Los números favorecen a Barack Obama. Según el conteo que lleva a cabo el sitio de Internet RealClearPolitics.com el senador por Illinois tiene un total de 1,356 delegados y la senadora Hillary Clinton 1,267. Al computar los delegados electos por voto popular, la brecha entre ambos se ensancha: 1,187 para Obama y 1,028 para Hillary. […]
Los números favorecen a Barack Obama. Según el conteo que lleva a cabo el sitio de Internet RealClearPolitics.com el senador por Illinois tiene un total de 1,356 delegados y la senadora Hillary Clinton 1,267. Al computar los delegados electos por voto popular, la brecha entre ambos se ensancha: 1,187 para Obama y 1,028 para Hillary.
En el escrutinio bruto, Obama obtiene 10, 811,178 votos y Clinton 10, 195,404. De las 36 primarias celebradas, el joven candidato demócrata ha ganado 25, Hillary 11. De las 25 victorias del senador de Illinois, 17 han sido con márgenes superiores al 10%; 14 de ellas con votaciones por encima del 60%. Por el contrario, la senadora por New York, sólo ha conseguido más del 60% en Arkansas (donde Bill Clinton fue gobernador hace dos décadas) y únicamente en 8 ha logrado ventajas superiores al 10%.
El número de contribuyentes a las campañas de ambos candidatos es revelador: hasta el día de hoy 913,089 personas han colaborado económicamente a la campaña del senador negro. Sólo 415, 322 a la de Clinton. El 83% de los aportes financieros a la candidatura de Barack son montos inferiores a los US$100.00. De los cuales la mitad (40%) menores a los US$50.00. El 12% por encima de US$100.00. Y solo el 5% son donaciones que superan los US$200.00.
¿Por qué la «Obamania»?
Ahí están las cifras. Hace apenas seis meses era impensable que esto pudiera pasar. Los más osados advertían que Hillary seria ungida candidata el Supermartes. Sólo un puñado de «ilusos», como es mi caso, nos atrevimos a afirmar, hace año y medio, que Obama se convertiría en un fenómeno capaz de alcanzar la candidatura Demócrata, derrotando a la ex primera dama.
Hay quienes se preguntan a que se ha debido el empuje de Barack. Sencillamente, la sociedad norteamericana ha cambiado, y la expresión de ese cambio la está capitalizando Obama. Los altos niveles de polarización en Estados Unidos, a raíz de las malas ejecutorias del gobierno de Bush, su discurso orientado a sacar provecho electoral del miedo y la irracionalidad, han hecho que una parte importante de los estadounidenses, abrumadoramente los más jóvenes, hayan decidido buscar el único antídoto contra el miedo: la esperanza.
Quien ha logrado encarnar esa esperanza. Quien la predica cual evangelio a los estadounidenses, es precisamente Obama. Hace unos días en un reportaje de la cadena NBC, cuando le preguntaban a un anciano blanco, de Wisconsin, por que apoyaba a Barack, este respondió: «puedo ver el futuro de mis nietos en sus ojos».
¿Que pasó con Hillary?
Hillary Clinton no ha cometido errores. Cuenta con un importante respaldo económico. Tiene una de las estructuras organizativas más poderosas de Estados Unidos. Casi todo el aparato del Partido Demócrata esta de su lado. Es una mujer brillante, con buena imagen, con una propuesta de gobierno muy buena y, sobretodo, cuenta con el legado de uno de los mejores presidentes que ha tenido Estados Unidos: Bill Clinton. Su marido.
El grave problema de su campaña tiene un nombre: Barack Obama (montado en la ola de una sociedad hastiada de los mismos actores, aun sean personajes extraordinarios como Hillary). La Clinton ha pasado de ser una candidata invencible a estar con la esperanza puesta en dos únicos estados (Ohio y Texas), en donde apuesta todo su futuro. Sus únicas dos victorias políticas durante el proceso han sido New Hampshire y California.
Lo ha hecho todo para detener el impulso de Obama, sin lograr más que unas pequeñas disminuciones de velocidad, que a veces han sido casi imperceptibles. Ha cambiado su lema de campaña en tres ocasiones durante los últimos dos meses: Smart Choice (La elección inteligente), luego Ready for Change (Lista para el cambio) y por ultimo Solutions for America (Soluciones para la nación)[*]. Ha hecho una reingeniería de su equipo de campaña. Ha bajado y subido el perfil de su esposo y aun así no ha podido detener la ola que empuja a Barack.
¿A quien apoyaran los Superdelegados?
El panorama para la Clinton es sombrío. Según proyecciones, para lograr obtener la candidatura, Hillary tendría que ganar las 14 primarias pendientes con votaciones superiores al 65%. Lo cual es poco probable. La otra carta debajo de la manga de la Clinton, afirman algunos, son los denominados Superdelegados.
Estos son los legisladores, alcaldes, gobernadores, ex presidentes y ex vicepresidentes del Partido Demócrata. La mayoría de ellos se deben a los votantes de sus respectivas demarcaciones geográficas. Tradicionalmente los Superdelegados respaldan al candidato que su estado ha apoyado. En un escenario como ese Obama se llevaría una importante proporción, puesto que ha ganado en más estados.
Al Gore (exvicepresidente norteamericano), Howard Dean (presidente del Partido Demócrata) y Nancy Pelosi (líder de la mayoría Demócrata en la Cámara de Representantes), están encabezando un movimiento a lo interno del partido que procura conseguir un compromiso de 400 Superdelegados, para votar por el candidato que haya obtenido más cantidad de delegados electos por el voto popular. Si se concretiza este movimiento, el senador de Illinois contará con esos apoyos.
¿Quién le gana a McCain?
Hay quienes también se hacen la pregunta de si Barack podría ganarle a John McCain en las elecciones generales. La respuesta la dan los números: Hasta ahora el candidato republicano ha obtenido 4, 323,543 votos a nivel nacional, que no llega siquiera a la mitad de los obtenidos por Obama.
Otro dato interesante: Si en vez de primarias se estuvieran celebrando las elecciones generales, Obama ya tendría asegurada la jefatura de la Unión Americana: al comparar los votos que ha sacado Obama en cada estado con los que ha sacado McCain, Barack tendría a su favor 296 delegados al Colegio Electoral, de los 252 requeridos para obtener la Casa Blanca. En todos los grandes estados, con la excepción de Florida, Obama ha obtenido más votos que todos los precandidatos republicanos juntos.
En la más reciente encuesta Gallup publicada por CNN Obama derrotaría a McCain con una ventaja superior a 7%.
¿Es Obama indetenible?
No todo es color de rosa para el senador por Illinois. Tiene muchos retos por delante: el primero, evitar que le pongan el mote de vendedor de ilusiones. En la medida en que logre consolidar una imagen de hombre capaz para gobernar Estados Unidos desde el primer día, podrá cristalizar su sueño de ser presidente. Esa es su gran debilidad y aun no ha conseguido solventarla. Su falta de experiencia no le ayuda, y será una brecha para Hillary o McCain.
El otro reto es, sin duda, lograr votaciones importantes en Texas y Ohio. Por sus diez victorias consecutivas desde el Supermartes, no está obligado a ganar allí. Su posición es tan cómoda que si logra obtener el triunfo en uno de esos dos estados y consigue una votación superior al 40% no dejará otro camino a Hillary que anunciar su retirada.
En cambio, si Hillary logra dos contundentes victorias allí, estaría reviviendo su campaña y hasta la posibilidad para que Obama salga de la contienda.
¿Quién será el candidato vicepresidencial Demócrata?
El tercer reto para Obama, lo es también para Clinton: la escogencia del candidato vicepresidencial. Una formula Obama-Clinton o Clinton-Obama, seria tan arriesgada como ideal. Estarían dejando por fuera a una masa de votantes conservadores, que irían a manos de McCain. No es necesario tomarse ese riesgo.
El compañero de boleta ideal para ambos debe tener un currículo parecido al de McCain y ser capaz de neutralizar el voto conservador que se niega a apoyar el candidato republicano. O, en el caso de Obama, repetir el esquema seguido por Bill Clinton en 1992, al escoger a Al Gore: una formula completa de cambio, juventud y esperanza.
Si el objetivo es neutralizar el voto conservador, los ideales son: Howard Dean (Hombre de experiencia, exprecandidato presidencial y presidente del Partido Demócrata), Weslley Clark (Héroe de guerra como McCain y Comandante de las Tropas de la OTAN durante la administración Clinton). Si se busca una formula novedosa y de cambio total serian: Mark Warner (joven líder Demócrata, exgobernador del estado de Virginia, una de las reservas políticas de Estados Unidos) y John Edwards.
Considero que Obama debe optar por la segunda opción: Cambio total. Y en ese escenario el candidato vicepresidencial perfecto para Barack es: Mark Warner.
¿Qué pasará?
La candidatura demócrata se definirá el 4 de marzo. Obama quedará solo en la contienda. No creo que Hillary consiga los números que necesita para seguir en la competencia. En marzo tendremos al candidato demócrata: Barack Obama.