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Una reflexión desde el cristianismo

Las nuevas medidas del Sr. Bush y su pretendida fe en Dios

Fuentes: Cubadebate

En las Tablas de la Ley mosáica, conocidas como «Los Diez Mandamientos», aparece uno sobre la prohibición de calumniar; tal es el noveno: «No hablarás contra tu prójimo falso testimonio», orden divina que todos los que se consideran individuos que mantienen una fe cristiana fundamentalista, como la dice tener el Sr.Bush, están obligados a cumplimentarla […]

En las Tablas de la Ley mosáica, conocidas como «Los Diez Mandamientos», aparece uno sobre la prohibición de calumniar; tal es el noveno: «No hablarás contra tu prójimo falso testimonio», orden divina que todos los que se consideran individuos que mantienen una fe cristiana fundamentalista, como la dice tener el Sr.Bush, están obligados a cumplimentarla al pie de la letra. También en la Biblia aparecen otros pasajes condenatorias de dicho pecado, lo cual agrava más la condición espiritual del Sr.Bush al acusar a Cuba de fomentar el turismo sexual, especialmente infantil, así como que estos están obligados a trabajar, contando con todas las demás falsedades que se ha atrevido a inventar sobre el pueblo de Cuba y su dirigencia política.

En el acto público del pasado junio 21, el Compañero Fidel respondió una vez más a las nuevas disposiciones contra nuestro pueblo anunciadas por el Sr. Bush para poner en práctica el próximo día 30. Antes de que el Comandante hablase se le dio oportunidad a menores estudiantes de primaria, a adolescentes estudiantes de Secundaria, a una joven estudiante universitaria y a otras personalidades cubanas para que se expresasen públicamentre en relación con dichas anunciadas medidas. Fue así como una pionera de la enseñanza primaria, al hablar de cómo viven los menores en Cuba, afirmó una gran verdad: «¡Qué lástima, señor Bush, demuestra usted nuevamente desconocer cómo vive un niño o un joven en este único y hermoso país!…En Cuba nada es más importante que un niño»

Realmente es una lástima esa ignorancia porque le hace caer en el grave pecado que sería el de calumniar, pecado que no es capaz de confesar y mucho menos de arrepentirse, lo cual significa, de acuerdo a su pésima teología de carácter fundamentalista, que cuando exhale el último suspiro no escapará al terrible castigo del infierno que su dios ha preparado para los pecadores inconfesos como sería su caso. Se salvaría e iría al cielo, naturalmente al cielo de los opresores, aquel cielo al que renunciara a ir nuestro Hatuey, si fuese capaz de escuchar las palabras admonitorias de Fidel al finalizar su segundo mensaje: «Demuéstrese al mundo que hay alternativa a la arrogancia…. el odio…la hipocresía y la mentira!». Y si no escucha las palabras redentoras de Fidel, debería estar dispuesto a oir las que encontraría en la Biblia, libro que dice venerar, en el capítulo seis de Levítico, verso cuatro: «Cuando una persona…calumniase a su prójimo…habiéndolo ofendido, restituirá el daño hecho con su calumnia». No otra cosa le reclama, no ya Fidel, sino Dios en el texto que aparece en el libro sagrado, para él de carácter infalible puesto que se trata de palabras dictadas por el propio Dios.

Por otro lado, en Proverbios 10:18 se lee: «El que propaga calumnia es un necio». Resulta la mar de interesante cómo Lazarito Castro Delgado, un estudiante de Secundaria Básica comienza sus palabras, en el acto al que hemos hecho referencia, diciendo: «La estupidez del gobierno de Estados Unidos, no por rutinaria, deja de asombrarnos.» Más adelante refiriéndose a la atención médica a los menores afirma: «Sinceramente, llama a la risa que los fascistas de la Casa Blanca difamen sobre la atención de los niños cubanos en materia de salud cuando contamos con el mejor sistema de salud del mundo que nos inmuniza contra 13 enfermedades…y mantiene la mortalidad infantil a niveles de un país no bloqueado y altamente desarrollado.»

Pasando ahora al tema de la familia, que es otro de los temas mal tratados por el Sr. Bush, citemos, primeramente, las décimas recitadas en esa ocasión por su autor, un estudiante de la Universidad Central de Villa Clara: » Sr. Bush, las hitlerianas medidas que se pregonan, mucho dolor ocasionan a las familias cubanas. Complacen ideas profanas de la mafia que lo auxilia y con la que usted concilia y teje su propia red, porque ni a ella ni a usted, les importa la familia. Si su abuelo, conocido por el nombre de Prescott, brindó ayuda y financió a Hitler y su Partido; si su padre estuvo unido a Bin Laden y al Qaeda, Señor Bush, sólo le queda no hablar de familia más, si quiere vivir en paz con la sangre que se hereda.»

Hablando de ese tema de la familia, la Biblia, no ya en el Antiguo Testamento que resulta cosa bien obvia, sino limitándonos al Nuevo Testamento, encontramos que el autor del Evangelio conocido como el Evangelio de San Lucas cuando narra el nacimiento de Jesús plantea el caso de sus padres, quienes tuvieron que viajar a Belén a inscribirse en un Censo, dice que «decretado por Augusto César». En ese texto se lee: » Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret a Judea, a la ciudad del David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David» José era un descendiente y, por lo tanto, de acuerdo con el texto, parte integrante de la familia de David, nada menos que miembro de su «casa», es decir de su hogar. Uno pudiese preguntarse y ¿de cuántos individuos se conformaba esa familia davídica, miembros todos de un mismo hogar? Se tiene que pasar para llegar de David de Belén hasta llegar a José de Nazaret, nada menos que a través de cuarenta y un individuos, de acuerdo a la Genealogía que nos presenta ese mismo Evangelio en su capítulo tres. Todos ellos pertenecientes a una sola familia, miembros de un mismo hogar; todos unidos indisolublemente a través, no sólo de años sino de siglos y siglos, de tantos siglos que se puede hablar de todo un milenio.

En ese mismo Evangelio se nos cuenta en su capítulo primero, a partir del versículo treinta y nueve, que María estando en cinta de su primer hijo, Jesús, se dispuso a visitar a una parienta -de acuerdo a algunas versiones, una prima-, que también estaba en cinta, en este caso de Juan el Bautista. El autor del Evangelio nos está hablando de dos personas que mantienen una estrecha relación, que se visitan y que se alegran de las bendiciones que Dios ha derramado sobre su común familia, siendo tan sólo parientas, posiblemente primas, relación familiar de primas o de parientas que el Sr. Bush se niega a reconocer que pueda considerarse que exista tal lazo familiar. Sin embargo, el Sr. Bush es un señor que proclama creer que todo lo que dice la Biblia, por cuanto es «Palabra de Dios» goza de una total y absoluta infalibilidad. Al negarse a reconocer la validez de esa relación familiar tal como se expone en el texto está declarando no creer en la infalibilidad bíblica, herejía que, según lo que él dice, sólo merece de su dios, su condenación eterna.

Sin salirnos del texto lucano leemos en su capítulo doce, en su versículo cincuenta y tres, el propio Jesús va a reconocer el vínculo familiar entre una suegra con su nuera y de esta con su suegra, cuando dice: «En una familia -repito, en una familia-, estarán divididos…la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra». Al decir esto, Jesús está reconociendo el vínculo familiar que une a las suegras y las nueras. ¿No le parecerá una herejía y una blasfemia al Sr. Bush contradecir lo que dijo el propio Jesucristo, a quien dice venerar, obedecer y en su nombre actuar, al punto de declarar una guerra genocida al estilo del antiguo Israel, de la cual me sospecho que sea un ferviente lector y admirador? El Sr. Bush debe haber olvidado de leer en su Biblia, los libros proféticos del Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento, especialmente los Evangelios y, por el contrario, deleitarse en el comportamiento que encontramos en aquellos que nos narran las guerras genocidas sostenidas por el pueblo del antiguo Israel, sobre todo las que encontramos en los libros de Josué y de Jueces.

Todo lo que hemos expresado es más que suficiente para que digamos que de creyentes en el Evangelio de Jesucristo, el Sr.Bush no tiene un pelo, y, si a alguien engaña no es a otro más que a sí mismo. Por eso Fidel hubo de decirle en su primer mensaje de mayo pasado : «Un estadista, o alguien con la pretensión de serlo, debiera saber que las ideas justas y realmente humanas a lo largo de la historia han demostrado ser mucho más poderosas que la fuerza; de esta van quedando polvorosas y despreciables ruinas; de aquellas, rasgos luminosos que nadie podrá opacar»

En su segunda epístola del presente mes, dirigida al Sr. Bush, Fidel añadiría: «Señor Presidente de Estados Unidos…cumplo simplemente con el deseo de ilustrarlo sobre lo que es Cuba, lo que significa un proceso revolucionario verdadero y profundo , y cómo es el pueblo que usted pretende mirar con desprecio. Hoy Cuba cuenta con la población de más cultura y conciencia polìtica entre todos los países del mundo, no es un pueblo de analfabetos, os semianalfabetos, es un pueblo donde los estudios de nivel superior se masifican y universalizan, junto con su valentía y su patriotismo, junto a su valentía y su patriotismo. A sus sueños de una sociedad verdaderamente justa y humana, se suma la experiencia y el conocimiento, algo que a usted con su fundamentalismo y sus hábitos mesiánicos de actuar le será muy difícil comprender»

Sergio Arce Martínez. Presidente de la Conferencia Cristiana por la Paz de América latina y el Caribe.