No importa cuánto traten, los republicanos no van a poder engañar con Haditha. Pero sí que están tratando. El viernes pasado, cuando se habló de Haditha en «Left, Right and Center» (Izquierda, Derecha y Centro), el programa de la radio pública que yo hago todas las semanas, el editor de la página editorial de The […]
No importa cuánto traten, los republicanos no van a poder engañar con Haditha.
Pero sí que están tratando.
El viernes pasado, cuando se habló de Haditha en «Left, Right and Center» (Izquierda, Derecha y Centro), el programa de la radio pública que yo hago todas las semanas, el editor de la página editorial de The Washington Times, Tom Blankley, inmediatamente se puso en posición de engaño, comentó las atrocidades cometidas por tropas de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial y aseguró que «comparados con cualquier otra guerra previa y con cualquier otro ejército, el nuestro se está comportando de manera casi inmaculada».
Está claro que Tony y yo tenemos una definición muy diferente de lo que es «una manera casi inmaculada» -es decir, suponiendo que ambos leamos los mismos relatos de Newsweek que dejan la boca abierta acera de soldados norteamericanos drogados, alucinando y estresados, «que matan a la gente equivocada todo el tiempo…»
Pero hasta Tony, como otros de la derecha, estaba dispuesto a admitir que «el efecto propagandístico» de Haditha «va a ser muy sustancial».
«Efecto propagandístico» es un término turbio, un término que, como la tinta que expulsa el calamar atacado, oscurece el significado verdadero. Así que permítanme aclarar lo que quiere decir:
Significa que las muertes en Haditha -como Abu Ghraib, como Bagram, como Guantánamo, como todos los horrores diarios no divulgados que se perpetran a inocentes civiles iraquíes- han hecho menos seguro a Estados Unidos.
Irak está produciendo una cosecha extraordinaria de terroristas recién activados y endurecidos en el combate, y cada Haditha es un fertilizante para el anti-norteamericanismo subyacente que la guerra ha exacerbado. «Estados Unidos nos está forzando a sumarnos a la resistencia», dijo Ahmed Hussein, familiar de una de las víctimas de otro ataque por fuerzas norteamericanas y que ha sido denunciado por el gobierno iraquí.
Los buenos muchachos elegidos porque los norteamericanos creyeron que nos mantendrían más seguros han logrado exactamente lo opuesto.
Y este es el sencillo hecho que los demócratas tienen que martillar diariamente desde ahora hasta el Día de las Elecciones del 2006 -que caerá menos de dos semanas antes del primer aniversario de la masacre de Haditha.
«Los cierto es que», dijo el Gral. Norman Schwarzkopf después de la primera Guerra del Golfo, «uno siempre sabe lo que hay que hacer. Lo difícil es hacerlo».
Está claro que esto se aplica tanto al liderazgo de los demócratas como a nuestros soldados. A los demócratas parece que se les dificulta darse cuenta que lo que es apropiado -lo que es evidente- es que ellos digan con desenfado: «Somos el partido que traerá las tropas a casa» -una acción que nos hará más seguros a todos.
Este es el tema que nacionaliza las campañas del 2006. Es la actitud apropiada desde el punto de vista estratégico (como Jack Murtha lleva diciendo hace meses). Es la actitud apropiada desde el punto de vista moral. Y también lo es desde el punto de vista político.
Un destacado demócrata me dijo recientemente que estaba preocupado y que quisiera que las elecciones del 2006 fueran hoy, porque no estaba seguro de cómo serían las cosas dentro de cinco meses.
¿De verdad?
Permítanme aclararle las cosas. Una cosa es segura: dentro de cinco meses aún estaremos en Irak haciendo una guerra de contrainsurgencia para la que no estamos preparados, con más hechos como el de Haditha -y un Estados Unidos menos seguro- como resultado inevitable.
Si los demócratas pueden hacer de este tema su tema definitorio, pueden dejar de preocuparse acerca de las preguntas que se hacen ahora: ¿Qué sucederá si la gente se olvida de Haditha, de Abramoff y de DeLay? ¿Y si bajan los precios de la gasolina? ¿Y si la manipulación de las elecciones por parte de los republicanos triunfa sobre el malestar de los electores? ¿Y si funciona otra vez el truco del matrimonio entre homosexuales? ¿Y si, y si, y si…?
Tienen que calmarse los nervios y no buscarse complicaciones. Se trata de mantenernos seguros, estúpido. Y el hecho de que mantengamos en Irak a nuestras tropas desgastadas, estresadas y carentes de una misión nos hace menos, mucho menos seguros.
El correo electrónico de Arianna Huffington es [email protected].