Recomiendo:
0

Más desastres «no naturales» en el horizonte

Fuentes: IPS

Las condiciones climáticas extremas en Estados Unidos continuarán este año, y podrían pasar a ser la «nueva normalidad» en el país a causa del recalentamiento planetario, alertaron científicos. Incendios descontrolados consumieron cientos de miles de hectáreas en los meridionales estados de Nuevo México, Oklahoma y Texas, azotados por una severa sequía desde la Navidad, mientras […]

Las condiciones climáticas extremas en Estados Unidos continuarán este año, y podrían pasar a ser la «nueva normalidad» en el país a causa del recalentamiento planetario, alertaron científicos.

Incendios descontrolados consumieron cientos de miles de hectáreas en los meridionales estados de Nuevo México, Oklahoma y Texas, azotados por una severa sequía desde la Navidad, mientras inundaciones y desbordes de ríos afectaron a los occidentales de California y Nevada.

En 2005 se batieron varios récords en relación al clima: julio tuvo la ola de calor más intensa registrada en el país, las lluvias de octubre en el noroeste fueron las más copiosas, y la zona costera sobre el golfo de México sufrió la peor temporada de huracanes de la que se tenga memoria.

La tormenta tropical Zeta se convirtió el 31 de diciembre en la tempestad número 27 de las registradas por los meteorólogos el año pasado, cuando el promedio anual de tormentas es de 11.

Cuatro grandes huracanes impactaron en Estados Unidos y causaron pérdidas económicas de entre 160.000 millones y 300.000 millones de dólares. Solo el costo de la reconstrucción de la sudoriental ciudad de Nueva Orleans ascendería a 200.000 millones de dólares, según cálculos del gobierno.

Y 2006 podría ser igual de malo, alertaron los expertos del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

«Podemos esperar los actuales altos niveles de huracanes para la próxima década, o quizás por mucho tiempo más», dijo el jefe meteorólogo de la NOAA, Gerry Bell.

La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a los gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el principal de los cuales es el dióxido de carbono.

Esos gases se acumulan en la atmósfera y, por su gran capacidad para retener el calor de los rayos solares, acentúan el llamado «efecto invernadero».

La consecuencia de ese recalentamiento es un cambio climático global con manifestaciones regionales y locales, como el derretimiento de hielos polares y glaciares, la elevación del nivel del mar, sequías, tormentas, huracanes e inundaciones.

Pese a que Estados Unidos genera 25 por ciento de las emisiones de los gases invernadero, el gobierno de George W. Bush retiró la firma que había estampado su predecesor, Bill Clinton (1993-2001), en el Protocolo de Kyoto, único mecanismo internacional contra el cambio climático. Bush arguye que el acuerdo puede afectar la economía de su país.

«Estos no son desastres naturales, sino desastres ecológicos», sostuvo Amy Lynd Luers, experta en impactos del clima de la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Comprometidos), alianza estadounidense de científicos y ciudadanos en general.

«El recalentamiento global está contribuyendo a sucesos climáticos desastrosos como los huracanes, y además los agrava», señaló Luers, y subrayó que sólo son verdaderos «desastres naturales» los terremotos, maremotos y fenómenos similares.

A pesar de que muchos científicos de la NOAA se resisten a vincular la devastadora temporada de huracanes de 2005 con el cambio climático, un gran número de investigaciones establecieron que la intensidad de esas tormentas creció como consecuencia del aumento de las temperaturas promedio globales.

En los años 90, el gubernamental Programa de Investigación sobre el Cambio Climático había pronosticado para las décadas siguientes lluvias más fuertes en el noreste y sequías en el suroeste.

Mientras el recalentamiento planetario avance, los desastres vinculados, como las inundaciones, los incendios y los huracanes, se volverán aun más intensos, alertó Luers, quien trabaja para el estado de California en planes de anticipación a los impactos del cambio climático.

«California se ha dado cuenta de que reducir las emisiones (de gases invernadero) no daña a su economía», destacó la experta.

El Programa de Investigación sobre Cambio Climático tenía previsto hacer nuevos estudios sobre nueve zonas del país, pero ese trabajo no se hizo pues el gobierno de Bush le encomendó otras tareas, dijo Luers.

«Hay una considerable preocupación entre los científicos sobre la necesidad de esas investigaciones», indicó.

Algunos estados, como California, ahora se preparan por sí solos, así como varias empresas, en especial las de seguros.

Para Estados Unidos, lo peor está por venir, dijo el jefe de la División de Riesgos y Catástrofes de la compañía reaseguradora Swiss Re Americas, Andrew Castaldi.

La empresa pronosticó «otro mal año» para Estados Unidos en 2006, con al menos 2,3 grandes tormentas sobre sus costas.

El huracán Katrina fue el peor desastre natural o ecológico que haya sufrido Estados Unidos. El Centro Nacional de Huracanes de la NOAA reveló que por lo menos 4.000 personas todavía están desaparecidas desde que impactó el huracán en agosto. El número oficial de muertos es de 1.336.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36310