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Las organizaciones sociales en la defensa de medio ambiente (I)

Fuentes: Diálogos en pluralidad

Primera parte. Antecedentes y orientaciones

Hoy día la mayor parte de las organizaciones sociales, sean cual fueren sus objetivos, dicen defender el medio ambiente: indigenistas, campesinas, sindicalistas, feministas, libertarias, liberales, socialistas, democráticas, vecinales, consumidores, usuarios, animalistas, ciclistas; o de artesanos, artistas, profesionistas; o académicas, científicas, eclesiales, religiosas, comerciales, empresariales, económicas, financieras, políticas, no gubernamentales, gubernamentales,  pero,  muy pocas de ellas dan muy alta prioridad a los asuntos del medio ambiente o van más allá del combate a las contaminaciones  y la protección o conservación de las riquezas naturales y se ocupan de discernir las causas profundas, históricas, filosóficas, de la pésima relación de la sociedad moderna(industrial), con la Naturaleza y las culturas ancestrales.

La gran cantidad de desastres ecológicos o ambientales que se han dado en las últimas décadas, en todos los continentes, han obligado a los estados, los gobiernos, las organizaciones internacionales, como la ONU, el FMI o el Banco Mundial, los fondos de inversión, las empresas multinacionales, las aseguradoras, a tener al menos una coartada en torno al cuidado del medio ambiente. Les gustaría mucho no hablar de estos temas que ensombrecen su futuro: hacen grandes esfuerzos por minimizar u ocultar la gravedad de la emergencia ecológica, climática y ambiental.

Sin embargo, cada día les resulta más difícil ignorarlas: cada día recurren más a maniobras extraordinarias que van desde la simulación de grandes acciones en favor del medio ambiente, por medio de novedosas tecnologías que en la realidad son “falsas soluciones” y “lavado verde”;  el apoyo de despachos de Relaciones Públicas, con el fin de hacer campañas sobre la “limpieza” de sus productos y servicios, o meter sospechas sobre la realidad científica de las advertencias sobre el colapso del clima y el colapso ecológica global y fomentar así, el “negacionismo” climático y ecológico; o el Cabildeo (Lobbying) intensivo, para influir en la redacción de tratados, legislaciones, normas, proyectos que pudieran afectar significativamente sus intereses, por asuntos ambientales, o la creación de organizaciones que aparentan defender el medio ambiente, pero, en la realidad sirven para influir en los gobiernos y en las organizaciones  ambientalistas y hasta el asesinato de activistas en defensa del territorio y la represión policiaca de las protestas climáticas y ambientales.

Las organizaciones que formalmente se ocupan de hacer frente al creciente deterioro del medio ambiente nacieron a principios de los años 70, en los países que entonces eran los más industrializados y poderosos del mundo- principalmente, EEUU, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia- y nacieron, además, en dos sectores sociales opuestos o en conflicto permanente: las primeras nacieron en los niveles más altos del poder político: gobiernos poderosos y empresas transnacionales mientras que las segundas nacieron como producto de las ideas y acciones de pensadores y movimientos sociales contestatarios que les antecedieron.

Ciertamente la defensa del medio ambiente y del equilibrio o estabilidad ecológica, apareció primero en las sociedades más industrializadas de esos años. Fue un producto de los países que hoy llamamos del Norte global (Occidente) debido a que estos países fueron los primeros en industrializarse y en desarrollar la economía moderna de crecimiento sin límites y que eran entonces los países que ya habían producido la mayor cantidad de contaminantes en el mundo y la mayor devastación global del medio ambiente y de las riquezas de la Naturaleza.  Es en esos países ricos y poderosos y muy industrializados que se dan las primeras grandes críticas a las ideas de progreso, desarrollo y modernización, las mejores descripciones de los efectos perversos de la sociedad industrial contra la Naturaleza y las culturas ancestrales y las grandes propuestas que dieron sustento al nacimiento de las organizaciones en defensa del medio ambiente. 

Antes de la Segunda Guerra Mundial, surgen las primeras manifestaciones de lo que podría calificarse como formas concretas más completas o complejas de la defensa del medio ambiente, significativamente en posiciones diametralmente opuestas. Por un lado, hacia 1937, en Burdeos, muy cerca de Los Pirineos, Bernard Charbonneau quiere crear una Federación de Amigos de la Naturaleza y empieza a escribir en una revista sobre El Sentimiento de la Naturaleza, fuerza revolucionaria y la forma o los estatutos que debería tener esta organización- la Segunda Guerra Mundial arruinó su iniciativa-, pero en estos artículos establece las bases de lo que será su primer libro al respecto publicado en 1944 con el nombre de Pan se muere y luego, su gran obra El Jardín de Babilonia, que integra su visión completa de la defensa del medio ambiente, por lo que es considerado en Francia, como el fundador de la Ecología Política. Por el otro lado, Himmler establece una granja orgánica en el campo de concentración de Dachau; tanto Himmler como Hitler eran vegetarianos, defensores de los derechos de los animales y estaban en contra de la vivisección (experimentaciones con animales).

Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki anuncian el fin de un mundo y el nacimiento de uno nuevo: el mundo de las bombas atómicas en el que la Humanidad en adelante estará a minutos de extinguirse por su propia mano.  En este contexto aparece el movimiento contra las armas nucleares, precursor de la defensa del medio ambiente. Por otra parte, las bombas atómicas anuncian, también, la aparición de formas industriales de contaminar nunca antes vistas- las centrales nucleares (“átomos para la Paz”) e imposibles de detectar por los sentidos del ser humano: los isótopos radiactivos. Al mismo tiempo emerge la crítica a la tecnología, creadora de las nuevas formas de contaminación del ambiente.  

Otra vez en Burdeos, el teólogo protestante Jacques Ellul, el gran amigo del pensador revolucionario y no creyente, Charbonneau, se ocupa de hacer la crítica a fondo de la técnica a la que considera alienante y dañina en muchos sentidos. Nos dice que “la técnica en sí es ambivalente ni buena ni mala, pero, modifica profundamente el medio donde se desarrolla y moldea a las personas que la utilizan y al entorno ; no se contenta de ser el factor principal o determinante, se convierte en un medio, en un sistema, en un universo que se constituye por sí mismo en sistema simbólico: la técnica se desarrolla según su propia lógica fuera del control humano: hace de sí misma un valor trascendente, una nueva sacralidad que le quita este lugar a la Naturaleza destruyendo y acostando cada año sobre su altar de sacrificio a millones de seres humanos”.

“No es la técnica la que nos somete sino la sacralidad que le transmitimos a ella”, nos dice Ellul quien publica en 1954 La Técnica o el reto del siglo, la primera parte de su gran trilogía sobre la técnica. Tan trascendente ha sido la crítica de Ellul a la técnica que hoy día existe una Sociedad Internacional de Amigos de Jacques Ellul, con base en Berkley.https://ellul.org/

En 1955, el gran filósofo y matemático Sir Bertrand Russell, apoyado por Albert Einstein, publican un Manifiesto contra las Armas Nucleares, con la firma de unos 12 científicos de gran reputación y con ello crea las bases de lo que serán las conferencias de científicos preocupados por los grandes riesgos y peligros del avance tecnológico, las conferencias Pugwash, debido al pueblo canadiense de este nombre donde se realizó la primera en 1957.

También, sienta las bases de las que serán las organizaciones de científicos o profesionistas comprometidos con la sociedad que realizarán las investigaciones sobre los peligros o los riesgos de las nuevas tecnologías y que son un apoyo fundamental a las acciones ecologistas. Las pruebas nucleares entre la década de los 40 a los años 80 crearon fuertes reacciones y protestas en los países que las realizaban y abren un profundo cuestionamiento de la sociedad industrial.

En 1961 Jane Jacobs, esposa del más importante urbanista de EEUU en esos años, publica el libro más relevante que se haya escrito sobre las grandes ciudades americanas, La Muerte y la Vida de las Grandes Ciudades Americanas, donde nos muestra una visión femenina sobre el funcionamiento de las ciudades; es un referente fundamental, para los asuntos del medio ambiente en las ciudades y el desarrollo urbano. Gracias a su activismo se frenó en Nueva York la construcción de vías rápidas y es la ciudad americana en la que menos se utiliza el auto particular. Es un gran referente para los asuntos ambientales de las zonas urbanas.

En 1962, el obrero autodidacta anarcosindicalista de Nueva York, Murray Bookchin (seudónimo Lewis Herber, publica el libro Our Syntetic Environment (Nuestro ambiente sintético) que es el primer gran libro ambientalista de EEUU que trata sobre los efectos de los productos químicos sobre el medio ambiente. En las siguientes décadas, Bookchin se convertirá en el primer gran ecologista de Estados Unidos, con una erudición y profundidad incomparables.

Bookchin es el fundador de la corriente de “Ecología Social” y el “comunalismo” que hoy día tiene grupos de adeptos en muchos países. Para los ecologistas, es un gran referente en los asuntos de las ciudades y el medio ambiente. Bookchin anticipa lo que escribirá en ese mismo año la bióloga Rachel Carson, en su famoso libro La Primavera Silenciosa en el que denuncia con rigor científico y con pasión por la defensa de la Naturaleza y la Humanidad, el uso de plaguicidas químicos- el DDT-, por sus efectos sobre los animales en la cercanía de los grandes monocultivos de alimentos o desiertos verdes de la agroindustria.

Muchos consideran a Rachel Carson la primera ecologista del mundo, por la manera en la que manejó el conocimiento científico, con una gran sensibilidad por la Naturaleza: fue una gran educadora.

La crítica que ella realizó de la agroindustria sigue viva: los monocultivos de alimentos son enemigos de la ecología y la salud de los consumidores: para operar, exigen demasiados productos químicos, sin embargo, hoy dependemos como nunca antes de la muy contaminante agroindustria y apenas estamos empezando a combatir el glifosato después de más de 40 años de su utilización. En los asuntos del campo estamos muy entrampados: ahora el campo tiene mayor contaminación del aire, del agua y los suelos que las ciudades.   

En 1965 aparece en Ámsterdam un gran movimiento contracultural, contra la creciente circulación de autos en esa ciudad- el movimiento PROVO de resonancia internacional, basado en el humor absurdo y la no violencia, que crea eventos artísticos y los planes blancos, como la obstaculización de la circulación de autos en la zona central de la ciudad y la colocación de bicicletas blancas disponibles a quien quisiera utilizarlas.

Este movimiento tan creativo establece las bases de lo que después serán, a partir de los años 70, las organizaciones que defienden la caminata en la ciudad o al peatón y el uso de la bicicleta y luchan contra el uso excesivo del auto en la ciudad o contra el auto particular que requiere dos estacionamientos en la ciudad y solo circula en promedio 3-4 horas al día y también, contra el uso excesivo del transporte urbano, o la pérdida de tiempo en días de trabajo en el transporte urbano ( 4 o 5 horas perdidas) y el desarrollo urbano centrado en el uso excesivo del auto y de los transportes colectivos.

No sólo los movimientos pacifistas, antinucleares, anti químicos, anti basura y anti automóviles preparan la emergencia de las organizaciones en la defensa del medio ambiente, también lo hacen: el movimiento naturalista que siempre ha existido en todos los países y en todas las épocas, y los grandes movimientos contraculturales, como el movimiento Hippie, la Internacional Situacionista, el movimiento del 68, el movimiento contra la guerra de Vietnam.  Algunos autores notables fertilizan el terreno de donde van a nacer las organizaciones ambientalistas y las ecologistas de los países “desarrollados”: Huxley, Orwell, Marcuse, Iván Illich, Barry Commoner, Serge Moscovici, Rene Dumont, Jacques Ellul, Leopoldo Kohr, Denis de Ruguemont, JK Galbraith; Paul Goodman, EF Shumacher, entre otros.

En los años 60, los directores de las grandes empresas transnacionales llegaron a estar tan preocupados por los asuntos ecológicos o ambientales que en 1968 fundan el Club de Roma (a iniciativa de Peccei de la FIAT) y en 1970 ordenan al Massachussets Institute of Technology MIT, una investigación que sería publicada en 1972, sobre Los Límites del crecimiento, informe que ha sido considerado el más subversivo del siglo XX.  En EEUU, el país que en esos años había ya producido más contaminaciones en la historia, se celebró por primera vez el Día de la Tierra, el 22 de abril de 1970, con la participación de más de 20 millones de personas. En 1970 nacen las primeras grandes organizaciones en defensa del medio ambiente, con apoyos privados: Friends of the Earth y Greenpeace.

Ante el creciente descontento social en los países del “primer mundo” o “desarrollados”, por las contaminaciones de suelos, aguas y aires y la desertificación y pérdida de biodiversidad, las Naciones Unidas convocan en 1972 la Primera Conferencia Mundial del Medio Ambiente en Estocolmo. En esta ciudad, fuera de esta “Cumbre de la Tierra”, decenas de miles de activistas empiezan a protestar por la poca voluntad de los gobiernos poderosos, para actuar en la defensa del Medio Ambiente: se empieza a gestar el movimiento ecologista que en los siguientes años crecerá y realizará grandes manifestaciones debido a la construcción de muchas centrales nucleares, particularmente en Francia y en EEUU- las centrales nucleares unificarán a muchas corrientes en defensa del medio ambiente- y de esta manera conformará grandes redes y organizaciones políticas (partidos verdes) y adoptará las más radicales posiciones en defensa de la “ecología”. También, los gobiernos europeos empezarán a crear los ministerios del Medio Ambiente o “ministerios de lo imposible”, de acuerdo a Robert Poujade, primer ministro del Medio Ambiente de Francia (1971). 

Por otra parte, al iniciar los años 70s llegaba a su fin ese período que los economistas han llamado “Los Treinta Años Gloriosos” (1945-1975), por el gran crecimiento económico y pleno empleo que se lograron en estos años en los países industrializados y en algunos otros en proceso de industrialización, como México. Empezaba la era del desempleo, la precarización del empleo, el Final del Petróleo Barato(convencional) y el fracaso de las políticas de desarrollo de los países productores de materias primas(colonizados o dependientes de las tecnologías de los países ricos y poderosos)También empezaba, entre los círculos políticos más poderosos de EEUU, la aceptación generalizada de un nuevo pensamiento económico para hacer crecer la economía de ese país y las de otros países “desarrollados” que iba a sustituir al keynesiano vigente: aparece la “ideología” o doctrina neoliberal que prioriza el fortalecimiento de los mercados, con el apoyo del Estado.  

Esta nueva doctrina o “ideología” proponía hacer crecer la economía a como diera lugar, para arreglar posteriormente la desigualdad y los asuntos del Medio Ambiente, inclusive, por medio de una gran violencia contra sociedad, la cultura, el Medio Ambiente y la Naturaleza: la doctrina del shock, para desmantelar el Estado social. El primer ensayo de esta nueva “ideología” política se realizó, por medio de un golpe de Estado en Chile (Pinochet- 1973) y luego, con los resultados de esta experiencia, se aplica en Inglaterra, con el gobierno de la Sra. Margaret Thatcher, a finales de los años 70 y a principios de los años 80, en EEUU, con el gobierno de Ronald Reagan.

A consecuencia del surgimiento del ideario neoliberal, en los años 70 se polarizaron las nacientes organizaciones para la defensa del medio ambiente: por un lado, los gobiernos de los países “desarrollados” se vieron obligados a adoptar las propuestas individualistas y tecnológicas de las empresas multinacionales y las grandes universidades de sus países y adoptaron el nombre de “ambientalistas”, y por otro lado, las organizaciones sociales- indígenas, campesinas y otras que querían un cambio en la visión del mundo-un cambio epistemológico- o una “descolonización del imaginario social” que pudiera conducir a una sociedad post desarrollo o post industrial y que adoptaron el nombre de “ecologistas”.     

Con base en los apuntes de la conferencia del 5 de junio de 2023, por el Día Mundial del Medio Ambiente, en el teatro Matamoros de Morelia, Michoacán

Segunda parte

Fuente: https://dialogosenpluralidad.com/las-organizaciones-sociales-en-la-defensa-de-medio-ambiente/07/20/2023