Creced y multiplicaos. No consta si Su Santidad Benedicto XVI mencionó el mandato divino a mediados de febrero cuando Gregg Dedrick, el presidente de la cadena de restaurantes de comida rápida Kentucky Fried Chicken le envió una carta solicitando su bendición para su nuevo proyecto empresarial, una serie de restaurantes bautizada como Fish Snackers. En […]
Creced y multiplicaos. No consta si Su Santidad Benedicto XVI mencionó el mandato divino a mediados de febrero cuando Gregg Dedrick, el presidente de la cadena de restaurantes de comida rápida Kentucky Fried Chicken le envió una carta solicitando su bendición para su nuevo proyecto empresarial, una serie de restaurantes bautizada como Fish Snackers. En cualquier caso, las ratas de Kentucky Fried Chicken ya estaban cumpliendo fielmente los designios del Antiguo Testamento. Un día después de que Brolick enviara su petición al Vaticano, unas imágenes tomadas por una televisión local neoyorquina mostraban hermosos ejemplares de rata trotando a sus anchas por un restaurante de la franquicia Kentucky Fried Chicken/Taco Bell situado en el Greenwich Village, uno de los barrios más exclusivos de Nueva York.
La presencia de los roedores no ha sorprendido a los vecinos. El restaurante es «sucio, asqueroso y nadie se ocupa de él», según ha declarado a la agencia Reuters Joel Cohen, que vive en el mismo inmueble. Las autoridades sanitarias eran conscientes de los problemas sanitarios del establecimiento, pero no habían hecho nada para evitarlos. En los últimos tres años, el Departamento de Salud de Nueva York había detectado en al menos cuatro ocasiones la presencia de roedores en el local.
Sólo en 2006, el restaurante había sido declarado culpable de 14 violaciones, entre ellas higiene inadecuada de los empleados y presencia de cucarachas vivas en la comida (las cucarachas estadounidenses pueden llegar a ser casi tan grandes como un cigarrillo y, además, vuelan).
Cuando estalló el escándalo, Kentucky Fried Chicken/Taco Bell declaró que el incidente era «aislado», aunque «totalmente inaceptable». Pero las cosas empeoraron. Las acciones de Yum! Brands, la empresa propietaria de Kentucky Fried Chicken, Taco Bell y Pizza Hut, entre otras marcas de comida rápida, cayeron un 1%, y la compañía tuvo que cerrar temporalmente otros restaurantes en Nueva York. Finalmente, el viernes pasado, el presidente de Yum! Brands (una expresión que podría traducirse como marcas deliciosas, aunque ahora no está claro si el mensaje se dirige a seres bípedos o de cuatro o seis patas), Emil Brolick, anunció la contratación de un experto en control de plagas.
El problema es mayor porque el restaurante afectado está en una de las zonas más populares de la ciudad. Eso implica que entre sus clientes están estudiantes de la Universidad de Nueva York y turistas que regresan de comprar ropa en las tiendas del SoHo. Claro que el problema no es exclusivo de Kentucky Fried Chicken. El fin de semana fue cerrado un restaurante emblemático del Village, la pizzería John’s, que llevaba 77 años abierto, por una serie de problemas sanitarios, entre ellos la presencia de ratones.
John’s está en Bleeker Street, una de las calles más famosas de la zona, sobre todo después de que Simon y Garfunkel le dedicaran una de sus canciones más melancólicas, en las que hablan de «voces que se filtran desde un café triste». Si la hubieran escrito ahora, deberían haber escrito «ratas» en vez de «voces».