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Advierte la premio nobel alternativo, Maude Barlow

«Los TLC que impulsa Estados Unidos convierte el agua en mercancía para privatizarla»

Fuentes:

Hay que enfrentar con decisión el esquema mercantilista a ultranza que se ha impuesto en el mundo, según el cual todos los recursos naturales y las comunidades sociales existen para servir los intereses corporativos de las grandes empresas transnacionales y del sector financiero, sostuvo en diálogo con WWW.CRONICON.NET, la destacada ambientalista canadiense Premio Nobel Alternativo […]

Hay que enfrentar con decisión el esquema mercantilista a ultranza que se ha impuesto en el mundo, según el cual todos los recursos naturales y las comunidades sociales existen para servir los intereses corporativos de las grandes empresas transnacionales y del sector financiero, sostuvo en diálogo con WWW.CRONICON.NET, la destacada ambientalista canadiense Premio Nobel Alternativo 2005 («Righ Livelihood Award»otorgado por el Parlamento sueco), Maude Barlow.

Advirtió que dentro de esa lógica inicua del mercado, los tratados de libre comercio que impulsa Estados Unidos en América Latina, disfrazan como mercancía a recursos vitales como el agua, la flora y la fauna, con el propósito de privatizar sus usos.

Escritora, analista política y militante por el derecho al agua, Barlow es presidenta del Council of Canadians, una asociación de interés público sin fines de lucro apoyada por 100.000 miembros en ese país. Ha escrito varios libros entre ellos es coautora con Tony Clarke, director del Instituto Polaris (organización canadiense dedicada a la investigación sobre las multinacionales y los acuerdos de libre comercio) de «Oro Azul», en el que se hace un pormenorizado análisis de la privatización del agua a nivel mundial y sus secuelas negativas para la humanidad.

TODO ESTÁ AMENAZADO POR LAS PRIVATIZACIONES

– ¿Cómo y por qué surge el proceso de privatización de los recursos naturales, que deben ser patrimonio de la humanidad?

– En el llamado «Consenso de Washington» de comienzos en los años 90, se adoptó la estrategia de privatizar todos los recursos naturales como el agua, los bosques, y hasta el aire, así como los servicios públicos incluyendo la educación y la salud. Todo aquello que pertenecía a la comunidad, que era público, hoy está amenazado por las privatizaciones. Antes de que nosotros nos diéramos cuenta de la crisis del agua, las corporaciones transnacionales ya lo habían previsto y formaron un cartel para apropiársela. Es sabido, por ejemplo, que el Fondo Monetario Internacional presiona a los países que padecen una crisis monetaria y económica para que, entre otras cosas, privaticen el agua como condición para liberar los créditos.

– ¿Qué consecuencias tiene la privatización de las fuentes hídricas?

– Lo aconsejable según las estudios internacionales es que el sistema de prestación de servicio de agua sea público, porque se cuenta con mejores controles, por un lado, y por otro, porque existe un compromiso social. Cuando se cobra un impuesto por un servicio como el del agua, este se reinvierte luego en infraestructura y de esta manera los sectores más vulnerables económicamente de la población pueden tener acceso a fuentes hídricas no contaminadas. Pero si el agua es comercializada por el sector privado, el dinero recolectado va a los accionistas, y ahí, la conservación óptima del recurso y la necesidad de la gente pobre queda en un segundo plano. El agua es el mejor ejemplo de algo que no debe ser privatizado ni debe ser vendido en el mercado abierto. Por eso estamos peleando con éxito contra las empresas que buscan privatizar este recurso. Tanto en América del Norte como en Europa hay una fuerte campaña para oponerse a esas compañías porque las tres empresas de servicios públicos son europeas. Hay que tener en claro que el agua no pertenece a nadie, pertenece a la tierra y a todos las especies. Estamos trabajando para que Naciones Unidas establezca que el agua es un derecho humano.

– ¿En que medida tienen asidero versiones según las cuales transnacionales estadounidenses y europeas tienen puestos sus ojos en el acuífero Guaraní, que es el mayor reservorio de agua dulce del plantea compartido por Argentina, Brasil y Paraguay, con el propósito de apropiárselo?

– Creo que el acuífero Guaraní va a suministrar agua a los Estados Unidos. Hemos hecho muchas investigaciones respecto de qué tanta sed tiene este país. El presidente Bush considera el agua como energía y es parte de su paquete de seguridad. Lo cierto es que están buscando nuevos recursos hídricos, pero el gobierno de Washington lo niega. No obstante las transnacionales se han distanciado un poco de Latinoamérica debido a que han encontrado mucha resistencia. Pero ellas van a insistir porque tienen mucho interés en las aguas subterráneas. Por lo tanto, los latinoamericanos deben estar muy atentos a esta situación.

– En que consiste su acción por la defensa del agua?

– Formo parte de un movimiento social preocupado porque unas pocas empresas se están apropiando de la poca agua potable que hay en el mundo. Debemos saber que existe una crisis mundial por escasez de agua dulce. Ya sabemos que en 2025, dos tercios de la humanidad no tendrán acceso al agua. Ahora ya no hay suficiente agua para todo el mundo y hay una lucha grande en torno de quién va a controlarla. En mi opinión es el asunto más grave en materia ecológica y una crisis de derechos humanos de nuestra época. Por ello se presentarán conflictos entre los sectores rurales y urbanos, habrá robo del agua de las comunidades indígenas y, adicionalmente, no habrá suficiente agua para la naturaleza. En esta perspectiva, todos los pueblos y los gobiernos del mundo deberíamos unirnos para declarar una crisis ambiental global y tomar decisiones para proteger este recurso tan escaso y necesario.

– ¿Qué hace su organización por la protección del agua?

– Tratamos de frenar la privatización que impulsa el Banco Mundial, por el contrario, buscamos que éste financie los sistemas públicos en varios países. Peleamos por la defensa del agua ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que no sea considerada como mercancía, e impulsamos la propuesta ante Naciones Unidas para que el acceso al agua sea declarado como parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

– ¿En qué consiste el apoyo del Banco Mundial a las empresas que quieren privatizar la prestación del servicio de agua?

– El Banco Mundial y los bancos de desarrollo regional como el BID están garantizando unas muy buenas ganancias a aquellas empresas que aspiran a privatizar el agua, pues ellas han señalado con toda claridad que se meten a prestar el servicio de distribución del líquido siempre y cuando sea un rentable negocio, de lo contrario se van de los países. Entonces el Banco Mundial introdujo un modelo de financiación en el sentido de ayudar a esas empresas para que su rentabilidad en las ciudades o países sea atractiva cuando las tarifas no compensen las aspiraciones de éstas. El argumento que dan para privatizar es que las compañías traen inversión y eficiencia y se ha demostrado que no se da ni lo uno ni lo otro. Lo cierto es que las empresas públicas asumen el riesgo y a veces algunas pérdidas, en cambio las privadas solo se quedan con las ganancias. Ahora Naciones Unidas aconseja que en aquellos lugares del sur donde se ha privatizado el servicio, los gobiernos retomen el control del agua porque se requiere que haya una responsabilidad pública y social en el manejo del mismo.

– Pero ya existen transnacionales que están patentando marcas de agua…

– Hay compañías como Coca-Cola y Pepsi, que van por el mundo buscando fuentes de agua dulce. Se les llama «cazadores de agua». En mi país, Canadá, están en todos lados. Estas multinacionales llegan a una comunidad, explotan las fuentes de agua y abandonan el lugar. Otras se instalan para vender agua embotellada que es una manera de mercantilizar este recurso natural. Esto hace ver el agua como una mercancía.

– ¿Los tratados de libre comercio atentan contra el manejo público del agua en una nación?

– Sí, en los tratados de libre comercio que impulsan los Estados Unidos el agua es incluida como una mercancía. La nieve, el hielo y el agua, según el desparecido GATT (siglas en inglés del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio que fue reemplazado por la OMC), deben tener el carácter de mercancías y así se disfraza en los TLC. Esto significa que si un país empieza a exporta agua a los Estados Unidos, por ejemplo, no podría luego cerrar la llave, porque firma un compromiso irreversible. Esto se asemeja a la comercialización del petróleo, en el sentido de que si se incumple un contrato, la parte afectada puede demandar compensación financiera del gobierno. Si Latinoamérica comienza a exportar agua, ésta se convierte en un recurso compartido y las corporaciones, según estipula la matriz de los TLC, tienen derecho a demandar por compensación económica.

– El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) impulsa proyectos de mega infraestructura continental como el Plan Puebla-Panamá y la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Suramérica. ¿Con estas dos iniciativas se corre el riesgo de privatizar el agua en varios países de América Latina?

– Lo que está sucediendo en Suramérica ya pasó en Canadá, mi país. Poderosos emporios económicos construyeron grandes autopistas, se han tomado la energía y lo que viene es el control del agua. Estos planes como los que usted menciona son para lucro de las empresas transnacionales y para las elites de los países. Su propósito es acceder al control del agua, la energía, los minerales, los bosques, la fauna, etc. Si esto lo hacen en el nivel regional, el poder local se va perdiendo, por eso los tratados de libre comercio son tan poderosos. El gran problema es que muchos de nuestros gobiernos, las grandes instituciones financieras y las poderosas multinacionales, han aplicado una visión corporativa, según la cual todas las comunidades sociales y los recursos naturales existen para servir sus intereses particulares. Pero, además, las corporaciones multinacionales tienen mucho poder, financian las campañas políticas de congresistas y de Presidentes, tienen acceso a hablar con ellos directamente y constituyen la fuerza que está implementando el Plan Puebla-Panamá, así como los tratados de libre comercio; buscan adicionalmente, que se aplique una reglamentación ambiental floja y presionan para que se legisle a su favor.

– ¿Cómo se puede explicar que países ricos en fuentes hídricas tengan una buena porción de su población sin acceso a agua potable?

– Latinoamérica debería tener un buen y abundante suministro de agua potable por persona, pero no ocurre así debido a factores de contaminación masiva, a la falta de políticas coherentes y, últimamente, a la venta de las empresas de servicios públicos. Este es el mejor argumento que tiene el Banco Mundial para la privatización, pues según afirman sus ejecutivos, ellos trabajan por el bienestar de los países, pero yo he observado que muchas naciones en vías de desarrollo no están en capacidad para financiar el suministro de agua.

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