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Entrevista a Esther Vivas, de la Red de Consumo Solidario

«Los pequeños actos cotidianos son importantes, pero se debe de ir más allá»

Fuentes: The Ecologist

Esther Vivas tiene una forma de entender el comercio justo que va más allá de los tópicos al uso. Es, para ella, el símbolo de un cambio de modelo social, productivo… Ahora mismo, el comercio justo no se puede entender sin el concepto de soberanía alimentaria y sin una lucha unida, en lo práctico, a […]

Esther Vivas tiene una forma de entender el comercio justo que va más allá de los tópicos al uso. Es, para ella, el símbolo de un cambio de modelo social, productivo… Ahora mismo, el comercio justo no se puede entender sin el concepto de soberanía alimentaria y sin una lucha unida, en lo práctico, a las cooperativas de agricultura ecológica.

Desde hace años, Esther Vivas vine trabajando duro en el campo del comercio justo. Es de las que no se desaniman nunca, o casi. Militante incansable, ve en el comercio justo el motor para acceder a un nuevo modelo social, más justo, más sostenible, más bello. Hoy los nuevos modelos sociales ya no se pueden entender sin una forma de comprender la vida y la Naturaleza como algo que va mucho más allá de las teorías mecanicistas.

-Vivimos hoy en una economía que está pudriendo el planeta. Los súpers… ¿son parte del problema?
La gran distribución comercial (supermercados, hipermercados, cadenas de descuento…) ejerce un monopolio total en la cadena de comercialización de los alimentos con unas consecuencias nefastas en el campesinado, los productores, los consumidores, el medio ambiente, el ámbito laboral, las comunidades locales. Por poner un ejemplo, el diferencial entre el precio que la gran distribución paga a un campesino por su producto y el precio en que ésta lo vende en el súper es de una media del 390%. En resumen, el productor cada vez gana menos con aquello que vende, el consumidor paga más y el súper se lleva la diferencia. Las multinacionales de la gran distribución se han convertido en uno de los actores más significativos del proceso de globalización capitalista.

– ¿Cómo podemos relocalizar la economía?
Nos encontramos ante un modelo de consumo totalmente insostenible. Nuestra alimentación se basa en el consumo de alimentos cada vez más lejanos con el consiguiente impacto medioambiental del mismo y una producción agrícola intensiva. Una práctica irracional, ya que muchos de los alimentos importados se producen localmente. Frente a esta lógica es necesario reivindicar el paradigma de la soberanía alimentaria: el derecho los pueblos a controlar sus políticas agrícolas y alimentarias, a tener acceso, a la tierra, a las semillas, al agua, a consumir alimentos libres de transgénicos, locales y de temporada. En lo que se refiere a los alimentos que no se producen aquí, como el café, el cacao… debemos de optar por unas reglas de comercio justo que paguen un precio digno al productor, respetuosas con el medio ambiente, etc.

-¿De qué manera el comercio justo reparte mejor la riqueza?
El comercio justo elimina el número de intermediarios entre productor y consumidor, estableciendo relaciones comerciales a largo plazo y pagando un sobreprecio que puede oscilar entre un 10 o un 15% por encima del precio de mercado mundial para que el campesino mejore sus condiciones de vida y obtenga un ahorro suplementario. El comercio justo contribuye a mejorar las condiciones de vida del campesino/productor, pero el aumento de las ventas del comercio justo de por si no cambiará las injustas condiciones de vida de millones de campesinos. El comercio justo debe de ser un elemento más en la transformación general del sistema político, social y económico.

-¿Qué puede hacer el consumidor?
Como consumidores podemos optar por llevar a cabo un consumo responsable, comprar en los mercados locales y en las tiendas de barrio, pero más allá de nuestra opción individual es muy importante actuar colectivamente implicándonos en campañas de boicot y participando en cooperativas de consumidores de productos ecológicos que establecen relaciones de compra directas con los productores de su entorno. Así mismo es necesario trabajar en campañas más amplias como en el movimiento altermundialista, ecologista, feminista… en una perspectiva de lucha y transformación social y política global.

-¿Importan los pequeños actos cotidianos?
Los pequeños actos cotidianos son importantes, pero se debe de ir más allá. Es necesario romper el mito de que nuestras acciones individuales, por sí mismas, generarán cambios estructurales. Es fundamental una acción colectiva dirigida a conseguir cambios reales en las instituciones políticas y económicas en dirección a un nuevo modelo de desarrollo y crecimiento sostenible social y ecológicamente. Un consumo responsable sólo será posible en un contexto más amplio de transformación social, política y económica.

-La mayor parte del comercio justo se realiza con productos procedentes de los vegetales, café, azúcar… ¿Los representantes del comercio justo han entendido que todos los seres vivos merecen un trato de respeto, o todavía perviven las teorías mecanicistas bien asumidas por el marxismo, que ven a la Naturaleza simplemente cómo un saco de recursos a explotar?
Desde una perspectiva productivista del comercio justo (producir más, para vender más) se caería en esta misma lógica de mercantilización del medioambiente. Por este motivo, es fundamental apostar por un comercio justo estrechamente vinculado a la soberanía alimentaria, a la producción local, que respete los ciclos de la naturaleza. En relación al marxismo, es verdad que durante años ha predominado una concepción productivista, pero desde hace tiempo las corrientes más fértiles del pensamiento marxista han integrado las aportaciones del ecologismo y su crítica al productivismo del sistema capitalista.

-Los pueblos vernáculos han tenido desde siempre una relación con los vegetales y el mundo natural muy diferente a la de los pueblos tecnológicos. El cientifismo y la economía de mercado han corrompido sus respectivas tradiciones. ¿Corre el peligro el comercio justo de caer en la misma trampa?
Desde una perspectiva productivista del comercio justo se caería en esta misma trampa. De hecho, se han dado situaciones donde la producción para el comercio justo exterior ha acabado con modelos de producción y cultivos tradicionales. Desde mi punto de vista, esto no es «comercio justo». El comercio justo debe vincularse al principio de soberanía alimentaria y defender un comercio justo norte-norte, sur-sur y sur-norte.

-¿Cual es el futuro del comercio justo en la Europa globalizada?
A pesar de que varios informes señalan la buena salud del comercio justo indicando el aumento en las ventas, del personal contratado… a nivel cualitativo varios elementos nos conducen a una valoración más moderada. El movimiento por un comercio justo está atomizado, hay grandes organizaciones que ejercen casi un monopolio del sector y cada vez más se está dando una cooptación del discurso por parte de las multinacionales de la agroalimentación. Estos elementos suponen serias amenazas. Frente a esta situación, un sector radical del movimiento ha estrechado lazos con las organizaciones campesinas y las cooperativas de consumidores ecológicos apostando por una perspectiva global del comercio justo ligada a la soberanía alimentaria y con una voluntad de transformación del sistema.

*Entrevista realizada por Pablo Bolaños y publicada en The Ecologist, nº 33.