Los cuatro franceses de origen árabe conducidos a su país tras más de dos años y medio de arresto en la base naval estadounidense de Guantánamo, Cuba, podrían ser liberados ante la falta de acusaciones en su contra
De esta manera, se repetiría lo ocurrido con otros ex detenidos de nacionalidad danesa, española y británica liberados a comienzos de año tras ser trasladados desde Guantánamo a sus países de origen.
Tras más de 30 meses de detención en la base estadounidense ubicada en el sudeste de Cuba, Mourad Benchellali, Nizar Sassi, Imad Kanouni y Brahim Yadel se encuentran desde el martes en prisión preventiva en un centro de los servicios secretos franceses.
Estos ciudadanos franceses de origen magrebí tienen entre 23 y 33 años, y fueron detenidos durante la invasión estadounidense a Afganistán en 2001, lanzada para destruir los campamentos del grupo terrorista Al Qaeda y desalojar del poder al movimiento extremista islámico Talibán.
En Guantánamo todavía hay ocho europeos detenidos: cuatro británicos, otros tres franceses y un alemán.
Las autoridades estadounidenses han liberado cerca de 130 prisioneros de Guantánamo del total de 600 detenidos en Afganistán e Iraq. De todos estos, sólo cuatro fueron acusados formalmente de terrorismo.
Mientras, Washington se niega a considerarlos prisioneros de guerra para impedir así que ejerzan su derecho de recibir ayuda legal, conforme la Convención de Ginebra, y los llama «combatientes enemigos».
Pero el mes pasado, la Suprema Corte de Justicia estadounidense concluyó que los prisioneros en la base de Guantánamo tenían derecho a defenderse de acusaciones presentadas en tribunales de sus respectivos países.
La justicia francesa todavía no ha presentado acusaciones formales contra los cuatro hombres trasladados a París el martes, y tendría tiempo para hacerlo hasta este sábado, según los abogados defensores.
«Si el gobierno de Estados Unidos los liberó fue porque no tenía la menor evidencia contra ellos. Ahora, los fiscales de Francia pueden interrogarlos, pero deben dejarlos libres porque no tienen ninguna acusación», sostuvo Paul Albert Iweins, uno de los abogados.
El 25 de agosto de 2003, Washington envió una nota a las autoridades franceses diciendo que los hombres eran considerados «combatientes enemigos detenidos», pero que no se presentaron cargos formales.
«Las autoridades francesas difícilmente puedan acusar a los cuatro detenidos luego de que Estados Unidos señalara que no tiene nada contra ellos», indicó a IPS el asesor legal de la Federación Internacional de Derechos Humanos, Patrick Baudouin.
Al liberarlos, Washington «admitió que no tiene ningún fundamento legal para su detención Guantánamo».
Los cuatro hombres se presentarán a declarar ante el juez Jean Louis Bruguiere, quien podría acusarlos de «colaboración con una organización terrorista», aunque afronta la falta de evidencias presentadas por Estados Unidos.
Por lo pronto, podría acusarlos de portar pasaportes falsos en el momento de su detención.
Sólo Benchellali podría ser sometido a un proceso separado. El detenido es hijo de Chelalli Benchellali, un clérigo musulmán enviado a prisión a comienzos de este año acusado de «promover el terrorismo» con sus prédicas en la mezquita de la meridional localidad de Venissieux.
Las autoridades francesas investigan a toda la familia Benchellali por su supuesta vinculación con actividades terroristas en Chechenia. Tanto los padres de Mourad como su hermano Menad están en prisión desde enero.
Los cuatro franceses son, a lo sumo, «miembros de bajo rango en algún grupo militante islámico», dijo un portavoz de inteligencia a IPS. En sus primeros días de detención en Francia, todos confesaron haber estado en campamentos de entrenamiento y adoctrinamiento en Afganistán.
«Pero eso ya lo sabíamos. Son jóvenes sin mucha importancia», indicó la fuente.
William Bordon, otro abogado defensor, reveló a IPS que el expediente de los cuatro detenidos está casi vacío.
Bordon aseguró que el gobierno francés nunca pidió la extradición de los detenidos desde Guantánamo debido a la falta de evidencias contra ellos.
Sin embargo, el presidente Jacques Chirac afirmó el martes que el traslado de los detenidos a Francia fue el resultado de «largas e intensas negociaciones» con Washington, que se mantienen para lograr la liberación de los restantes franceses en Guantánamo.
Bordon afirmó que las eventuales declaraciones de estos cuatro sospechosos ante la justicia francesa tampoco servirán para iniciar un proceso.
«De ninguna manera la justicia puede mantenerlos en prisión (sin acusaciones) más allá del sábado. Si lo hace, yo diría que ese el precio que Francia aceptó pagar para que el gobierno de Estados Unidos los entregara», añadió.
Ministerio de Justicia de Francia, en francés