Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Los israelíes se dirigirán a las urnas el próximo abril para elegir un nuevo gobierno. Pero ninguno de los partidos principales está ofreciendo ningún cambio real cuando se trata de asuntos de ocupación o justicia social. Aquí es donde la izquierda tiene un papel que desempeñar.
Una mujer palestina vista después de cruzar la cerca que había sido dañada por los manifestantes durante la protesta cerca de la frontera de Gaza-Israel, Franja de Gaza, 28 de septiembre de 2018. (Mohammed Zaanoun / Activestills.org)
En medio de varias crisis de la coalición y la posibilidad de una acusación contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, los líderes del Gobierno israelí anunciaron el lunes que disolverían la Knesset y celebrarían elecciones el 9 de abril.
Las elecciones pondrán fin al Gobierno más derechista en la historia israelí, y si los últimos años nos han enseñado algo, inevitablemente la época electoral estará plagada de incitaciones racistas contra los palestinos y otras minorías.
¿Pero de qué se tratarán las próximas elecciones? ¿Qué hay en la agenda más allá del amor o el desdén del público por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, sus múltiples escándalos de corrupción o la competencia entre cuadros de élites? ¿Qué no está en la agenda? Y lo más importante, ¿qué puede ofrecer la izquierda?
La gran mayoría de los partidos políticos que participan en las próximas elecciones, y que se preparan para obtener la mayoría de los escaños en la Knesset, no ofrecerán una visión diferente de una realidad que se ha vuelto casi natural en Israel. Una realidad en la que somos los dueños de millones de palestinos que carecen de derechos civiles o humanos básicos.Ni Netanyahu, ni Avi Gabbay del Partido Laborista, Yair Lapid de Yesh Atid, Avigdor Liberman de Yisrael Beiteinu, proponen poner fin al régimen militar en Cisjordania.
Ninguno de ellos está proponiendo poner fin al asedio en Gaza, la prisión a cielo abierto más grande del mundo, o para lograr una solución justa al problema de los refugiados palestinos. Ninguno de ellos tiene nada que ofrecer por la paz y la igualdad para todos los residentes de esta tierra como base para una solución política. De hecho, ninguno de ellos tiene una solución más allá del statu quo.