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Libertad para Otegi

Fuentes: biTs rojiverdes

En nuestro querido país, aunque no queramos verlo, hay presos políticos. A pesar de que el hecho se camufle habitualmente o lo escondamos bajo velos de justificaciones automáticas, de dogmas de fe, en nuestra modélica democracia hay presos políticos. También hay tortura, no una torta mal dada escapada en una detención como leí recientemente, hay […]

En nuestro querido país, aunque no queramos verlo, hay presos políticos. A pesar de que el hecho se camufle habitualmente o lo escondamos bajo velos de justificaciones automáticas, de dogmas de fe, en nuestra modélica democracia hay presos políticos. También hay tortura, no una torta mal dada escapada en una detención como leí recientemente, hay tortura con mayúsculas, con método, por sistema. El ordenamiento legal la posibilita, la ampara y fomenta su ocultación. No podemos obviar las denuncias y dictámenes que arrastramos por ello en multitud de foros internacionales dependientes de la ONU, la UE o de ONGs especializadas en derechos humanos, por mucha sobredosis de hipocresía que pongamos sobre la mesa. También la separación de poderes brilla por su ausencia, no hay más que ver lo que sucede estos días con la renovación del Constitucional para ver cómo tenemos de contaminado al poder judicial desde la política o del ejecutivo. Sin embargo, es raro ver al españolito que no va dando lecciones de democracia o poniendo como ejemplo a su país frente a lo que sucede en otras latitudes del mundo. Debe ser por la interiorización del dicho ese de los ojos, la paja y la viga…

Digo esto a colación de la situación del estado procesal de Arnaldo Otegi. La mayor esperanza para la paz en Euskadi sigue en prisión y va a ser juzgado de nuevo el día 11 por sus palabras en Anoeta, aquellas que fueron interpretadas de manera unánime como un signo inequívoco de que la normalización de la política y la sociedad vasca eran algo plausible e incluso cercano. Entre otros lugares, allí fue donde el abertzale se ganó el calificativo de «hombre de paz» a ojos de Zapatero. Pues nada, la Audiencia Nacional, un tribunal de excepción más propio de una dictadura, lo va a juzgar justamente por enaltecimiento del terrorismo por esas mismas delaraciones. Auténticamente de locos. Mientras tanto, aquí todos autosatisfechos con el nivel de democracia y garantismo de nuestro sistema político.

¿Por qué está Otegi en la cárcel? Para empezar no está condenado por nada. Sólo está en prisión preventiva, una situación que puede ser bastante digamos discrecional a los ojos de un juez. ¿Su delito? Tratar de montar una formación política en la órbita de la situación derivada de Anoeta y en tantos otros lugares para que la izquierda abertzale pudiera ejercer su fundamental e inalienable derecho al voto, algo negado desde la ingeniería creativa de las abyectas cañerías del estado de derecho. Aunque Batasuna esté ilegalizada, es una barbaridad suponer que cualquier partido formado por personas que fueron de Batasuna tenga que ser automáticamente ilegal, al parecer se han eliminado también impunemente del estado español derechos de asociación política, de reunión e incluso de defensa de ideas. Se les han quitado de facto derechos políticos a miles y miles de ciudadanos. ¡Cómo para sentirnos orgullosos!

Cada día que pasa está más claro para cualquier analista que ETA y la izquierda abertzale no son lo mismo, que la única esperanza para la paz es que la IA articule un proyecto al margen de cualquier tipo de amenaza violenta y que sea capaz de atraerse al mismo a lo que queda de ETA y al colectivo de presos. Si no consigue hacerlo, el terrorismo durará bastantes años más aunque sea en forma de baja intensidad. Arnaldo Otegi es una pieza clave en todo este proceso. Que siga en la cárcel porque un juez diga que hay riesgo de fuga o porque sus actos pudieran obstaculizar la investigación es un insulto a la inteligencia y una instrumentalización de la justicia con fines políticos absolutamente impresentable que dice bien poco de nuestro estado de derecho.

Fuente: http://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=4600

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.