Justo después de que los manifestantes del Movimiento A Ocupar Washington instalaran en la plaza McPherson una enorme carpa azul sobre el estatua del general James B. McPherson ayer a la tarde, el Servicio Nacional de Parques advirtió al público que estaban en vigencia las reglamentaciones sobre prolongados acampes en ambos campos de Occupy D.C. […]
Justo después de que los manifestantes del Movimiento A Ocupar Washington instalaran en la plaza McPherson una enorme carpa azul sobre el estatua del general James B. McPherson ayer a la tarde, el Servicio Nacional de Parques advirtió al público que estaban en vigencia las reglamentaciones sobre prolongados acampes en ambos campos de Occupy D.C. Esto significaba que de no retirar sus equipos éstos serían confiscados y los manifestantes detenidos. Aunque algunos manifestantes habían levantado sus pertenencias antes del mediodía, que era la hora límite, otros estaban dispuestos a defender sus casas provisorias en el campamento de hace cuatro meses.
Cientos de indignados con las políticas capitalistas insistieron en quedarse a pesar de la amenaza y levantaron la enorme carpa azul llamada Carpa de los Sueños, en señal de repudio a la exclusión social y a la baja calidad de vida. El movimiento de ocupantes, que comenzó en septiembre en Nueva York con Ocuppy Wall Street y se ha extendido a más de 50 ciudades norteamericanas, actualmente mantiene dos campamentos en la capital estadounidense: en la plaza McPherson y en la plaza Freedom, ambas cercanas a la Casa Blanca.
Jerry Jackson dejó su trabajo como cocinero en Lakewood, Florida, hace tres meses: está a cargo de la cocina en la plaza Freedom mientras se acerca la hora para retirarse. «Estamos cumpliendo con las reglas -dijo Jackson, de 32 años-. Queremos mostrarle a la policía que no comenzaremos una pelea. Pero tampoco nos retiraremos.» Unos horas antes, la escena de la plaza McPherson parecía similar a cualquier otra mañana pacífica antes de octubre, salvo por la presencia de los camiones que retiraban las pertenencias de los manifestantes y varias camionetas de los medios esperando alguna señal de pelea.
«El Servicio Nacional de Parques no impedirá a los militantes que manifiesten, pero no tolerará que acampen y duerman en el lugar», advirtió el organismo. Los ocupantes afirman que acampan en sitios públicos no sólo para causar más presión a las autoridades para que los escuchen, sino para demostrar que aún hay millones de personas en el país que no tienen dónde vivir, luego de la crisis hipotecaria desatada en 2007. El movimiento se ha caracterizado por ocupaciones pacíficas. Y, sin embargo, en la mayoría de las oportunidades fue reprimido por policías, que detuvieron a más de un millar de personas desde que se iniciaron las manifestaciones. La razzia más grande efectuada hasta ahora se llevó a cabo el pasado sábado en Oakland, cuando la policía intervino de forma violenta y al menos 400 personas fueron detenidas y cuatro resultaron heridas.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-186586-2012-01-31.html