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Los cálculos económicos de CDC sobre el país de las maravillas y la «independencia»

Fuentes: Rebelión

Convergència Democrática de Catalunya (CDC) ha editado un folleto en el que explica las enormes ventajas de la «independencia» de Catalunya (es decir, para hablar con más rigor, de la ruptura de Cataluña con España, la independencia política es cosa muy distinta) [1]. El documento servirá para impartir cursos de formación entre las bases del […]

Convergència Democrática de Catalunya (CDC) ha editado un folleto en el que explica las enormes ventajas de la «independencia» de Catalunya (es decir, para hablar con más rigor, de la ruptura de Cataluña con España, la independencia política es cosa muy distinta) [1]. El documento servirá para impartir cursos de formación entre las bases del partido. Su misión, nunca mejor usado el término, es «convencer a los detractores de la secesión [¡detractores de la secesión!] para que, llegada la consulta, opten por el «sí»». De eso se trata por supuesto, del (casi) todo vale y del sí a la «independencia». «Queremos ampliar la mayoría [independentista]. Haremos sesiones formativas para que los militantes puedan explicar que hace falta un paso adelante, y qué haremos para que el estado propio sea viable», ha explicado don Josep Rull, el secretario de organización, el dirigente que sustituye (provisionalmente por supuesto) a don Oriol Pujol Ferrusol, uno de los hijos mediáticos del molt honorable intocable.

Todo son beneficios con la secesión. Por supuesto. Sin el déficit fiscal (el que conlleva la relación de «explotación» de «España» respecto a Cataluña) se podrían crear, afirma CDC, 300.000 puestos de trabajo. La tasa de ocupación se situaría en el 75% para las personas de entre 20 y 64 años (¿qué porcentaje de paro entonces?). La relación con España mejoraría: se podría hablar con «Madrid», ¡por fin!, en igualdad de condiciones, de tú a tú, no como hasta ahora. Los catalanes (también las catalanas) gozarían de mayor bienestar (este es uno de los puntos centrales para convencer a la ciudadanía «no catalanista»). Cataluña sería uno de los primeros países de Europa con la secesión: ¡Cataluña es y sería el 7º país con más PIB per cápita de la Unión Europea! No tiene ningún sentido, afirma don Rull, que un séptimo país (¡España, actualmente, en la 4ª economía de la eurozona y el paro supera el 26%!) tenga un 24% de paro. ¡Ninguno, según el secretario! Cataluña seguiría en la UE por supuesto. La renta per cápita de los catalanes seria de más 30 mil euros anuales. ¡Todo está calculado!. No hay ninguna razón objetiva, ni jurídica ni política, sostiene don Rull, para pensar que Cataluña quedaría fuera del euro. ¡El tratado de Maastricht, maravilla de las maravillas neoliberales, seguiría siendo vigente! ¡Mejor, pues, imposible! CDC no se opone, por si su generosidad no estuviera suficientemente demostrada, a que haya conciudadanos con doble nacionalidad, la catalana y la española. El idioma tampoco será un problema: ¡el castellano sería cooficial en el futuro Estado propio catalán! El partido, asegura don Rull, lo promete y lo prometido es deuda (¡como fue demostrado en tantas otras ocasiones!).

Así, pues, ¡la Arcadia (neoliberal) se despliega ante nosotros! ¡Los catalanes, todos y todas, en el país de las maravillas, la equidad y la justicia! ¡Mejor imposible! ¡Los sueños (neoliberales) de muchos hechos al fin realidad! ¡El pastel tan sólo para nosotros!

Pero un momento. Hablábamos antes del paro, pero poco, de manera ciertamente insuficiente. ¿Y qué pasará, pues, con el paro? Lo siguiente: «Convergència promete que la Cataluña independiente tendrá un 10% menos de paro (y, además, «será un buen vecino»).

¿Un 10% menos de paro? ¿He dicho bien? ¿Sólo un 10% tras un episodio de ruptura y separación? ¿NO estábamos en la Arcadia feliz? Vean, vean no me equivoco en mi apreciación:

No 10 puntos, no, sino el 10%. Del 26%, pongamos, al 23,4% (2,6 puntos menos, el 10%).

¿Es eso lo que quieren decir? ¿No es eso? ¿Hablan del 10% y querían hablar de 10 puntos, de un -aproximadamente- 40% de decrecimento?

Nadie se lo creería formulado así, por supuesto. ¿Y si fuera lo mismo con el resto de lemas de la campaña publicitaria promovida, incluso con ese abyecto «la independencia es dignidad»?

Nota:

[1] Maiol Roger, «CDC en el país de las maravillas». http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/08/29/catalunya/1377776546_926092.html

Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.