenada, robos, crímenes, desamparados, desempleo, pobreza, personas sin techo, cortes y recortes, leyes contra la inmigración como en Alabama, deserción escolar, aumento de las pandillas, violencia familiar, racismo, discriminación, brutalidad policial son una constante.
9.- Agudización de las luchas de clases en América Latina, aumento del progresismo y rearticulación del movimiento revolucionario, como respuesta al neocolonialismo imperialista de EE.UU., y Europa.
10.- La radicalización de las políticas ultraderecha, Racistas del Ku Kus Klan y del Partido Republicano. Las manifestaciones ultraderechistas dentro del propio Partido Demócrata marcarán la lucha ideológica en la agitada elección presidencial en marcha.
Enfrentado a estos dilemas, Obama está obligado a ir improvisando respuestas, por lo menos en su política sobre inmigración a dicho y desdicha cada vez que se produce una redada o una deportación, en cuanto a Alabama, también se vio obligado a dar explicaciones.
«El Departamento de Seguridad Nacional no ayuda a las autoridades estatales y locales de Alabama a hacer cumplir la nueva ley estatal de inmigración, que permite a las autoridades locales detener a personas bajo sospecha de que se encuentren ilegalmente en el país», afirmó el miércoles la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
El gobierno federal ha presentado una demanda para bloquear la ley, que se considera como la medida estatal de inmigración más dura del país.
«Hemos estado trabajando, el Departamento de Justicia, en impugnar la ley», dijo Napolitano a la Comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes.
Un tribunal federal de apelaciones en Atlanta bloqueó temporalmente este mes una disposición en la ley que permitía a las escuelas públicas controlar la situación inmigratoria de los estudiantes.
El tribunal, sin embargo, permitió en cambio a la policía local interrogar a la gente sobre su situación legal.
Napolitano agregó que su dependencia colabora en su demanda con el Departamento de Justicia.
No se espera un fallo definitivo del caso hasta dentro de varios meses.
Los republicanos de Alabama alegan que la ley, aprobada este año por la legislatura controlada por ellos y promulgada por el gobernador Robert Bentley, era necesaria para proteger los puestos de trabajo de los residentes legales.
El gobierno del presidente Barack Obama, que también está impugnando una ley similar en Arizona, ha argumentado que la aplicación de la ley de inmigración es una responsabilidad federal.
Los opositores de la ley estatal alegan que dar el poder de control migratorio a las autoridades locales ha conducido a la discriminación racial de los inmigrantes, tanto legales como ilegales. Leyes similares se han aprobado en Utah, Georgia, Carolina del Sur e Indiana. Grupos de derechos civiles han presentado demandas para bloquearlas».
Esta criminal política migratoria de Estados Unidos se denunció cuando la televisión pública (PBS) sacó al aire el documental Perdido en detención (Lost in Detention).
Sus realizadores abordan de manera cruda las prácticas en los campos de arresto de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) contra inmigrantes de todos los sexos y edades, incluidos niños. El filme muestra escenas reales donde la gente «está siendo violada y comiendo alimentos podridos e incluso llenos de gusanos», aseguró Lorena Melgarejo, una de las organizadoras en San Francisco de una protesta nacional iniciada la víspera contra el trato inhumano a los indocumentados.
Según un comunicado emitido por los organizadores, la protesta nacional en la que participarán latinos, miembros del clero y activistas, se iniciaron el martes en Atlanta, Boston, Charlotte, Dallas, Houston, Miami, Milwaukee, Nueva York, San Francisco y Tucson.
Muchos estadounidenses expresaron su desacuerdo con las políticas de inmigración del gobierno, entre ellos, el programa de Comunidades Seguras (Scomm), las políticas de detención que separan familias y que hacen a los latinos blanco de esos abusos.
La movilización rechaza que más de un millón de inmigrantes fueron deportados durante la administración del presidente Barack Obama, un número que consideran sin precedente.
Según Roberto Lobato de Present.org, grupo promotor de las protestas, los temas del encarcelamiento de inmigrantes y latinos expuestos en el especial Lost in Detention serán una gran preocupación en las elecciones del próximo año. El activista señaló que las familias latinas de todo el país están profundamente preocupadas con tales reportes porque exponen el extremismo que descansa en el corazón del programa Comunidades Seguras así como en sus políticas de detención y otras acciones migratorias. Estamos preocupados porque después de que Obama orientó un nuevo curso en su política de migración hace unas semanas, continúa la agresiva persecución, encarcelamiento y deportación de cientos de miles de presos que han sido etiquetados como criminales.
La víspera en Nueva York, varias organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes exigieron al gobierno que cambie su política migratoria de forma inmediata. Los activistas se reunieron con funcionarios de la Casa Blanca y demandaron el fin del programa federal Comunidades Seguras, el cual facilita el intercambio de información entre policías locales y las autoridades de inmigración.
Todos los inmigrantes tienen derechos. Es cierto que muchos cometen errores, pero no merecen un sistema de deportación injusto, dijo Michelle Fei, representante del Proyecto de Defensa de los Inmigrantes, durante una rueda de prensa en Manhattan, Nueva York.
Los activistas denunciaron, asimismo, la cifra récord de más de 492.000 personas deportadas durante el año fiscal 2010, según datos revelados por ICE.
Un informe de la Coalición Pro Derechos del Inmigrante en Los Ángeles, estimó a inicios de este mes que durante los dos primeros años del gobierno de Obama, las autoridades deportaron a por lo menos un 1.400.000 inmigrantes, incluso algunos por una simple multa de tránsito.
Los inmigrantes no deben bajar la guardia, su lucha por la legalización se debe radicalizar, deberíamos tomar todas las plazas de las ciudades o parques, nuestra lucha solo será victoriosa en las calles, con un nuevo día sin latinos, sin mexicanos, sin hispanos y sin trabajadores a preparar ese día.
La lucha contra las deportaciones y las redadas hay que llevarla a las calles y unirla a las luchas de los indignados de Wall Street, junto a los afectados por la crisis hipotecaria, los desempleados, la clase obrera sindicada y todos los afectados por la crisis, unirse como pueblo, como pobres, como trabajadores. Hacer que las coaliciones de inmigrantes tengan autonomía, bases representativas del querer y el sentir de los propios inmigrantes. Solo unidos los inmigrantes y los indignados, con la clase trabajadora de la ciudad y del campo, podríamos agitar por una huelga general y una lucha cotidiana hasta lograr la victoria.
Ninguna solución vendrá de arriba, del Estado ni de los partidos del sistema, estos solo continuarán utilizándonos políticamente para llevar el agua a su molino, burocracia e intereses electorales. El movimiento de los inmigrantes debe ser independiente del viejo partidismo político, una organización multiétnica, multicultural y multirracial cuyo objetivo debe ser luchar por los derechos de los inmigrantes y de todos los trabajadores. La democracia y la consulta popular debe ser el método para acordar y debatir las distintas propuestas de sus diversos componentes, sean estas orgánicas o individuales. La asamblea popular podría ser siempre la vía para tomar acuerdos y decidir sobre la elección de los dirigentes y acordar las tácticas y estrategias de la lucha. Cualquier creación desde arriba, burocrática, desde el puro internet, es ilegítima y antidemocrática.
Las coaliciones Uno de Mayo, de las cuales formamos parte, deberían reflexionar sobre estas propuestas si quieren expandirse y proyectarse en las perspectivas que tienden a la radicalización de la lucha de clases.
El Movimiento de la Peña del Bronx debe continuar su labor social simple, construyendo cientos de iniciativas orgánicas, colectivos comunitarios, todos en las perspectivas de la construcción del poder popular comunitario, ello supone mucha educación comunitaria, educación popular y educación política, sindical, cultural y social.
– Legalización ahora
– Radicalización y ampliación de la lucha contra las deportaciones y redadas
– Democratización y ampliación del movimiento de los inmigrantes a nivel nacional y por condados
– Denuncia de la utilización política que hacen de los inmigrantes los republicanos y los demócratas
– Construcción de un movimiento nacional de inmigrantes autónomo, multiétnico, multicultural y multirracial
– Tomar las plazas de nuestras ciudades y establecer asambleas populares auto convocadas desde las bases, sindicatos y barrios.
– Seguir apoyando a los indignados de Wall Street
– Ni un dólar más a Wall Street, ningún voto a los candidatos y políticos culpables de la crisis.
– Seguir construyendo p0or todo el país con los nombres de Rosa Park, Malcom X, Joaquín Murieta, Che Guevara. Miguel Enríquez, Lolita Lebrón, Emiliano Zapata, Pancho Villas, las Adelitas, Gabriela Mistral, Albizu Campos
– Crear el poder popular comunitario
– Crear uno dos, tres, miles de colectivos de indignados anticapitalistas, guevaristas y antiimperialistas en todo el país
rCR